Las empresas sociales, una solución cada vez más empleada
Christine Leșcu, 14.01.2016, 17:44
La economía social, un sector sin fines de lucro basado más en la solidaridad social y la protección del ambiente, representaba a partir de 2010, un 4% del PIB de la UE. En Rumanía, a partir de 2009, la empresas sociales eran un empleador importante para un 3,3% del total de los empleados. Este sector ha crecido paulatinamente y, desde el año pasado, en Rumanía existe incluso una ley sobre la economía social que tiene por objetivo fomentar el desarrollo de un modelo alternativo de inclusión social de los grupos vulnerables. Dobrogea es una de las regiones de Rumanía en las que numerosos problemas sociales se mezclan con los problemas del ambiente. Recientemente, se han creado allí, y también en la zona Bucarest-Ilfov, 10 estructuras de economía social (SES).
Estas pequeñas empresas se han creado después de que la fundación denominada Centro Nacional de Desarrollo Duradero pusiera en marcha el proyecto TURECO, un proyecto con financiación europea a través del Programa Operativo Sectorial de Desarrollo de Recursos Humanos. El objetivo del proyecto TURECO fue ayudar a aproximadamente 460 personas mediante la creación de estas empresas. Son familias con más de dos hijos, familias monoparentales, personas que han dejado la escuela temprano o que viven en comunidades aisladas, personas que viven del ingreso mínimo garantizado, personas discapacitadas, gitanos o jóvenes mayores de 18 años que salen del sistema institucional de protección de los niños. El delta del Danubio, una zona sensible para la ecología, pero en la que hay problemas sociales, fue uno de los objetivos del proyecto. En Maliuc, en el brazo Sulina, se han creado dos estructuras de economía social: una agencia de turismo para la observación de la naturaleza y fotografía, y una pequeña empresa que produce recuerdos típicos. Florin Palade, miembro de la Fundación EcoPontica, iniciadora de las estructuras de economía social, nos ha contado porqué han elegido esta localidad:
“La localidad tiene aproximadamente 1.600 habitantes, en sus 5 aldeas. Es importante la ubicación en la Milla 24 en el canal de Sulina, lo que es crucial para nosotros, estando cerca de Tulcea. Al mismo tiempo, está cerca del lago Fortuna, una zona que nosotros, como guías ornitólogos, consideramos que es una de las mejores para fotografiar la naturaleza y la fauna.”
Los turistas extranjeros, amantes de la ornitología, siempre han venido al Delta, y su número parece aumentar, según esperan los creadores de las empresas de economía social de Maliuc. Sin embargo, su objetivo no es desarrollar el turismo de masas en el delta. Por el contrario, lo mejor en esta zona es desarrollar el turismo de menor envergadura, pero responsable. He aquí la declaración de Florin Palade:
“Intentamos educar a los turistas, incluso a los turistas rumanos, para que respeten más la naturaleza y para que descubran tranquilamente el placer de observar la naturaleza. Frente a los demás países, del centro y el oeste de Europa, somos principiantes en este aspecto. Pero he notado que cada vez más jóvenes de Rumanía se han acercado a la fotografía de naturaleza y a las actividades destinadas a la protección de la naturaleza. Es decir que el mercado es cada vez mayor.”
También en Dobrogea, pero en el noroeste, cerca de Brăila y Galaţi, está el Parque Nacional de los Montes Măcinului, una zona igual de espectacular y variada que el delta del Danubio, pero desgraciadamente, menos conocida. Aquí, el ayuntamiento de la localidad de Greci ha desarrollado dos estructuras de economía social: un centro especializado en el alquiler de bicicletas, para aquellos que desean cruzar las montañas en dos ruedas y una tienda de recuerdos. Además, el ayuntamiento de Greci organiza también un curso de ciclismo, un maratón y un campamento de fotografía, todo esto para aumentar un poco más el potencial turístico y económico de la zona. El vicealcalde Bogdan Băjenaru ha hablado de los alicientes de la localidad:
“El Parque Nacional de los Montes Măcinului no es muy grande, tiene aproximadamente 11.000 hectáreas, pero la biodiversidad es muy grande. En este territorio, hay más de la mitad de la flora de Rumanía, es decir, más de 1.900 especies de plantas. Los montes Măcinului son los más antiguos de Rumanía, y unos de los más antiguos de Europa, tienen aproximadamente 350 millones de años, muchos más que los Cárpatos. El pico más alto es Ţuţuiatu, está en nuestra localida, y tiene 467 metros de altitud.”
En Măcin, tampoco se desea fomentar el turismo de masas, sino el ecoturismo. He aquí la declaración de Bogdan Băjenaru:
“Aquí vienen turistas que aman la naturaleza y que desean ver tranquilamente las riquezas naturales. Ellos cruzan los caminos turísticos a pie o en bicicleta. La oportunidad que ofrece la SES para alquilar bicicletas, que también ofrece una guía, es otro aspecto importante que estimula a los habitante de la zona para hacer también cosas nuevas y mostrar lo que ya tienen. Esto es lo que hemos intentado: hacerles entender que la zona es suya, que el valor puede aumentar a través del agroturismo y el ecoturismo. Hemos desarrollado un mercado alimenticio en el que sólo se venden productos naturales y tradicionales, usando el granito de Greci, la madera y la teja. En el mercado, los habitantes de la zona vienen para presentar su mercancía, y aquellos que visitan la zona pueden comprar productos naturales. En este mercado, existe también un punto de información para aquellos que desean documentarse de dónde pueden comprar recuerdos hechos en los montes Măcinului.”
En Greci, gracias al proyecto TURECO, se han creado 4 empleos y han recibido asesoría aproximadamente 40 personas que han descubierto que hay alternativas a las fuentes de ingreso usuales. Asimismo, estas fuentes de ingreso pueden atraer turistas a los montes Măcinului. Además, aquellos que desean lanzarse a la economía social pueden emplear una guía de buenas prácticas, creada para aquellos que abren estructuras de economía social.