Los jóvenes y el mercado laboral
Más de una tercera parte (más exactamente un 33,8%) de los jóvenes rumanos graduados en la universidad de entre 20 y 34 años no han conseguido emplearse en los tres primeros años tras la graduación
Christine Leșcu, 29.11.2015, 15:33
Uno de los efectos difícil de superar a pesar de la salida de la crisis económica es el paro juvenil. Muchos países de la UE se ven afectados por este fenómeno, y los estudios de licenciatura no garantizan el empleo. Más de una tercera parte (más exactamente un 33,8%) de los jóvenes rumanos graduados en la universidad de entre 20 y 34 años no han conseguido emplearse en los tres primeros años tras la graduación, según indican los datos de la Oficina Europea de Estadística — Eurostat, que centraliza los datos recibidos de todos los institutos nacionales de estadística. Adelina Mihai, periodista del diario “Ziarul financiar”, ha analizado dichos datos y puede comparar la situación de Rumanía con la de los demás países europeos:
“Rumanía figura entre los últimos países de este ranking, pero no ocupa el último lugar en la UE, como suele ocurrir en el caso de otras clasificaciones. Existe una situación peor en Bulgaria, España, Croacia, Italia y Grecia, que son países muy afectados por la crisis.”
El paro juvenil, incluso entre los jóvenes licenciados, tiene causas múltiples y profundas. Además, los empleadores tienen expectativas que muchos de los jóvenes no pueden cumplir. Hemos hablado con Camelia Slivneanu, directora de Recursos Humanos de una empresa privada, que nos ha dicho cómo debe presentarse un joven licenciado en una entrevista de trabajo para tener éxito:
“En primer lugar, nos interesa su actitud. Está claro que si queremos que un joven obtenga resultados sobresalientes en la escuela, no podemos esperar que trabaje a jornada completa. También tomamos en consideración el modo en que se viste y su capacidad de autoconocimiento. Muchas veces hemos visto que los jóvenes no saben valorar aquellas habilidades que tienen y que pueden contrarrestar la falta de experiencia laboral. Además, nos interesa saber si tienen paciencia para aprender una profesión.”
Es más, al graduarse en la universidad, a menudo los jóvenes no saben qué sector de actividad elegir. De nuevo ante nuestros micrófonos, Adelina Mihai:
“Los empleadores requieren cursos de asesoría profesional tanto para los alumnos de secundaria, como para los colegiales, para que sepan hacia qué sectores orientarse de modo que obtengan empleo después de graduarse. Por ejemplo, los empleadores critican la preferencia de los jóvenes por los estudios europeos, cuando en el mercado existe una demanda para licenciados en idiomas extranjeros o para especialistas en la tecnología de la información. El voluntariado es una actividad muy apreciada por los empleadores que analizan el curriculum vitae de un candidato sin experiencia. Cualquier actividad de voluntariado cuenta. Los cursos de asesoría profesional incluyen reuniones de los especialistas de Recursos Humanos con los alumnos de secundaria que deberán tomar decisiones muy importantes respecto a su futura carrera. Tras graduarse en el colegio, los alumnos deben decidir qué universidad sería más adecuada para las habilidades que había desarrollado en el colegio.”
A pesar de lo descubierto durante las entrevistas de trabajo, los empleadores no están de acuerdo en totalidad con las estadísticas elaboradas por Eurostat. Camelia Slivneanu nos amplía detalles:
“De los 6-7 candidatos para un puesto de trabajo, al menos 3 llegan a nuestra empresa. Por lo tanto, el porcentaje de los jóvenes contratados asciende a un 50% de los que intentan emplearse, si nos referimos estrictamente a nuestra compañía. Que yo sepa, en otras empresas el porcentaje de los jóvenes que consiguen empleo alcanza un 65%. Mantenemos contacto estrecho con las universidades y vamos a sus sedes para promocionarnos. De las respuestas que recibimos a nuestras preguntas comprobamos que, si nos referimos a los estudiantes de últimos cursos o a los estudiantes de máster, el porcentaje de los que consiguen empleo asciende a un 70%.”
Sin embargo, para evidenciar más aspectos del fenómeno, cabe señalar que gran parte de la actividad económica del país se centra en Bucarest y en algunas pocas ciudades, según explica Camelia Slivneanu:
“Existe una diferencia mayor entre el nivel de empleabilidad de los graduados procedentes de las aldeas, frente a los procedentes de las ciudades. Cada vez más licenciados que viven en las aldeas se trasladan a las ciudades. Hablando de esto, hay que reconocer que Bucarest es muy atractivo para la mayoría de los graduados, así como lo es también el oeste del país ya que cada vez más inversores extranjeros han invertido ahí y han abierto muchos centros de llamadas.”
Pero las estadísticas se refieren a la empleabilidad de los licenciados en puestos de trabajo compatibles con su preparación universitaria. La escasez de semejantes puestos es un motivo de descontento, al que se añade un “círculo vicioso”: inmediatamente después de la graduación, los empleadores se quejan de la falta de experiencia laboral que obviamente los estudiantes no pueden adquirir durante los cursos universitarios y entonces no pueden emplearse justamente por la ausencia de esta experiencia profesional. Camelia Slivneanu nos explica:
“Debo reconocer que la culpa la tienen tanto los empleadores, como los responsables de reclutamiento, así como los posibles candidatos. Porque no llamas para una entrevista de trabajo para un puesto que requiere experiencia laboral a un joven que no tiene ninguna experiencia. Si tomamos en consideración estos factores, entonces estaremos atrapados en un círculo vicioso, habrá mucha frustración y finalmente, tanto los empleadores, como los jóvenes candidatos estarán desmotivados.”
Mientras tanto, las estadísticas destacan que todavía no hemos vuelto a los valores económicos que se registraban antes de la crisis. La tasa de empleo de los jóvenes licenciados en Rumanía alcanzó el año pasado el nivel de un 66%, a la baja frente al año 2008, cuando el indicador de la tasa de empleo de los graduados de las universidades alcanzaba el más alto nivel, de un 85%.