La implicación cívica del género femenino
Últimamente ha aumentado la implicación cívica de las mujeres, y han evolucionado también el espíritu emprendedor de las mujeres y su presencia en el escenario político.
România Internațional, 17.10.2018, 18:04
En un periodo en que el espíritu cívico está aumentando en Rumanía y ha conocido un acentuado resurgimiento sobre todo en los últimos años, era imposible que el activismo femenino quedase atrás. Últimamente ha aumentado la implicación cívica de las mujeres, y han evolucionado también el espíritu emprendedor de las mujeres y su presencia en el escenario político. El mercado del libro no podría olvidar este progreso y en 2011 empezó un proyecto editorial de este tipo. Son tres libros coordinados por la economista y política Andreea Paul-Vass y publicados por la editorial Polirom, libros en que varias mujeres cuentan su historia de éxito en la política, la economía y el activismo cívico. El libro más reciente se titula Forța civică a femeilor” (“La fuerza cívica de las mujeres”), se ha lanzado este año y muestra que las mujeres son mayoría en el sector no gubernamental, según ha afirmado Andreea Paul-Vass:
“En 2011 se lanzó el libro Forța politică a femeilor” (“La fuerza política de las mujeres”), con personas de todos los partidos políticos. En 2016 se lanzó el segundo volumen, Forța economică a femeilor” (“La fuerza económica de las mujeres”), en el que contribuyeron algunas empresarias absolutamente excepcionales. Y en 2018 era necesario dar valor al espíritu cívico del género femenino. En cada momento en que uno de los volúmenes salía al espacio público, yo estaba trabajando en ese entorno. Por eso me gustó escuchar las historias de las demás mujeres que tuvieron la linda locura de activar su espíritu cívico. Nosotras, las mujeres, tenemos el reflejo innato de reequilibrar las cosas, de embellecer la sociedad, de reparar injusticias. En la sociedad civil, predominan las mujeres. En el mapa de los innovadores sociales, las mujeres contribuyen en un 53% a la puesta en marcha y la dirección de las organizaciones no gubernamentales. En el emprendimiento, las cosas no están igual de bien, pero tampoco mal. En cuanto a la fuerza económica de las mujeres hoy en Rumanía, uno de cada tres empresarios es del género femenino. En la política, la situación se aleja mucho más de la zona económica y de la zona cívica. Cuando se publicó “La fuerza política de las mujeres”, había aproximadamente un 10-11% de mujeres en el Parlamento. Menos de diez años después de la publicación de este libro, el número de mujeres en el Parlamento de Rumanía se ha doblado.”
La empatía genérica de las mujeres puede ser una explicación para su implicación en muchos proyectos de ayuda social, de coagulación de las comunidades y de concientización de cuestiones médicas o ecológicas. Pero en el caso de Rumanía hay también otra explicación. La periodista Palade Teodorescu, redactora jefa de la revista “Cariere”, ha ofrecido más detalles:
“Estas mujeres muestran que hay una fuerza cívica y son ejemplos de personas, sobre todo madres, que no se quejaron de tener un niño enfermo y que el Estado no haga nada, de tener padres enfermos, niños discapacitados. Dijeron simplemente: “Yo soy el cambio, ya no tiene sentido esperar algo del sistema, esperar que el cambio venga desde arriba. Yo lucharé por los derechos de mis niños, de mis padres o de los que sufren.” De hecho, este libro habla de lo que a mí me gusta llamar el “poder de la vulnerabilidad”. Se trata de mujeres que en algún momento han estado en una situación límite en la vida, la han superado y por lo tanto, han dicho que también quieren hacer algo por las demás personas que están en la misma situación. (…) Hay muchas heroínas anónimas, mujeres que han trabajado mucho en un injusto anonimato y no entienden por qué se habla de ellas. Consideran que hacen lo que hacen porque han sido obligadas por la necesidad. Pero el hecho de que llegaran a ser conocidas les ha motivado aún más, han recibido la confirmación de que lo que hacen es correcto, y por lo tanto van adelante y continúan su trabajo.”
Las historias de estas 100 mujeres publicadas en el libro “La fuerza cívica de las mujeres” también muestran la solidaridad femenina. “El valor de una mujer se muestra también en el número de mujeres a las que ayuda a levantarse”, ha afirmado una de las protagonistas del libro. Daniela Palade Teodorescu ha ofrecido más detalles:
“Cuando tienes un niño que sufre de autismo y te envían de un consultorio a otro, de un hospital a otro, cuando el niño no recibe el diagnóstico correcto, dices que no puedes continuar así, tienes que hacer algo para el niño: “Yo ya no estaré en algún momento, y ¿en qué mundo vivirá él? ¿Quién cuidará de él? ¿Cómo vivirá de forma autónoma?” Desde aquí, gracias a las redes sociales, consiguen crear comunidades de personas con necesidades similares y que pueden tener a su vez una fuerza muy grande.”
En general, el sector no gubernamental está bien desarrollado en Rumanía. Esto es algo que según algunos expertos, muestra la ineficiencia del Estado en ciertos entornos. El Estado no se implica mucho en los sectores en que la sociedad está más interesada y no ofrece suficiente financiación, según considera la feminista Mihaela Miroiu, profesora universitaria en la Escuela Nacional de Estudios Políticos y Administrativos (SNSPA, por sus siglas en rumano):
“Otro proceso que hay en Rumanía y que se ve en este libro es el hecho de que una organización no gubernamental se profesionaliza con el tiempo. Esto significa que las personas que trabajan allí mejoran cada vez más como expertos en sus sectores de actividad. Mientras que en la política aumentan de forma exponencial la falta de profesionalidad, la impostura y el diletantismo, en el sector apolítico o no gubernamental la pericia aumenta de forma exponencial. Por lo tanto, hay una ruptura en la sociedad. La buena noticia es que por lo menos parte de esta ruptura va bien: el emprendimiento cívico.”
En 2017, un estudio sobre el sector no gubernamental en Rumanía realizado por la Fundación para el Desarrollo de la Sociedad Civil mostró que de las 88.000 ONG existentes, sólo 42.000 estaban activas.