Nuevos retos en un nuevo curso escolar
Los cambios en la Ley de Educación causan controversia, polémicas y conflictos entre profesores, padres y estudiantes.
Christine Leșcu, 14.09.2022, 11:46
Lanzados por el ministerio correspondiente en debate público a principios del verano, una serie de cambios importantes a la Ley de Educación han provocado controversia y reacciones acaloradas entre profesores, padres y estudiantes. Todas las polémicas, sin embargo, coinciden en algunos hechos evidentes: el aumento de la tasa de abandono escolar, el alto nivel de analfabetismo funcional entre los estudiantes y la tasa de graduación por debajo de las expectativas en el examen de bachillerato al final de la escuela secundaria. Las controversias surgen a la hora de buscar soluciones, y las propuestas del ministerio son de muy poco agrado para docentes y padres.
Uno de los cambios propuestos se refiere a la duplicación del examen de ingreso a la escuela secundaria para los estudiantes de octavo grado, quienes a la edad de 15 años deberían tomar la Evaluación Nacional —obligatoria para todos los graduados de la escuela media—, y también una admisión separada para los colegios secundarios nacionales, si desearan inscribirse allí. Estos últimos son escuelas secundarias del sistema público que reciben el estatus de colegios después del cumplimiento de ciertos criterios. Dado que en muchos casos hablamos de escuelas con cierto rendimiento tradicional, la opinión pública los considera “colegios de élite”. La propuesta de un examen separado, aunque apoyada por los representantes de estas escuelas reunidas en la Alianza de Colegios Centenarios, no es aceptada por la Federación Nacional de Asociaciones de Padres, según nos cuenta su presidente Iulian Cristache.
“Somos la única federación representativa a nivel nacional. Y hemos decidido hacer encuestas cuando haya una decisión importante, un cambio fundamental iniciado por el Ministerio de Educación, y nuestras encuestas en los últimos dos años han tenido un número impresionante de respuestas. La última encuesta referente a la admisión a los colegios y al cambio en el método de evaluación del bachillerato propuesto por el Ministerio de Educación en el actual proyecto legislativo tuvo más de 65 000 respuestas. En cuanto al acceso a la secundaria, más del 65 % de los padres se oponen a este tipo de admisión. Y la opinión de la federación es la misma. En este momento, estos colegios, donde los estudiantes ingresan con calificaciones muy altas de 9,80 en adelante, tendrían la posibilidad de hacer una selección entre estos niños y crear algunas clases de excelencia. No sabemos por qué es necesario realizar otro examen más, para someter a los niños a una presión adicional en un período de tiempo relativamente corto. Darán la Evaluación Nacional y sospecho que en un máximo de dos semanas tendrán que realizar otro examen que tendrá un grado de dificultad mayor, no solo en las materias clásicas del examen, sino también en otras materias que serán aprobadas por la Junta Directiva de la escuela”.
Otra preocupación planteada por esta propuesta se refiere a las discrepancias socioeconómicas entre lo rural y lo urbano, entre los pueblos pequeños y las grandes ciudades. Ubicados en las grandes ciudades, los colegios nacionales suelen ser el objetivo de los niños de familias que pueden permitirse vivir en un centro urbano y pagar las tarifas requeridas para ingresar a estas escuelas secundarias consideradas «superiores». Muchos profesores creen que un examen adicional profundizaría la división entre estudiantes de áreas desfavorecidas y favorecidas, incluido Doru Căstăian, quien enseña ciencias sociales y humanas en la escuela secundaria «Dimitrie Cuclin» en Galati.
“Digo que lamentablemente me parece una medida discriminatoria. Es una medida que solo profundizará algunos problemas ya arraigados en el sistema. También añado el matiz de que no necesariamente sería una muy mala medida si se aseguraran las condiciones para que este tipo de exámenes pudieran extenderse a todo el sistema. Pero mientras solo unos pocos puedan organizar una admisión adicional, mientras que ya existe una Evaluación Nacional, no creo que la medida produzca el bien pretendido, sino que, por el contrario, corre el riesgo de profundizar el mal existente aún más”.
Además, la admisión a la escuela secundaria sufrió otro cambio este verano, no incluido en las propuestas iniciales para cambiar las leyes de educación. Hasta este año, los estudiantes que ingresaban al noveno grado optaban por un instituto u otro según una calificación que acumulaba el resultado obtenido en la Evaluación Nacional y el 20 % del promedio de los años de la escuela media. A partir del próximo año, parece que el promedio de la escuela media ya no importará en absoluto en la selección del instituto. Iulian Cristache nos cuenta cómo se posicionan los padres ante esta noticia.
