La obesidad en Rumanía
Cada año, a principios de marzo, se celebra el Día Mundial de la Obesidad para llamar la atención sobre esta patología cada vez más frecuente.
Roxana Vasile, 08.05.2024, 15:06
Cada año, a principios de marzo, se celebra el Día Mundial de la Obesidad para llamar la atención sobre esta patología cada vez más frecuente. La obesidad, caracterizada por el aumento del peso corporal debido al tejido adiposo, no es solo cuestión de apariencia física o de control del peso, es también una enfermedad que puede tener múltiples repercusiones en la salud. Puede causar o empeorar los problemas cardiovasculares y endocrinos, trastornos articulares e incluso algunas formas de cáncer. La obesidad también tiene un impacto significativo en la calidad de vida y puede provocar baja autoestima o estigma social.
Según los datos existentes, a escala mundial, casi mil millones de personas, es decir, una de cada siete, eran obesas en 2020. Las estimaciones apuntan a que en 2035 la cifra podría alcanzar los 1.900 millones. En cuanto a los niños, los que tienen tendencia a engordar desde la guardería, dicen los expertos, tienden a convertirse en obesos antes de terminar la enseñanza secundaria. Entre los niños pequeños se prevé que la obesidad aumente un 100 % entre 2020 y 2035.
¿Cuál es la situación en Rumanía? Según el Instituto Nacional de Salud Pública, 2 de cada 100 personas serán diagnosticadas con obesidad en 2022. En cuanto a los nuevos casos de la enfermedad, registrados también en 2022, la mayoría son mujeres y viven en zonas urbanas.
Adoptar un estilo de vida saludable no es fácil, pero tampoco imposible. Las recomendaciones son limitar la ingesta de grasas y azúcares, aumentar el consumo de fruta, verdura, legumbres, cereales integrales y frutos secos y realizar una actividad física moderada y regular. También es necesario un programa de descanso y un estilo de vida adaptado a la edad, al sexo y al estado emocional. En definitiva, un programa personalizado, afirma ponente dra. Lygia Alexandrescu, especialista en nutrición:
«El término dieta tiene su origen en la antigua Grecia, cuando definían el estilo de vida llamado daiata como un conjunto de nociones que implicaban el sueño, la hidratación, la nutrición, el movimiento y el bienestar. Todos eran elementos de la dieta. Actualmente, cuando decimos dieta, nos referimos a la comida, pero no a LO QUE comemos, sino a lo que NO comemos. Cuando hablamos de dieta hablamos de restricción, lo cual es totalmente falso. Si hablamos de alimentación, tenemos que hablar de lo que necesitamos, de lo que mantiene sanas nuestras células y, por eso, la personalización alimentaria es muy importante. La misma dieta no sirve para todo el mundo. Precisamente por eso, todo lo que vemos en Internet -la dieta hiperproteica o la dieta hiperglucémica o la dieta del arroz o la dieta de la manzana- son puras tonterías porque todas estas dietas están totalmente desequilibradas. Una dieta que funciona para una persona no le va bien a otra. ¿Cuáles son los criterios? Hay muchos criterios que tenemos en cuenta a la hora de crear un plan de alimentación. Yo ni siquiera lo llamaría dieta, pues es algo restrictivo, es algo que mantienes lo justo para poder ponerte un vestido, para poder abrocharte la camisa o el cinturón con más facilidad. En realidad se trata de comida, de estilo de vida. Y así volvemos a hablar de la personalización alimentaria. Edad, sexo, tipo de esfuerzo que hacemos, estado emocional, genética, análisis actualizados. Hablar con tu médico de cabecera, con tu nutricionista, con tu entrenador deportivo, todo conduce a la creación de un programa de alimentación personalizado. No hay dos dietas idénticas. Al igual que la medicación, ambas deben ser personalizadas».
¿Algún truco más específico? Comer alimentos no procesados, dar 100 pasos después de cada comida, hidratarse bien, volver a la cocina tradicional con platos cocinados. «Cuando comemos alimentos en grandes cantidades y en combinaciones incorrectas, sobre todo en la segunda mitad del día, básicamente envejecemos», advierte Lygia Alexandrescu:
«No tenemos que saber de nutrición o conocer la bioquímica de los alimentos. Lo esencial es ser concientes de que debemos consumir energía y que debemos darle al cuerpo combustible de buena calidad. Y esto se puede hacer con alimentos muy próximos a la naturaleza, lo menos procesados posible. Comprar comida precocinada evidentemente nos llevará a ganar peso porque tiene mucha sal, contiene frituras y no tiene la calidad original de los alimentos. Hay muchos detalles. Todo tiene que ver con la educación. Como dicen los chinos, si quieres tener una generación sana, educa a la población durante 30-40 años y entonces tendrás una generación sana. La cultura del arroz se adquiere de un año para otro, las personas sanas, equilibradas y completas se consiguen educando varias generaciones».
La Universidad de Medicina y Farmacia «Carol Davila» de Bucarest ha lanzado la campaña «Controlar la obesidad» cuyo objetivo es enseñar a la gente a comer sano y hacer ejercicio. Este año adoptará la forma de 8 actos de información, sensibilización y educación médica en 8 ciudades rumanas. Cada acción en cada ciudad tendrá dos componentes: uno dirigido al público en general, a las autoridades y a la prensa, y otro científico, de educación médica, dirigido a los profesionales de la medicina implicados en el tratamiento de las personas con obesidad. «Nuestro objetivo es poner de relieve que la obesidad es un problema de salud pública que requiere intervenciones inmediatas y coordinadas».
-afirma la profesora Cătălina Poiană, impulsora de la campaña «Controlar la obesidad».
Sin acciones importantes y coordinadas, las tasas de obesidad seguirán aumentando y cada vez más personas morirán prematuramente a causa de la obesidad o de alguna de las enfermedades que provoca. Además, las enfermedades crónicas no transmisibles asociadas a la obesidad, que antes sólo se daban en adultos, son cada vez más frecuentes a edades mucho más tempranas. Sin embargo, por el momento, ningún país del mundo va camino de cumplir el objetivo fijado por la Organización Mundial de la Salud en 2013 de detener el aumento de la prevalencia de la obesidad para 2030. En otras palabras, ¡es urgente actuar!
Versión en español: Victoria Sepciu