Las adopciones vuelven a centrar la atención
En Rumanía, son adoptables tan sólo 3.500 de los menores de edad que viven en orfanatos o con familias de acogida, es decir los incluidos en el sistema de protección del niño que pertenece al Estado rumano.
România Internațional, 10.08.2016, 17:00
En Rumanía, son adoptables tan sólo 3.500 de los menores de edad que viven en orfanatos o con familias de acogida, es decir los incluidos en el sistema de protección del niño que pertenece al Estado rumano. El resto, hasta 58.000 viven sin sus familias en el marco del mismo sistema aunque tienen parientes. Entonces, ¿por qué se encarga el Estado de estos niños? Las estadísticas nos ofrecen una explicación: un 43% de los menores que figuran en el sistema de protección llegan aquí a causa de la pobreza. Para los que tienen parientes, las autoridades desarrollan planes individualizados para su reintegración en las familias, pero la reintegración se realiza con mucha dificultad y la adopción, la solución para los demás niños, es un proceso demasiado largo con pocas oportunidads de éxito.
El objetivo de la actual Ley de Adopciones, en vigor desde 2004, es hacer todo lo posible para que los menores puedan ser criados por sus parientes. Un niño es declarado adoptable si sus parientes de hasta cuarto grado no desean criarlo. La larga y díficil búsqueda de los parientes es una de las causas que demora el proceso de las adopciones y, desafortunadamente, muchas veces este proceso no se realiza, según afirma la presidenta de la Autoridad Nacional para la Protección de los Derechos del Niño y Adopción, Gabriela Coman:
“En el sistema de protección, los niños provenientes de diferentes comunidades y familias entran con bastante facilidad. En este sistema entran alrededor de 5.000 niños al año, cifra que se ha mantenido constante en los últimos años. Los niños pasan varios años en este sistema de protección que significa pasar tiempo en un orfanato o con una familia de acogida. Las estadísticas del número de adopciones indican que hay una gran diferencia entre el número de niños adoptables y el número de niños que realmente llega a ser adoptado, y también diferencia entre el número de familias que tienen certificado que les permite adoptar un niño y el número de niños que llegan a ser adoptados. Además, la mayoría de las familias desea adoptar un niño pequeño. Un 85% busca un niño de 6 años de edad como máximo y sano desde el punto de vista clínico, pero en el sistema no hay muchos niños que cumplan estas condiciones.
Modificada varias veces, la Ley de Adopciones ha sido recientemente revisada mediante la asesoría ofrecida por la sociedad civil y la oficina de la UNICEF en Rumanía que elogia estos cambios a través de la voz de su representante en Bucarest, Sandie Blanchet:
“Tal como afirman las autoridades rumanas, en el presente el proceso de adopción es demasiado lento y en general dura 15 meses. Una vez revisada la ley, se estima que esta duración se reduzca de manera considerable. Asimismo, elogiamos la introducción de la baja por adopción, una baja de un año como máximo. Dicho padre recibirá también una indemnización de 1700 lei al mes (unos 380 euros). En conclusión, quisiera subrayar que deberíamos prestar mucha atención al hablar de la realización de algunos objetivos. Reducir la duración de la adopción no significa que todas las adopciones deberían finalizar en un determinado período de tiempo. No es éste el objetivo fundamental. En realidad deseamos que la situación del niño se modifique y que encuentre una familia adecuada.
Otras modificaciones de la ley prevén reducir la duración de la búsqueda de los parientes y de la integración en la familia de un año a seis meses. Además, el plazo de 2 años para la validez del estatuto de niño adoptable será eliminado. Obtenido tras la decisión de un tribunal, el estatuto será válido, a partir del próximo año, hasta que se apruebe la adopción o hasta que el niño cumpla 14 años de edad. Tras superar esta edad, el niño decidirá en cuanto a su propia adopción. Asimismo, aumenta la validez del atestado de familia adoptadora de un año a dos años. De hecho, los disgustos por los cuales pasan los posibles padres representan la otra faceta dramática de las adopciones en Rumanía, según nos cuenta Nicoleta Cristea-Brunel, rumana establecida en Francia y repatriada para poder adoptar un niño aunque sin éxito, desafortunadamente:
“Lo que sucede en el sistema de adopción de los menores en Rumanía es un genocidio. En el sistema hay unos 60.000 niños que no logran encontrar una familia porque simplemente su adopción nunca tiene lugar. Es tan frustrante y doloroso… No pude ir a los centros de acogida para ver a aquellos niños no sólo porque hubiera sido incapaz de criar a 60.000 niños, sino porque no me concedieron el derecho para adoptar al menos a uno de ellos. Sin embargo, hice todo lo que se pudo hacer y al final logré obtener el famoso atestado para la adopción del niño. Sólo esto. Durante un año estuve esperando a que me llamaran para ir a ver a un niño. No recibí ninguna llamada… No hay ningún niño para mí aunque en Rumanía un promedio de 4 recién nacidos son abandonados diariamente.
Entre tanto, Nicoleta Cristea-Brunei tuvo una niña mediante fecundación in vitro y creó la Asociación “SOS Infertilidad, asociación que lucha por los derechos de las familias que desean tener hijos mediante adopción o a través de técnicas de reproducción asistida. Conociendo bien los problemas de la burocracia rumana, Nicoleta está a favor de la revisión de la Ley de Adopciones. Nicoleta Cristea-Brunei:
“Me parecen buenas las modificaciones, especialmente la referente a la baja por adopción. La mayoría de los niños adoptados tenían más de 2 años de edad y aunque cueste creerlo, los padres no tenían ni un día de baja. Las demás modificaciones son bienvenidas pero quisiera verlas implementadas.
Adoptadas recientemente por la Cámara de los Diputados, las modificaciones de la Ley de Adopciones esperan su promulgación por el presidente de Rumanía y la publicación en el Boletín Oficial.