Renuncias y reajustes en el mercado laboral rumano
En 2021, el segundo año de la pandemia trajo también un fenómeno inusual o, al menos, inesperado en el mercado laboral: una importante ola de renuncias.
Christine Leșcu, 03.08.2022, 09:24
En 2021, el segundo año de la pandemia trajo también un fenómeno inusual o, al menos, inesperado en el mercado laboral: una importante ola de renuncias. Etiquetado como the great resignation (la gran renuncia) en EE. UU., el fenómeno se ha vuelto global y afecta también a Rumanía, donde ha sido catalogado con la expresión marea demisioneală. Una reciente encuesta de opinión certifica la existencia del fenómeno también en nuestro país, según cuenta Raluca Dumitra, responsable de comunicación de una plataforma de búsqueda de empleo online:
“Los candidatos están cada vez menos dispuestos a hacer compromisos. A principios de año, hicimos una encuesta entre los candidatos a puestos de trabajo y resultó que el 21 % de los empleados renunciaría a su trabajo actual, incluso si no tuvieran un plan B. Es un porcentaje bastante alto en el que creo que los empresarios deberían pensar, especialmente a la luz del hecho de que se levantaron las restricciones el 9 de marzo. Esto significa que los empresarios van a querer llevar a más y más personas a la oficina, mientras que los candidatos quieren mantener la flexibilidad en sus horarios. Deberíamos tener en cuenta el deseo de flexibilidad de los empleados, que se mantiene constante, y tener en cuenta que incluso una vuelta tan repentina a la oficina podría llevar a los empleados a renunciar. Y otra cosa bastante interesante es que en este momento los candidatos son extremadamente optimistas. Alrededor del 75 % de los rumanos creen que encontrarían trabajo en menos de tres meses. Es un optimismo muy alto y está correlacionado con lo que está pasando en el mercado: en la mayoría de industrias y sectores hay una escasez muy grande de candidatos. Lo que significa que los buenos especialistas en este momento podrían realmente encontrar un puesto laboral incluso en menos de tres meses.
Petru Păcuraru, director de una empresa especializada en formación de recursos humanos, confirma este fenómeno, identificando sus causas:
“Una de las razones sería que el año 2020 fue un año de gran incertidumbre. La gente apenas migró, lo que significa que no hubo gente que renunciara y se fuera a otro trabajo, y luego lo compensaron en 2021. Veremos que el 2020 fue el año con mayor retención en la historia de la humanidad y la gente se quedó más en un solo lugar en el 2020. Otra razón es que las empresas están comenzando poco a poco a volver al trabajo offline. Y luego, para algunas personas que se han acostumbrado a hacer las cosas online, la vuelta atrás a lo offline es imposible y se ha convertido en un criterio de búsqueda de empleo. Y añadiría una tercera razón. A pesar de los problemas económicos, todavía vemos gente invirtiendo en cosas caras. Y una de las razones es que en una situación de crisis la gente piensa en lo que les importa. Y aquellos que estaban más o menos en un compromiso lucrativo, pensando que mantendrían su trabajo actual porque no podían encontrar nada mejor, se dieron cuenta después de una situación difícil de que tal vez no merecía la pena ese compromiso y se han atrevido a dirigirse hacia algo más importante.
Al mismo tiempo, sin embargo, aquellos que se atreven a renunciar sin una red de seguridad inmediata tienen un estatus financiero y profesional por encima de la media, admite Petru Păcuraru:
“Creo que, si miramos los índices demográficos o los de ingresos, seguramente veamos haciendo este movimiento a los que tienen, tal vez, más de 30 o 35 años y, al mismo tiempo, a los que tienen un nivel de ingresos y de educación superior a la media. Sin embargo, a este gesto de renuncia no siempre le sigue una solución laboral inmediata. Pongo el ejemplo de los que trabajan en sectores muy efervescentes y que se enfrentan a un factor de estrés muy alto que puede terminar en burnout. La decisión de dejar de trabajar no está determinada por encontrar otro trabajo, sino simplemente por el deseo de seguir con vida.
Aunque la renuncia sin un plan B pueda parecer, a primera vista, alimentada por un exceso de optimismo, la evolución reciente del mercado laboral da la razón a quienes creen que un trabajo nuevo, mejor y más adecuado no tardará en llegar. Raluca Dumitra vuelve al micrófono:
“Si miramos el último mes, por ejemplo, tenemos más de 38 000 nuevos puestos de trabajo listados en la plataforma y el último mes es exactamente el período posterior al inicio de la guerra en Ucrania. Si miramos el mes anterior, vemos un aumento del 13 % —y hablamos de un contexto difícil—, lo que significa que las personas siguen cambiando de trabajo. Los candidatos siguen postulando y tenemos alrededor de 900 000 solicitudes por mes. Por lo tanto, las renuncias continúan y están determinadas por el deseo de los candidatos de tener un mejor trabajo. Si observamos el número de solicitudes, de hecho, están disminuyendo en comparación con el mismo período del año pasado, pero es natural porque el año pasado batió récords en la parte de las solicitudes. Y el año pasado por estas fechas el mercado no estaba en favor de los candidatos. El año pasado por estas fechas los empresarios estaban en una posición de poder. Otro aspecto importante que destacaría sería el hecho de que 8 de cada 10 rumanos que dijeron que su principal prioridad era cambiar de trabajo este año ya han comenzado a realizar estas búsquedas. Y esto se refleja también en el elevado número de solicitudes que ahora tenemos.
Evidentemente, hay sectores donde la demanda de nuevos empleados es mayor que en otras, como son el sector de ventas (retail), transporte, restauración y hostelería, así como el área de call-centers y de informática y telecomunicaciones. Por lo tanto, el dinamismo del mercado laboral seguramente se va a mantener, a pesar de la continuación de la pandemia y la guerra en Ucrania, considera Raluca Dumitra:
“No podemos compararnos con la ola de renuncias de los Estados Unidos, y no creo que vayamos a llegar hasta ese punto porque hablamos de una cultura diferente y una mentalidad diferente. Pero hay que tener en cuenta que los rumanos son cada vez más conscientes del contexto y del hecho de que hay muchos puestos de trabajo disponibles incluso durante una pandemia o una guerra. Esto los hace sentir más seguros, incluso si no tienen planes alternativos. El alto número de puestos de trabajo seguramente favorecerá la ola de renuncias en el próximo período. Por supuesto, todo debe ponerse en el contexto geopolítico. Pero si se llega pronto a un armisticio, el mercado laboral seguirá este ritmo. Sin duda veremos todavía más renuncias.