Polémica sobre las clases de religión en las escuelas rumanas
România Internațional, 14.03.2014, 21:24
Incluida en la lista de asignaturas y actividades escolares e impartida desde la clase preparatoria hasta el 12º curso, la religión ha sido rechazada por los padres y por una parte de la sociedad civil, invocándose la libertad religiosa. Hay padres que quieren retirar a sus niños de la clase de religión porque la familia tiene otra religión distinta a la mayoritaria de Rumanía o porque son agnósticos o porque creen que ciertos elementos podrían afectar la sensibilidad de su niño. Sin embargo, debemos preguntarnos si la ley lo permite y cómo se puede renunciar a la clase de religión. ASUR, la Asociación Secular Humanista, ha iniciado una campaña destinada a aclarar estos aspectos. Las familias pueden, legalmente, retirar a sus niños de la clase de religión. ¿Qué alternativas tienen en la escuela? ¿Pueden asistir a otras clases o al menos pasar este tiempo en otra aula vigilados por un maestro o profesor si son muy pequeños? ASUR ha hablado tanto con los padres como con los profesores. Monica Beliţoiu, directora ejecutiva de esta asociación, nos amplía más detalles:
Muchos padres se sorprendían porque no conocían la ley, no sabían que pueden retirar a sus niños. En general los que optaban por la retirada, bien pertenecían a otra religión o bien no estaban de acuerdo con lo que impartían los profesores de religión. A principios de cada año escolar organizamos campañas de información sobre esta ley en algunas escuelas e incluso entre los directores. Algunos la aprueban, pero hay otros que dicen que nosotros no hemos entendido las regulaciones. Además, algunos directores de escuelas declaran que no pueden dejar a los niños fuera de la clase de religión dado que no disponen de una habitación o aula adecuada. Incluso si no quieren participar en la clase de religión, deberán quedarse en el aula. También hay padres que han acordado con los profesores que sus niños puedan ir a la biblioteca o a actividades extraescolares para pasar la hora que dura la clase.
Al mismo tiempo, los profesores y los representantes del Ministerio reconocen el derecho de las familias y de los niños a no estudiar religión, aunque la Ley de Educación estipula la obligatoriedad de estas clases, que no son optativas. Mihaela Ghiţiu, profesora de religión en el Colegio Nacional Ion Neculce de Bucarest.
La religión forma parte junto con otras asignaturas de la categoría conjunta de disciplinas obligatorias. Lo que se ha calificado de optativo es en realidad la posibilidad de que los estudiantes no participen en la clase de religión si pertenecen a otra religión u orientación religiosa. Así, pueden asistir a las clases de religión que quieran, en la medida en que sea posible. Hay programas para cada culto. Existe uno para el culto ortodoxo, otro para el culto romano-católico, etc. Todos estos programas han recibido el visto bueno del Ministerio de Educación. Si los padres no quieren que sus hijos asistan a las clases de religión, tienen la libertad de retirarlos según el criterio de libertad religiosa, dado que la ley debe respetar la Constitución de Rumanía. En esta situación, los calificativos semestrales y anuales tendrán un calificativo menos que los demás.
Por ejemplo, los estudiantes romano-católicos o musulmanes se pueden retirar de la clase de religión si su centro imparte solo clases de religión cristiana ortodoxa. Los estudiantes pueden quedarse en el aula pero sin participar en la clase, según nos explica la profesora de religión Mihaela Ghiţiu:
Tengo incluso un estudiante musulmán. No tenemos ningún problema si él quiere presentarnos, durante las clases, algunos elementos de su religión. No se ha retirado y siempre que lo considera necesario puede intervenir en la clase. Yo no le pongo nota, sino que viene él con sus notas de la clase de religión a la que asiste.
Precisamente con el propósito de evitar este tipo de situaciones, ASUR propone que la clase de religión no se coloque en el medio del horario sino que sea la primera o la última para que los estudiantes puedan salir más temprano o venir más tarde a la escuela sin necesitar vigilancia. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de los padres, según ha dicho Mihaela Gună, presidenta de la Federación de Asociaciones de Padres:
Creo que así es correcto, porque hay muchas situaciones en que los padres no pueden retirar a sus niños de la clase de religión, independientemente de sus razones, porque durante una hora los niños permanecerían solos. Por esta razón optaban por la clase de religión, porque de esta forma los niños estaban vigilados. Creo que lo normal sería que, mientras dure la clase de religión, el horario debería incluir la posibilidad para los que no quieran estudiar la religión de asistir a otra clase optativa.
En este sentido, ASUR propone reemplazar la clase de religión por una de historia de las religiones, precisamente para proporcionar a los estudiantes más información sobre la diversidad de creencias. Mihaela Gună apoya esta iniciativa, sobre todo porque así se podrían evitar algunos aspectos chocantes para los niños pequeños.
Me parece mucho más interesante aprender la historia de las religiones u otros elementos en vez de aprender sobre los rituales para los muertos y el entierro u obligar a los niños a ir a la iglesia. Quisiera que ellos aprendieran más sobre el significado de la religión en general y no sobre el dogmatismo, porque muchos niños tienen miedo del castigo y temen a Dios. En mi opinión, esta es la actitud correcta frente a la religión.
Por ahora, tanto las clases de historia general como las de religión imparten elementos de historia de las religiones, según ha destacado la profesora Mihaela Ghiţiu:
La religión propone valores y genera virtudes y puede guiar a los niños hacia la comunión con otros seres humanos. Por otro lado, no se puede hablar de virtudes sin hablar de pecados. ASUR sostiene que no se debe hablar de castigos, infierno, diablos o muerte. La muerte se debe excluir de la sociedad y debemos saber que no existe. Sin embargo, en las familias tradicionales, cuando se morían los abuelos, se traía a los niños a pedirles perdón. Es un hecho normal, ineludible, que forma parte de la vida. Los padres pueden hablar con sus niños acerca de la muerte como parte cotidiana de la vida de sus familias.
Independientemente de los argumentos a favor y en contra, se mantiene el debate sobre las clases de religión en el sistema de enseñanza laico y público y prueba de ello es la nueva iniciativa parlamentaria de reemplazar las clases de religión por clases de ética y cultura cívica.