“Desde 2015, hemos ejercido una presión constante para reducir el peso del promedio de la escuela media. Nos las arreglamos para llegar más o menos al 20 %. Queremos esto porque no tenemos estándares de evaluación. Por ese promedio, no serían favorecidos los que estudian en la gran ciudad y que son evaluados más exigentemente en las escuelas de donde provienen, sino los demás de las ciudades pequeñas y el campo, donde son evaluados mucho más levemente. Una nota de 7 en una escuela no se corresponde a un 7 en otra escuela. La nota 7 del mismo profesor en dos clases diferentes puede no corresponderse”.
No son de la misma opinión algunos docentes que ven la eliminación del promedio de los años de la escuela media como una burla a los resultados obtenidos por los estudiantes en el resto de las materias que no están incluidas en la Evaluación Nacional, un examen con solo dos pruebas: rumano y matemáticas. Doru Căstăian.
“La idea de desvincular el promedio de la escuela media de la admisión a la escuela secundaria es una medida que de facto no aparece en el proyecto de ley, sino que el ministerio la ideó un poco más tarde. Me parece que es una medida que, a corto plazo, puede generar algunos efectos beneficiosos. Probablemente aliviará la prisa por obtener calificaciones y la presión sobre los profesores para que den calificaciones altas. Pero creo que a medio y largo plazo es una medida que no puede traer nada bueno. Mi temor es que cuando tengamos estos entornos desvinculados de la admisión a la escuela secundaria, mientras mantenemos el mismo examen de Evaluación Nacional —examen en el que hay mucho en juego, criticado por los informes de la OCDE—, no tendremos cómo encaminar a los estudiantes hacia el aprendizaje por pasión, sino que resultará en lo contrario”.
También se toma en consideración el examen de bachillerato con la intención de reformar la Ley de Educación introduciendo pruebas únicas donde se combinarían varias materias. Sin embargo, para empezar, es necesario aclarar algunos términos, según el profesor de ciencias sociohumanas Doru Căstăian.
“Hablemos primero de la estandarización y luego de la unificación, porque la estandarización podría tomarse en su sentido más estricto, es decir, exámenes de elementos cerrados, posibles pruebas de tipo cuadrícula en asignaturas donde la evaluación debería ser mucho más compleja, por ejemplo, la lengua y la literatura rumanas. Incluso en una primera fase se habló de eliminar el error humano de la evaluación. Solo se puede eliminar el error humano a través de este tipo de estandarización que permite la evaluación por ordenador. Pero, hasta nuevas aclaraciones, hasta que quede claro para todos lo que se entiende por estandarización, queda seguir expresando nuestras perplejidades e inquietudes acerca de la unificación de todo el bloque común de asignaturas en un solo examen. Bueno, entiendo que, mientras tanto, se ha desechado la idea de incluir la lengua y la literatura rumanas en esta prueba única, que seguirá estando en una prueba separada. Nuevamente vengo y pregunto cómo se hará este tipo de estandarización. En principio, no es imposible crear una prueba común estandarizada para todas las competencias del bloque común. Pero creo que tal prueba sería muy difícil de idear para que fuera relevante. Creo que debería llevar mucho tiempo, tal vez incluso días, no horas. Y por ahora no sé si hay aclaraciones en este sentido”.
Para los padres, el examen único de bachillerato también borraría las diferencias entre los perfiles seguidos por los estudiantes durante los cuatro años de secundaria. Iulian Cristache, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres.
“La forma actual nos parece ser la mejor porque no entendemos cuál sería el sentido de las diferencias en el perfil o la especialidad de la escuela secundaria si todos los estudiantes, independientemente de su perfil y especialidad, se evaluaran con el mismo nivel de dificultad. No me parece normal que un alumno que completa el perfil de matemáticas e informática, por ejemplo, sea evaluado con los mismos criterios que se aplican a los alumnos que completan el perfil humano donde las matemáticas se enseñan de manera diferente. Aquí hemos logrado, después de debatir con el ministerio, extraer la promesa del ministerio de que el rumano sea una materia independiente”.
El debate público sobre los cambios legislativos se cerró a finales de agosto. Veremos si el Ministerio de Educación introducirá o no las modificaciones propuestas en los textos legales, que luego se enviarán al Parlamento para su votación.
Traducción al español: Carolina Hernando Carrera