La salud mental de los empleados rumanos
Aunque las estadísticas dicen que vivimos los mejores tiempos de la historia de la humanidad, el estrés se considera la epidemia del siglo XXI y cada vez son más los empleados que sufren ansiedad, depresión o agotamiento. Una experta habla del contexto cultural rumano específico y de las posibles soluciones.

Iulia Hau, 05.03.2025, 11:36
Los dos casos de muertes en el trabajo ocurridos en 2024 han llamado la atención de los especialistas. Además, en febrero de 2025, una empresa rumana fue condenada por primera vez ante un tribunal por el agotamiento profesional de una empleada, y obligada a pagarle una indemnización por daños morales y materiales. Los datos confirman que el estrés laboral no es un problema aislado. Un estudio reciente que analiza las respuestas de 3500 empleados en Rumanía muestra que el 48 % de ellos experimenta a menudo o muy a menudo síntomas de ansiedad en el trabajo y que el 43 % no dedica más de tres horas semanales a la relajación.
Corina Neagu tiene más de 20 años de experiencia en recursos humanos y es fundadora de una consultoría que ayuda a las organizaciones a potenciar el talento de sus empleados. Cree que el bajo nivel educativo de Rumanía en los últimos 35 años y la falta de educación emocional son factores determinantes de los problemas de salud mental relacionados con el trabajo.
Corina Neagu considera que el sistema educativo rumano aún tiene mucho que mejorar para enseñar a los estudiantes las habilidades que necesitarán en el futuro:
«El sistema educativo de Rumanía nos ha puesto en una situación en la que no desarrollamos competencias y no atendemos a la emocionalidad de nuestros hijos. Hay padres que trabajan en el extranjero, que no están disponibles emocionalmente, que tienen relaciones disfuncionales en sus familias, que viven en zonas rurales pobres o que son víctimas de todo tipo de abusos. Sí, es que incluso los padres no saben cómo estar bien consigo mismos para poder gestionar la relación con sus hijos. Y así, todas estas cosas han llevado a que nuestro estado emocional y mental, no sea el adecuado. En un país civilizado, sano y normal, hay políticas de prevención, estrategias a nivel nacional y programas de prevención y bienestar organizativos para fomentar el bienestar y la seguridad psicológica en el lugar de trabajo».
La experta cree que en el pasado de nuestro pueblo se formaron pautas de comportamiento que se deberían romper. En este sentido, el miedo, que fue el principal instrumento de control bajo el comunismo, sigue afectando a nuestra forma de relacionarnos jerárquicamente. La falta de una cultura del trabajo en equipo, el individualismo mal entendido y la vergüenza como parte de nuestra forma de relacionarnos son otros legados culturales.
Corina Neagu:
«Otro patrón cultural es que no teníamos derecho a opinar. No sabíamos lo que era la retroalimentación. Si abríamos la boca, nos decían: «¡Vete a tu cuarto, están hablando los adultos!». Y ni hablemos de los instrumentos de coacción que había en casa y en la escuela. Es otro patrón que se ha perpetuado».
Muchos expertos en recursos humanos coinciden cada vez más en que las organizaciones desempeñan un papel clave en el bienestar de sus empleados y, por ende, en el de la sociedad en su conjunto.
Corina Neagu lo corrobora:
«Las empresas no son terceros, están dirigidas por personas que tienen que tomar decisiones. La decisión de cuidar a tus empleados debe ser una prioridad para cualquier tipo de organización y para cualquier dirigente de organización. Richard Branson lo dijo y lo explicó muy bien. Es extremadamente importante y no solo se trata de dar un salario a final de mes, sino de crear el espacio, el clima, la cultura, el entorno en el que se sientan auténticos y puedan venir y expresarse de forma auténtica. Autenticidad consciente. Es decir, expresar y argumentar libremente nuestros puntos de vista, sin temer que me penalicen, me acosen, me maltraten por ello o me marginen o me menosprecien».
Una encuesta realizada el año pasado por la plataforma BestJobs reveló que la satisfacción laboral de los empleados rumanos se encontraba en su nivel más bajo de los últimos tres años, ya que solo tres de cada diez encuestados afirmaban estar satisfechos con su trabajo. En la misma encuesta, seis de cada diez empleados dijeron que su trabajo también afecta negativamente a su vida personal. Al mismo tiempo, cada vez hay más ONG y personas formadas que ayudan a empresas y empleados a desarrollar entornos de trabajo más saludables, basados en la comunicación sana y la empatía para impulsar las relaciones interpersonales.
Versión en español: Victoria Sepciu