La libertad de la prensa en Rumanía
La libertad de prensa es un derecho obtenido por la sociedad rumana tras la revolución de 1989. 25 años después del acontecimiento que iba a derribar al régimen comunista, los principales problemas que limitan la libertad de la prensa en Rumanía son la po
Monica Chiorpec, 15.05.2015, 18:22
La libertad de prensa es un derecho obtenido por
la sociedad rumana tras la revolución de 1989. 25 años después del
acontecimiento que iba a derribar al régimen comunista, los principales
problemas que limitan la libertad de la prensa en Rumanía son la politización
excesiva, los mecanismos corruptos de financiación de la prensa, el contenido editorial
subordinado a los intereses patronales, la infiltración y la contaminación de
la agenda pública por agentes encubiertos enviados por los servicios de
inteligencia.
La semana pasada, ActiveWatch presentó el último
informe sobre la libertad de prensa en Rumanía en el periodo comprendido entre
2014 y 2015. Lo que destaca, es la prensa convertida en instrumento de
propaganda política, sobre todo en años electorales. Răzvan Martin, uno de los
autores de este informe, habló sobre la situación registrada el año pasado y analizada por ActiveWatch:
En 2014,
dado que fue año electoral, todos estaban nerviosos. Así apareció más basura en
la prensa. Como de costumbre, la batalla política se trasladó a la zona
mediática. Los políticos volvieron a invertir en la prensa, pensando que la
propaganda mediática favorable y los ataques contra los rivales políticos iban
a garantizarles el éxito electoral, así como ocurrió en 2004 y en 2009. Los que
más invirtieron en la prensa volvieron a perder. El candidato outsider logró
imponerse, a pesar de una prensa en general hostil. Llevamos años hablando en
voz baja sobre la corrupción en la prensa. En el espacio público, las pruebas
que confirman los mecanismos de la corrupción son muy escasas. En los últimos
meses, la Dirección Nacional Anticorrupción está investigando los mecanismos
existentes en la prensa local y también en una parte de la prensa nacional, que
reciben financiación por parte de algunos barones, políticos o empresarios.
Se trata de mecanismos ilegales, que en muchas ocasiones utilizan dinero
público.
Las presiones ejercidas por el Estado sobre los
periodistas, las instituciones de prensa o los ciudadanos y su derecho a la
libertad de expresión, son un problema importante, según destaca el informe
sobre la libertad de prensa. En la prensa rumana, muchos ataques personales , sobre todo en los
programas de televisión, se producen entre los periodistas empleados de varios
grupos de comunicación en función de su visión política o de los intereses de
las cadenas de televisión. Răzvan Martin:
Como les
decía, la agenda pública, en el contexto de este año electoral, y en general en los últimos años, se ha visto dominada
por voces subjetivas que participan en un duro enfrentamiento . Muchos ataques
personales se convierten, desde críticas expresadas por los periodistas contra
algunos dignatarios o políticos, en ataques contra otros periodistas. De esta forma, vemos como una batalla
política se convierte en una batalla mediática. Se lanzan insultos y ofensas
entre los empleados de los medios. Utilizo este sintagma porque no los puedo
llamar periodistas. Incluso en la justicia hay numerosos casos de periodistas
que denuncian a otros periodistas por estos ataques, insultos y calumnias.
También los denuncian para intimidar a otros periodistas. Los grandes grupos de comunicación amenazan
a los periodistas que se atrevan a criticarlos, dado que cuentan con mayor
potencia financiera en comparación con estos periodistas que en general
trabajan como independientes. Hay casos en los que se utiliza a los medios para
poner una mordaza a la justicia.
La infiltración de agentes secretos en las
redacciones fue confirmada en 2014, después de algunos casos similares
ocurridos en los años anteriores. El mismo asunto ha sido debatido en 2015. El
pasado verano, en junio y julio, el Gobierno y el Parlamento de Rumanía
registraron un primer intento de limitar el derecho al anonimato en las comunicaciones electrónicas
de internet y telefonía móvil, a pesar de las protestas enviadas por la
sociedad civil. Răzvan Martin nos lo explica:
Si hablamos
de presión ejercida por el Estado sobre la prensa, la situación más grave, en
nuestra opinión, es la reconfirmación de algunos agentes encubiertos
infiltrados en la prensa por los servicios secretos . En 2012, tuvimos un caso
similar, confirmado y asumido en aquella ocasión por el SRI. Ahora, un empleado
de algún medioo experiodista ha confesado que trabajaba como agente encubierto.
Posteriormente, han aparecido al menos dos confesiones más de unos periodistas que han ofrecido datos sobre
los servicios de inteligencia que han intentado emplearlos como agentes. Esta
situación me parece muy grave, dado que afecta al fundamento de la libertad de prensa. !Piénsenlo!, estos agentes
encubiertos ponen en peligro la relación entre el periodista y sus fuentes y
además controlan las redacciones. Así, los servicios se enteran de las
conversaciones entre los periodistas, de los temas de sus artículos, que ya no
son un secreto profesional, sino que llegan a ser propiedad de los servicios de inteligencia. Igualmente grave es la
influencia que tienen estos agentes encubiertos sobre el público, la contaminación de la opinión pública y el
control sobre el contenido de la prensa. El año pasado, tuvimos dos iniciativas
de ley, contra las leyes big brother, que limitaban algunos derechos y
libertades fundamentales. Dichas iniciativas cuentan con un importante apoyo
mediático por parte de la prensa digamos tradicional. Las principales voces
críticas que se han pronunciado contra estas iniciativas públicas proceden
de algunas ONG de derechos humanos.
En 2014, Rumanía se situó en el puesto 52 en la
clasificación internacional anual sobre la libertad de prensa elaborada por
la organización Reporteros Sin
Fronteras, con un descenso de 7 puestos repecto al año anterior.
(Versión española:Simona Sarbescu)