En la sociedad rumana existen algunos clichés peligrosos. Uno de ellos es que, si tienes más de 45 años, tienes muy pocas posibilidades de encontrar un puesto de trabajo.
¿Vivimos ya en «un mundo feliz», como imaginó Aldous Huxley a principios del siglo pasado, o nos dirigimos hacia él?
¿Qué es el dinero? ¿Cómo circula en la economía? ¿Cómo lo ganamos? Y sobre todo ¿cómo lo gastamos?
Tras más de un año de pandemia, ¿en qué estado se encuentra el mercado laboral de Rumanía? ¿Los rumanos se van a dar por vencidos? ¿En qué medida están motivados en cuanto a la actividad profesional?
De los 27 Estados miembros de la Unión Europea, Rumanía ocupa el primer lugar respecto a las viviendas sobrepobladas.
El cáncer representa la primera causa de muerte en muchos países de la Unión Europea.
Rumanía, como el resto de Estados miembros de la Unión Europea, debería haber realizado, este año, un nuevo censo de población y vivienda.
Es probable que hayan oído hablar de estadísticas en las que los ciudadanos rumanos están a la cola en las clasificaciones europeas en cuanto a hábitos de lectura.
El 2020 fue un año atípico y muy difícil, que supuso muchos retos para las empresas, lo que provocó conmociones tanto en el mercado laboral como en la forma en que las personas percibían su trabajo y su evolución profesional.
Si bien hace un año, al comienzo de la pandemia, el teletrabajo parecía la solución ideal para evitar los contagios, a la vez que seguíamos trabajando desde casa, ahora esa percepción ha cambiado.
Como ya se sabe, la pandemia y las consiguientes restricciones han afectado todavía más a grupos que ya eran vulnerables como, por ejemplo, los adultos y niños de zonas rurales desfavorecidas.
En Rumanía, el 27 % de los niños y adolescentes afirman que, en un día de clase corriente, pasan más de seis horas conectados o revisan constantemente el dispositivo en el que navegan.
Los bosques rumanos son, desde hace siglos, un hogar acogedor para los osos pardos.
Para la sensibilización sobre problemas individuales, aunque también para su resolución, el arte siempre ha demostrado ser muy eficaz.
¿Vivimos ya en «un mundo feliz», como imaginó Aldous Huxley a principios del siglo pasado, o nos dirigimos hacia él?