Sociedad
En los últimos años se ha debatido mucho el tema del papel desempeñado por la educación a través de la cultura y para la cultura, y sobre la necesidad de incluir este tipo de cursos en el currículo escolar.
România Internațional, 29.11.2017, 18:59
En los últimos años se ha debatido mucho el tema del papel desempeñado por la educación a través de la cultura y para la cultura, y sobre la necesidad de incluir este tipo de cursos en el currículo escolar.
En general, el sistema educativo de Rumanía siempre ha incluido elementos de cultura. Y en los últimos años, los nuevos currículos escolares de primaria y secundaria, coordinados por el Instituto de Ciencias de la Educación (ISE) se refieren de manera específica a la capacidad de sensibilizar a los estudiantes ante los elementos de cultura y las diferencias culturales entre varias identidades culturales europeas o internacionales, según ha precisado la doctora Magdalena Balica, directora adjunta del ISE. Los estudiantes aprenden los elementos culturales en las asignaturas ya tradicionales: lengua y comunicación, elementos de arte plástico y coreografía, educación musical, así como historia, geografía y educación social.
Sin embargo, según indica un estudio publicado en 2016 por el ISE, y titulado El arte en la escuela: conceptos y prácticas, en casi todos los ámbitos el arte es muy poco conocido y estudiado. Tanto en las escuelas, como también en otras instituciones públicas, nunca se han creado estrategias destinadas a promover las experiencias generadas por la educación artística. La falta de un plan de desarrollo coherente destinado a este ámbito, el de la educación artística, también ha afectado a los profesores y a las autoridades.
Magdalena Balica:
Es cierto que, aparte de los elementos incluidos en el currículo escolar, la práctica educativa en las escuelas puede aportar un elemento fundamental. El profesor puede utilizar el currículo y los manuales escolares, pero la escuela vive en una realidad social y cultural distinta. Apoyamos las iniciativas, como representantes del Instituto de Ciencias de la Educación. Hay escuelas que llevan años promoviendo varias categorías de proyectos culturales en sus comunidades, con la ayuda de los artistas o los responsables locales de la cultura. Creo que debemos promover y difundir este tipo de iniciativas para que se conviertan en una práctica común y no solo en excepciones, como sucede ahora. Estamos contentos porque en el último periodo se han creado muchas ONG que están abiertas a colaboraciones con las escuelas en el ámbito cultural. Esta es una buena señal, ya que la escuela no puede hacerlo todo y necesita tener especialistas y oportunidades en su propia comunidad. Creo que en este momento estamos lejos de la idea de ampliar este tipo de colaboración. Pero es un comienzo prometedor que podría ser promovido a nivel de todo el sistema.
Un ejemplo en este sentido es el del matrimonio Adriana y Virgil Scripcariu. Ella trabaja como historiadora de arte y él es escultor. Juntos han creado una escuela privada en la aldea de Piscu, en el distrito de Ilfov, con el fin de reemplazar a la antigua escuela pública, ahora cerrada. Adriana Scripcariu es también la autora de algunos manuales opcionales sobre el patrimonio cultural.
Ahora hemos finalizado un proyecto destinado a la creación de un cuaderno educativo sobre el patrimonio de la UNESCO en Rumanía. Lo vamos a introducir en algunas escuelas a partir de este año docente y para el año próximo, queremos proponerlo como asignatura opcional en las escuelas de secundaria. Esperamos que sea bien recibido, ya que esto es lo que se requiere en los cursos de secundaria, que los profesores impartan un curso opcional multidisciplinar a sus estudiantes. Queremos continuar nuestros proyectos tanto en el sector de la creación de libros sobre el patrimonio cultural, fácil de entender, así como la organización de talleres para popularizar en las escuelas el tema del patrimonio cultural.
Los profesores necesitan apoyo para iniciar, organizar y desarrollar las actividades artísticas, y además piden a los artistas o los responsables culturales que presentan su oferta educativa, que también les garanticen su formación profesional, según indica el estudio del ISE.
Adriana Scripcariu:
Hay que saber como elegir entre los cursos destinados a los estudiantes. Y este es un punto delicado, ya que la generación de los profesores tampoco ha tenido este tipo de educación sobre el patrimonio cultural y la sensibilidad cultural. Y entonces es muy difícil que ellos puedan ofrecer este tipo de información y esta apertura en los niños. Pero esperamos que debido a nuestra labor y a la de nuestros compañeros de los museos, de otras ONG, las cosas se vuelvan un poco más accesibles. Lo que más queremos es que nuestro trabajo ayude a las futuras generaciones.
La existencia de la cooperación entre escuelas, ONG y otras instituciones públicas de cultura es esencial. Pero también hay obstáculos que impiden esta cooperación. Magdalena Balica:
Lo que nos falta, de hecho, es un contexto para valorar nuestra colaboración. Y el mayor problema en las escuelas y con el personal didáctico o los operadores culturales es el de los recursos insuficientes. Debemos elaborar políticas para apoyar la cooperación entre los factores culturales y la escuela, con el fin de tener una acción coherente. Está bien claro que la escuela no puede hacer todo y no puede hacerlo sola, para implicar a todos los estudiantes de la comunidad, en la vida social, incluso desde la perspectiva cultural.
Finalizamos con una conclusión de la investigación realizada por el ISE:
Una observación importante, relevante para los planes de desarrollo de la educación a corto, medio y largo plazo se refiere a la importancia de la educación artística y cultural en el discurso público: no se puede educar y promover los valores artísticos y culturales si en la intervención de las instituciones públicas, no se van a manifestar de manera clara la voluntad y la capacidad de promoverlos.