Como era de esperar, la actual pandemia y las restricciones económicas, sociales y médicas impuestas para ralentizar el ritmo de los contagios, empeoran en ciertos aspectos el estado de algunas categorías vulnerables.
Al igual que todo el planeta, también la sociedad rumana se adapta continuamente a los cambios de paradigma impuestos por la pandemia del nuevo coronavirus.
La Asociación Young Initiative implementó en el período 1 de febrero de 2019 – 31 de enero de 2020, el proyecto de solidaridad United We Stand for European Values.
Ubicado en el suroeste de Bucarest, el barrio de Ferentari se ha convertido en sinónimo de insalubridad, pobreza, violencia, precariedad extrema y generalizada de las condiciones de vida.
El estado de alarma de Rumanía decretado a mediados mes de marzo debido a la pandemia de coronavirus ha impuesto medidas restrictivas aplicadas gradualmente.
Las mujeres de hoy enfrentan problemas muchas veces ignoradas por el resto de la sociedad.
Es una experiencia de la que también les hablamos en otras ocasiones: los niños juegan en un paraíso de colores y sustancias, lápices,...
La organización Salvad a los Niños llama la atención sobre los peligros que enfrentan los niños cuando usan Internet.
“El lugar de los niños discapacitados está al lado de los demás niños, en la comunidad, en la guardería y en la familia.
En Rumanía, el número de niños institucionalizados incluidos en el sistema de protección social alcanza los 60.000.
Según un estudio reciente, el 86% de los encuestados rumanos considera que el calentamiento global es un problema muy grave.
El drama del niño interior: apego y empatía es el título del debate presentado por la editorial Herald como parte de la proyección de la película alemana System Crasher/Problem-child (El niño problema).
El 20 de noviembre de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño, documento ratificado también por Rumanía.
La inteligencia artificial se ha convertido ya en una realidad del mundo en el que vivimos.
Situada en la zona sísmica de Vrancea, Bucarest podría sufrir dos terremotos grandes al siglo, tal como lo demostraron en el siglo pasado los cataclismos de 1940 y 1977, ambos con una magnitud de 7,4 grados en la escala de Richter.