Los jóvenes y la movilidad en el mercado laboral
Conforme con un estudio realizado en 2016 por el Instituto Nacional de Estadística, en Rumanía viven alrededor de 4,8 millones de jóvenes entre 15 y 34 años de edad.
România Internațional, 07.12.2017, 12:34
Conforme con un estudio realizado en 2016 por el Instituto Nacional de Estadística, en Rumanía viven alrededor de 4,8 millones de jóvenes entre 15 y 34 años de edad. De éstos, más de la mitad trabajaba, lo que en un lenguaje de especialidad no significa obligatoriamente que tenían un oficio estable, sino que trabajaban al menos una hora a la semana para obtener un ingreso.
Casi tres cuartas partes, esto es un 74,6% de los jóvenes ocupados eran asalariados de jornada completa según sigue: un 50% trabajaba en el sector de los servicios, un 28% en la industria y la construcción y un 21% en el sector agrícola. Para los que trabajan en la agricultura la vida no es precisamente de color rosa, según nos ha declarado Vladimir Alexandrescu, portavoz del Instituto Nacional de Estadística:
“Desgraciadamente, trabajar en el sector agrícola significa trabajar en la producción de subsistencia. Sin embargo, existe una parte modernizada de la agricultura pero está organizada sobre la base de una estructura familiar, es decir que produce en primer lugar para asegurar las necesidades de consumo de la familia. Desde el punto de vista estadístico estas personas son consideradas personas empleadas pero desde el punto de vista de una realidad más profunda su aporte social y económico es inferior a lo que habrían podido realizar en el marco de unas empresas agrícolas desarrolladas como las de Europa Occidental o de EE. UU.”
Conforme con el mismo estudio realizado en 2016, más de 2,3 millones de jóvenes eran inactivos, y de éstos, poco más de 270.000 estaban desocupados, es decir personas que trataban de integrarse al mercado laboral o habían formado parte de la mano de obra de Rumanía. El resto estaba integrado en varias formas de estudio. Además de éstos, alrededor de 1 millón de jóvenes, que representan un 19,9% de la población objeto de la investigación y un 28% del número de jóvenes que habían concluido sus estudios, ni trabajaban ni estaban incluidos en la educación formal. Sobre el peligro de estos porcentajes nos habla a continuación Mihai Dragos, el presidente del Consejo de la Juventud de Rumanía:
“Otros análisis han evidenciado que si se rebasan 4 meses de este tipo de inactividad la vida de un joven estará afectada en el sentido de que éste será propenso a implicarse en actividades menos constantes, a aceptar empleos ocasionales e ingresos más bajos.”
Si aquellos que abandonan la escuela muy temprano lo hacen a causa de la pobreza, los que acaban sus estudios se limitan, en un 53%, a un nivel mediano de educación. Casi dos de cada cinco jóvenes rumanos se contentan con terminar un liceo sin ninguna intención de seguir a una facultad aunque los graduados de una forma de enseñanza superior encuentran más fácilmente un lugar de trabajo. Los métodos más exitosos para hallar un puesto de trabajo son contactar directamente a un empresario (un 49,3% de los jóvenes que trabajaba encontró su actual lugar de trabajo enviando el CV a la respectiva institución) o apelar a parientes y amigos, otra forma de ayuda a través de la que un 28,8% de los jóvenes consiguen un puesto de trabajo. Mihai Dragos nos amplía detalles:
“ Con respecto a las modalidades de emplearse cabe decir que un 30% de los jóvenes consigue un lugar de trabajo apelando a las recomendaciones de los familiares o amigos. Es un sistema que funciona también en el extranjero. Para conseguir un trabajo tienes que estar enchufado.”
De los que logran emplearse, muy pocos están dispuestos a mudarse de un lugar a otro para mejorar su nivel de vida. Sólo un 3,8% de los jóvenes empleados cambiaron de residencia para obtener un puesto mejor. Al mismo tiempo, sólo un 20% de los jóvenes desocupados estaría dispuesto a trasladarse de un lugar a otro en busca de un lugar de trabajo conveniente. Vladimir Alexandresu nos habla de esto:
“En este caso la palabra movilidad tiene doble sentido. Además, el hecho de que muchos jóvenes se han ido a trabajar al extranjero parece confirmar esta idea. Para los más activos y mejor preparados no importa dónde se sitúa el lugar de trabajo. Aunque esté situado a una distancia de mil kilómetros lejos de la casa irán allá.”
¿Cómo explica un representante de los jóvenes esta situación?
“Los jóvenes se muestran suficientemente reticentes a cambiar de lugar para hallar un puesto de trabajo fuera de su localidad de residencia ¿Cómo logra el estado ayudar a los jóvenes a alquilarse una vivienda a un precio razonable tomando en consideración el nivel del salario mínimo por la economía? Es difícil para un joven recién empleado pagar un alquiler de 150-200 euros mensualmente. Simplemente no vale la pena cambiar de una ciudad a otra si el salario es bajo.”
Por ello, los representantes de las organizaciones de juventudes aprecian que la situación de los jóvenes debería enderezarse a través de políticas públicas, en primer lugar mediante una mejor correlación entre el sistema de educación y el mercado laboral y en segundo lugar terminando con unos estímulos destinados a animar la movilidad y las prácticas pagadas en varias instituciones públicas y privadas.