Recuperación de los drogadictos
Preocupante incremento del consumo de drogas entre los jóvenes
Christine Leșcu, 17.01.2013, 16:23
A causa del aislamiento generado por el comunismo, Rumanía ha entrado más tarde en el circuito internacional del tráfico y consumo de drogas. Desafortunadamente, los retrasos se han recuperado muy rápidamente. Actualmente, los adolescentes y los jóvenes rumanos experimentan con varias drogas desde la edad de 13 o 14 años.
A pesar de todo esto, según el Informe Nacional sobre la Situación de las Drogas en Rumanía, en cuanto a todas las categorías de drogas ilegales, Rumanía se mantiene por debajo de la media europea. Ruxandra Iliescu, directora del Observatorio Rumano para las Drogas y las Toxicomanías, nos aporta más datos estadísticos:
Para la población entre 15 y 64 años de edad, en 2007 la prevalencia del consumo de drogas se situaba en el 1,7%. En cambio, en 2010, año en que este estudio se repitió, el porcentaje fue del 4,3%, incluyendo aquí las nuevas sustancias de carácter psicoactivo. En general, el consumo de drogas entre los jóvenes de 16 años de edad ascendió al 5% en 2007 y al 10% en 2011.
Desde hace 3 o 4 años, se ha planteado otro problema: la así llamada droga legal o las sustancias nuevas que tienen carácter psicoactivo (SNPP). Se trata de drogas obtenidas a través de la síntesis química o –según se denominan comúnmente, pero de modo inadecuado– las etnobotánicas, que son sustancias que se multiplican rápidamente. Por eso, son muy difíciles de controlar desde el punto de vista legal. Escuchemos a Ruxandra Iliescu:
Sólo la mera modificación de un radical de la composición química nos conduce a una nueva sustancia que no se puede controlar legalmente. Todos los estados de la UE se enfrentan a este problema. Es más, estas sustancias ahora han llegado a ser personalizadas”, arregladas” para cada uno de los estados miembros. Es decir, una sustancia que no está sometida a ningún control en un determinado país se exporta precisamente a este país. Aquí tenemos la Ley 1942011 y, como consecuencia, ha bajado el número de las así llamadas tiendas de sueños. Esto también se debe a los equipos mixtos de control organizados en cada distrito de Rumanía.
Recientemente ha surgido otro problema, a causa del consumo de etnobotánicas: estas sustancias se administran por inyecciones, lo que aumenta el riesgo de contaminación con el VIH. Según el Observatorio Rumano para las Drogas y las Toxicomanías, en 2008 la incidencia del VIH se situaba en el 1,1%, llegando posteriormente en 2011 al 11,6%. Se considera que una de las causas serían las inyecciones con este nuevo tipo de drogas.
¿Cómo transcurre la vida de un consumidor de drogas, legales o no? Durante esta época de fiestas, en que todos queremos estar juntos a nuestros seres queridos, en paz y armonía, nos podemos preguntar cómo lo pasarán los consumidores de drogas, sometidos a la irresistible necesidad de una nueva dosis. ¿Cómo podemos ayudar a estos enfermos? dado que, indistintamente de los motivos, la dependencia de drogas es considerada por los especialistas una enfermedad crónica. Ionuţ ha luchado contra esta dependencia y por ahora parece haberla derrotado. Escuchémosle:
Empecé a los 14 años y directamente con la heroína. En aquel entonces, en el año 2000, no había otra droga disponible para el consumo. Era la droga más habitual. Y lo hice por sentir la necesidad de relajarme… Mis padres se divorciaron y esto me provocó una fuerte depresión, y no pude encontrar la paz en ninguna otra cosa. Probé la heroína y vi que me traía la sensación de calma y así me metí en la droga. Al cabo de un mes, un mes y poco de consumo, se produce la tolerancia que conduce al síndrome de abstinencia.
Los primeros síntomas de la abstinencia son lagrimeo, temblores, calambres musculares, bostezos e insomnio. Todo dura unos 10 días. La abstinencia es una sensación tremenda, muy grave… No se puede vivir con esto….
Ionuţ habló con sus padres sobre su adicción a la droga. A pesar de haberle apoyado, no han podido hacer nada en concreto para él. En Rumanía, las facilidades que se destinan a los adictos que intentan salir de la droga son muy escasas. Ionuţ nos ha hablado de sus reiterados intentos de curarse de la dependencia de drogas:
La necesidad de conseguir la droga era irresistible, mucho peor que cualquier otra cosa. A nadie le gusta la abstinencia. Para cualquier tipo de dolor se toma una pastilla. El síndrome de abstinencia de la heroína no se cura sin terapias sustitutivas. Por ahora, se han detectado aproximadamente 19.000 consumidores de drogas inyectables en Bucarest y los centros disponen de sólo 1000 plazas. Esto significa que uno tiene que esperar por uno hasta dos años para ingresar, esto depende del centro de tratamiento. Hace tres o cuatro años, se abrieron unos centros privados de terapia sustitutiva donde los pacientes pagan por el tratamiento./
La terapia sustitutiva supone sustituir la heroína por la metadona que, poco a poco, reducirá la drogodependencia. Aunque está curado, Ionuţ sabe perfectamente que siempre vivirá con el riesgo de recaer. Además, se da cuenta de que debe ayudar a los que ahora se enfrentan al mismo problema que el suyo. Por eso, ahora trabaja en la ONG Carusel y coordina un centro que reparte jeringuillas, preservativos, ampollas de agua destilada y toallitas con alcohol para los consumidores de drogas inyectables.
Dado que la rehabilitación de los drogadictos puede durar años enteros y en Rumanía este proceso parece ser aún más lento, lo más importante es el apoyo más sencillo que se puede otorgar. Es lo que hace la asociación Carusel, que ayuda a las personas para que no se pongan enfermas o tomen una sobredosis. Marian Ursan, coordinador de la asociación Carusel, nos aporta más detalles:
Nosotros actuamos en los casos de primera necesidad, para nosotros un caso feliz es el de una persona que no ha tomado una sobredosis, que ha aprendido a decir Buenos días”, Gracias” o Por favor” o de alguien que siempre utiliza una jeringuilla estéril o el preservativo. Estos son nuestros objetivos. Es algo totalmente no realista y contraproducente esperar que una persona venga y diga que ha estado pensando mucho durante la noche y ahora quiere salir de la droga, que ha cambiado su vida y que tiene un trabajo, etc.