Natalidad y mortalidad en tiempos de pandemia
2022 es el año de un nuevo censo de población en Rumanía, un censo originalmente programado para 2021, pero pospuesto debido a la pandemia
Christine Leșcu, 27.07.2022, 16:00
2022 es el año de un nuevo censo de población en Rumanía, un censo originalmente programado para 2021, pero pospuesto debido a la pandemia. A la espera de los datos definitivos, que serán comparados con los recogidos en 2011 en el censo anterior, las estadísticas actuales nos ofrecen un panorama preocupante respecto a las tasas de mortalidad y natalidad. Aunque el número de recién nacidos se ha mantenido relativamente constante durante la pandemia, siendo de todos modos bastante pequeño, la mortalidad ha experimentado un aumento significativo. En 2021, el número total de rumanos fallecidos (independientemente de la causa) ha superado los 334 000, un 27 % más que en el período anterior a la pandemia. Y, en total, el exceso de mortalidad de los dos años de pandemia ha superado las 100 000 personas. Al mismo tiempo, en Rumanía en 2020 nacieron 40 000 niños menos que en 2019. De hecho, en este último periodo ha nacido la menor cantidad de niños en los últimos cien años, según muestra Vasile Ghețău, sociólogo y experto en demografía. Esto hace que el crecimiento natural —la diferencia entre el número de recién nacidos y muertos— siga siendo negativo, acelerando el descenso demográfico, considera Vasile Ghețău.
“El decrecimiento natural de la población antes de la pandemia, en 2019, fue de 71 000 habitantes. En 2020, el decrecimiento natural ascendió a 120 000, y los datos de los primeros 11 meses de 2021 indican un incremento muy fuerte del número de fallecidos, llegando el decrecimiento natural a casi 150 000 habitantes. Si le sumamos el mes de diciembre, tendríamos un decrecimiento natural terrible el año pasado, de 160/170 000 habitantes en solo un año. Esta es una cifra espantosa para la población de un país de 19 millones de habitantes.
En cuanto a las causas de esta alta tasa de mortalidad, Vasile Ghețău también nos da más detalles:
“El aumento del número de muertes en 2020, y especialmente en 2021, se debe solo moderadamente a la enfermedad de la COVID. Las muertes fueron particularmente altas en enfermedades circulatorias y respiratorias distintas de la COVID. Sin embargo, este aumento estuvo relacionado con la pandemia. Pero los estudios aún se están desarrollando. Por ejemplo, se admite que, en el caso de las enfermedades del sistema circulatorio, el aislamiento social en condiciones de cuarentena ha provocado un aumento de las muertes en adultos mayores en este contexto de pandemia. En el caso de las enfermedades respiratorias distintas a la COVID, si nos fijamos en ciertos datos, vemos que hay un aumento de la mortalidad por neumonía. Probablemente haya un vínculo con el contexto general de la pandemia y las características de este virus, pero los datos finales, cuando estén disponibles, nos darán una imagen muy precisa de toda la mortalidad y las causas de las muertes. Entonces podremos medir exactamente dónde está la tasa de mortalidad por COVID en la mortalidad general.
Hasta entonces, se pueden medir los efectos inmediatos de la mortalidad en los últimos años. Vasile Ghețău:
“El aumento de la mortalidad en octubre y noviembre tuvo el efecto directo de reducir el nivel de esperanza de vida al nacer, lo que era de esperar. Entonces, respecto a un año civil, la esperanza de vida al nacer para toda la población, hombres y mujeres, era de casi 76 años en Rumanía. Los datos de los 11 primeros meses del año pasado muestran una esperanza de vida inferior en tres años, es decir de 73 años. Y si le sumamos diciembre, es muy probable que la esperanza de vida para todo el año alcance los 72 años. Una disminución de cuatro años en la esperanza de vida es enorme. Eso sí, en otros países es también muy probable que una mayor mortalidad provocada por la pandemia lleve a una disminución de la esperanza de vida. Pero son valores mucho más bajos de los que registramos en 2020 en nuestro país y menores de los que se perfilan clarísimamente para 2021.
Estas cifras solo describen aun más claramente un fenómeno que lleva mucho tiempo produciéndose: las nuevas generaciones nacidas en Rumanía ya no aseguran el nivel de reemplazo de la población, como nos demuestra el sociólogo Vasile Ghețău.
“Para que la población crezca o al menos permanezca constante, es necesario que una mujer dé a luz a un promedio de dos hijos, a lo largo de su vida. Solo dos hijos para un simple reemplazo de la población. Si nacen más de dos niños como promedio, la población potencial aumentará, por lo que habrá excedente, es decir el número superará al de los reemplazos. Pero, en Rumanía, la última generación que aseguró su reposición genética es la nacida en 1961. Todas las generaciones posteriores han tenido una descendencia final de menos de dos hijos por mujer. Como tales generaciones se acumulan con el tiempo, es obvio que la población disminuirá con el tiempo porque no asegura su propio reemplazo.
Tendremos más datos e, implícitamente, un panorama más detallado de las evoluciones e involuciones demográficas posteriores, cuando el censo de la población esté disponible.