Los mentores de la escuela rumana
La enseñanza rumana está llena de contrastes debido al gran número de alumnos premiados anualmente en las olimpiadas internacionales por un lado, y por otro, a los procentajes alarmantes de analfabetismo funcional entre los niños de 15 años de edad.
România Internațional, 17.05.2017, 17:46
La enseñanza rumana está llena de contrastes debido al gran número de alumnos premiados anualmente en las olimpiadas internacionales por un lado, y por otro, a los procentajes alarmantes de analfabetismo funcional entre los niños de 15 años de edad. Si los motivos de descontento se debaten a menudo y con justa razón en el espacio público, los motivos de satisfacción permanecen a veces en la sombra. Para sacar a la luz a los alumnos sobresalientes y especialmente a sus educadores, la Fundación para la Comunidad y MOL Rumanía conceden anualmente el Premio Mentor. En 2017, por séptima vez consecutivamente, este galardón ha sido otorgado a 10 profesores y entrenadores de Rumanía, seleccionados entre las 250 propuestas hechas el año anterior.
Algunos de ellos se han acostumbrado ya a recibir trofeos. Petre Arnautu es uno de ellos. Es entrenador de tenis de mesa en el Club Deportivo Escolar de la ciudad de Slatina y coordinador de los equipos nacionales de cadetes y júniores en los 20 últimos años. De sus más recientes éxitos cabe mencionar el tercer lugar obtenido por la jugadora Adina Diaconu, en la prueba de sencillo femenino y el primer lugar obtenido por Adina Diaconu y Andreea Dragoman en la prueba de doble femenino en el Campeonato Mundial de Júniores organizado en Cape Town en 2016, y en 2017, la misma pareja ha obtenido las medallas de bronce en la prueba femenina de los Campeonatos Europeos de Tenis de Mesa de Soci del pasado mes de febrero. Además de su dedicación profesional, para un entrenador una condición del éxito la representa la capacidad de descubrir el talento de un niño, nos ha dicho Petre Arnautu:
“Para obtener un alto rendimiento en primer lugar uno debe saber seleccionar a los deportistas que tienen verdaderas cualidades, las cualidades específicas y generales necesarias para practicar este deporte a un nivel elevado. Es imprescindible tener la materia prima adecuada para llegar al alto rendimiento pero es igual de importante que el deportista sea animado desde una edad muy temprana por el deseo y la voluntad de practicar el deporte a un nivel elevado. No olvidemos que el alto rendimiento representa trabajo en un 95%, seguido por las demás cualidades.
Aunque no gozan de la celebridad del deporte también las demás asignaturas que se enseñan en las escuelas son importantes en la elección de la profesión y en la formación de la personalidad. Una de estas asignaturas es la filosofía. Elvira Groza es profesora de filosofía y nos hablará del carácter formativo de esta asignatura. Muchos de sus alumnos han recibido medallas de plata y bronce en las fases internacionales de la olimpiada de filosofía. Elvira Groza considera que la filosofía es el instrumento a través del cual un joven se descubre a sí mismo, descubriendo a la vez el mundo de su alrededor de una manera totalmente diferente a las convenciones sociales. Escuchémosla:
“Creo que hoy en día debemos estudiar filosofía no sólo de los manuales de secundaria que ofrecen información hasta la mitad del siglo XX y que en realidad son un tipo de colecciones de citas. Aunque en el actual contexto la filosofía se ha convertido más en ética, política y comunicación estructurada en torno a otras ciencias, sin embargo intento retar a los alumnos mediante el diálogo. La clase de filosofía es la oportunidad de una relación cara a cara en la que uno puede enseñar a otra persona cómo asumirse a sí mismo, a entender qué le pasa.
Aunque es profesora desde hace 23 años, Elvira Groza no puede imaginarse haciendo otra cosa a pesar de los momentos inevitables de cansancio y decepción:
“Los alumnos son cada vez menos receptivos. Estudian sólo para aprobar el Bachillerato. Es muy difícil cambiar este pensamiento pragmático, de tipo causa-efecto. Hay días en los que no logro retarlos o en los que no existe ningún tipo de diálogo y al cabo de esos días sólo quisiera leer un libro de filosofía y nada más, pero después empiezo de nuevo y me olvido de los malos momentos.
Otra profesora recompensada con el Premio Mentor y enamorada de su profesión es Elena Teoteoi, profesora de química en el Colegio Nacional Tudor Vladimirescu de Targu Jiu. A su vez ha preparado alumnos que han obtenido a lo largo de los años medallas de oro, plata o bronce en la olimpiada internacional de química. ¿Cómo ha conseguido Elena Teoteoi inculcar a los alumnos la pasión por la química? En primer lugar con la ayuda de la práctica:
“A través de la teoría, enseño a los alumnos a entender todos los aspectos de una sustancia o de un fenómeno, la historia del descubrimiento de una sustancia o de un fenómeno y su importancia. Pero para los alumnos lo importante es lo que ven y sienten efectivamente. Por consiguiente, el experimento es la parte más importante de mi actividad. En la enseñanza predomina la teoría. Hay asignaturas donde predomina la parte teórica o la interdisciplinaridad. Por ejemplo, uno no puede enseñar o estudiar químina sin tener conocimientos de otras asignaturas tales como la biología, la física, la geografía o la historia. La química tiene que ver con todo, con nuestra vida diaria, con todo lo que nos rodea.
Enseñando química uno no puede aburrirse. La química supone un cambio continuo al igual que la vida, según considera Elena Teoteoi. No se aburre en ninguna clase porque su profesión representa un reto continuo:
“Ninguna clase se desarrolla tal y como te has propuesto porque siempre aparace algo nuevo en la reacción de los alumnos o de los profesores. Nosotros también cambiamos según se desenvuelven y se sienten los alumnos. La manera de enseñar es diferente. Cada día hay algo nuevo que te atrae y que te forma como profesor.
“No hay monotonía en la enseñanza, concluye la profesora Elena Teoteoi. Y no la habrá mientras haya profesores mentores.