Oficina 2.0. Cómo han cambiado las condiciones de trabajo en la era pospandémica.
En 2024, continuó la tendencia de llamar a los empleados a las oficinas. ¿La presencia física en el trabajo es perjudicial o beneficiosa para la higiene mental de los empleados? ¿Cómo abordan los reclamos de los empleadores?
Luiza Moldovan, 06.11.2024, 18:00
Si el empleador lo decidiera, más del 82 % de los empleados no se opondrían a trabajar exclusivamente desde la oficina, aunque admiten que no sería muy cómodo. Estos son los resultados de una encuesta publicada recientemente por un promotor inmobiliario rumano. En 2024 continuará la tendencia de volver a trabajar desde la oficina, algo que se hizo evidente el año pasado. Según los resultados de este sondeo nacional realizado a 1168 encuestados, los empleados afirman que se adaptarían muy rápidamente a este tipo de trabajo.
Los encuestados también afirman que el retorno al trabajo presencial permite separar mejor la vida personal de la profesional (45 %). El 53 % de los participantes considera que la interacción con los compañeros es una razón muy importante para el regreso al trabajo presencial. Además, si su empleador les exigiera trabajar desde la oficina, menos del 18 % de los empleados empezaría a buscar otro trabajo a distancia o híbrido u optaría por dejar su trabajo actual.
Andra Pintican, fundadora de una escuela de recursos humanos y activa defensora de la salud mental en el trabajo, no cree en los métodos exclusivos:
«Personalmente, no creo en los métodos universales. Lo que funciona en una institución puede ser malo para otra. En cuanto al regreso al trabajo presencial, creo que sigue siendo un tema delicado para muchos de nosotros. En el mercado laboral hay perspectivas diferentes sobre cómo trabajar. He hablado con personas de organizaciones en las que los propios empleados han propuesto regresar al trabajo presencial, pero también hay instituciones en las que, después de que se impulsara el retorno al trabajo desde la oficina, hubo dimisiones y la moral del equipo bajó mucho. Yo creo que la pregunta real no es “¿Prefieren los empleados el trabajo a distancia o el presencial?” sino “¿Cuáles son las necesidades reales de nuestros equipos?”. Además, a veces puede ocurrir que nuestros empleados estén tan desconectados de sus necesidades debido a la dinámica de vida que llevan que ni siquiera saben cuáles son sus necesidades. Así que a lo mejor tenemos que hacer un análisis de necesidades que los empleados no han identificado hasta ahora».
Algunos expertos afirman que la tendencia a regresar al trabajo presencial también está en alza porque los espacios de trabajo tienen mejor aspecto y las condiciones laborales han mejorado. Sin embargo, estos cambios no son uniformes. Es posible que debido a la pandemia la velocidad con la que nos adaptamos haya aumentado. Andra Pintican explica:
«Si mañana volviéramos a entrar en confinamiento, reanudaríamos con rapidez el trabajo a distancia porque ya tenemos experiencia de la pandemia de COVID-19. Y el hecho de que Rumanía cuenta con una infraestructura de Internet muy buena nos ha permitido ser muy eficientes también trabajando desde casa. Lo más probable es que en una situación similar empezaríamos de cero y quizá lo hiciéramos mejor que la última vez».
Los cambios en el entorno laboral tras la pandemia no son uniformes: casi el 60 % de los encuestados afirma que su oficina no ha cambiado en los últimos 4 años, más del 11 % afirma que el espacio de trabajo es ahora más pequeño y casi el 8 % se queja de que dispone de menos facilidades que antes de la pandemia, según la fuente. Además, más del 71 % de los encuestados afirma que su centro de trabajo no se ha trasladado en los últimos cuatro años y solo el 13 % aprecia que ahora trabaja en un espacio nuevo más grande y mejor equipado. Casi el 27 % considera que su espacio de trabajo actual no es lo suficientemente amplio para las necesidades del equipo y más del 33 % dice que tiene muy pocas facilidades y servicios.
En los últimos años, muchos hemos sido testigos de los traslados del centro de trabajo donde desarrollábamos nuestra actividad. La preferencia de los empresarios por edificios sostenibles, con bajos costes de mantenimiento y consumo adaptable, ha sido relevante en los últimos tiempos. A pesar de su glamour, las zonas históricas de las ciudades, antaño favoritas de las empresas, han sido sustituidas por otras menos propicias para la ubicación, pero más atractivas en cuanto a condiciones. Estas nuevas oficinas compiten entre sí con arquitecturas y diseños innovadores, pero ¿es esto realmente lo que necesitan los empleados en primer lugar? Andra Pintican:
«Seguridad, comodidad y recursos son tres elementos esenciales para trabajar. Sin embargo, son insuficientes en el mundo actual. Queremos empleados de alto rendimiento y, sobre todo, que innoven para poder seguir el ritmo de la feroz competencia del mercado. Pero debemos preguntarnos si el entorno en el que se supone que las personas deben engendrar la innovación está configurado para crear el ambiente adecuado para ello. Más allá de la calidad del espacio de trabajo y de todas las facilidades necesarias para la seguridad y la comodidad, yo hablaría también de creatividad. El diseño no debe centrarse en la opulencia y la imagen de marca del empleador, sino en crear la sensación de inmersión en el espacio de trabajo que lleve fácilmente al empleado al estado de fluidez (flow). Sin embargo, antes de hablar del estado de fluidez sería apropiado reconocer que en Rumanía hay espacios de trabajo donde en invierno los empleados no tienen calefacción, y mucho menos café. Así que podemos empezar por la seguridad y la comodidad, y una vez que nos aseguremos de que las tenemos, podemos seguir adelante y fijarnos también en la calidad de los espacios de trabajo a través del diseño».
Según la perspectiva de Mihaly Csikszentmihalyi, el psicólogo que popularizó el concepto de fluidez, fluir significa estar plenamente comprometido y concentrado en una actividad que nos produce alegría y nos motiva.
Quizá la emoción de regresar al trabajo presencial también dependa de la edad del empleado, y es obvio que cuanto más joven se es, mayores son las ganas de salir de casa. En cuanto a las personas mayores, las cosas también están divididas. Muchas de ellas prefieren la solución híbrida, pero para otras, trabajar desde la oficina no suena tan mal. Les da energía.
Versión en español: Victoria Sepciu