La granja del futuro
Rumanía representa un verdadero “paraíso agrícola, declaró este verano el embajador de Francia en Rumanía, Philippe Gustin, al referirse a las oportunidades de los inversores franceses de invertir en la agricultura rumana.
Luana Pleşea, 04.10.2013, 13:59
Rumanía representa un verdadero “paraíso agrícola”, declaró este verano el embajador de Francia en Rumanía, Philippe Gustin, al referirse a las oportunidades de los inversores franceses de invertir en la agricultura rumana.
En opinión de los especialistas, la agricultura ocupa un lugar especial entre las preferencias de los inversores extranjeros.
Por otra parte, los jóvenes rumanos manifiestan cada vez menos interés en especializarse en las ciencias agronómicas, según destaca Maria Drinovan, directora del Colegio de Agricultura e Industria Alimentaria Ţara Bârsei, de la aldea de Prejmer, del departamento de Brașov:
“Desgraciadamente, hoy por hoy las escuelas agrícolas atraviesan un período difícil, porque un número cada vez más reducido de jóvenes optan por esta especialización. Deberíamos cambiar la mentalidad de la gente. Yo creo que Rumanía se va desarrollar mucho gracias a la agricultura, pero para esto necesitamos de jóvenes instruidos, bien formados en un instituto agrícola, bien licenciados en una universidad especializada. En la agricultura no hay rendimiento sin personal bien preparado.”
La directora del Colegio de Agricultura de la aldea de Prejmer hizo esta declaración con motivo del noveno aniversario del proyecto “La Granja piloto y el Centro de preparación y asesoramiento agrícola Agrovision”. Un proyecto de World Vision Romania lanzado en 2004, que puede ser considerado un modelo de solución alternativa para la formación de agricultures profesionales. El criadero de vacas lecheras fue construido en la aldea de Criț, una comunidad pobre del departamento de Brașov. Crenguţa Bărbosu, directora del programa Agricultura y Desarrollo Rural en el marco del proyecto World Vision, nos dirá cómo se inició dicho proyecto, precisamente en el año en que Rumanía había concluido las negociaciones con la UE sobre el capítulo de la agricultura:
“Adquirimos primero una granja, una antigua cooperativa agrícola, y la modernizamos. Además de la financiación de EE. UU., solicitamos un proyecto SAPARD, para demostrar a la gente que estos fondos están destinados a los agricultores de Rumanía y se puede acceder a ellos. Con el dinero recibido modernizamos la granja, compramos ganado vacuno, modernizamos los establos, las ordeñadoras y construimos asimismo un centro de preparación para los granjeros, desarrollando a la vez un programa de gestión del criadero de vacas lecheras. Luego, Rumanía se adhirió a la UE, apareció el Programa Nacional de Desarrollo Rural y nosotros centramos la atención en las modalidades de acceso a los fondos europeos.”
Radu Todea se licenció en la Facultad de Construcción pero optó por trabajar en la zootecnia, a raíz de los conocimientos adquiridos en la granja Agrovision. Radu Todea proyectó y construyó, él mismo, su granja:
“Heredé esta granja de mis padres. Luego hice los cursos de la Fundación World Vision y aprendí a criar animales en condiciones óptimas, aprendí a criar los terneros y a utilizar las ordeñadoras. Hoy por hoy practicamos el ordeño mecanizado y duplicamos el número de animales. Tengo un negocio próspero y no lamento la opción elegida.”
A lo largo de sus 9 años de existencia, la granja piloto de la aldea de Criț ha respaldado a los pequeños granjeros en el proceso de transición de la granja de subsistencia a la comercial y ha contribuido al desarrollo de la comunidad local. Crenguţa Bărbosu nos habla de esto
“Intuimos el potencial turístico de la zona, la aldea de Crit está situada en una zona de antiguas ciudadadelas sajonas fortificadas que despiertan el interés de los turistas, y lanzamos los cursos de turismo rural para las mujeres y no sólo. Hoy por hoy, estas personas son propietarias de pensiones agroturísticas o trabajan en un telar con la posibilidad de vender los productos confeccionados a los turistas que visitan la zona.”
Uno de los problemas fundamentales de la enseñanza agrícola en Rumanía lo representa el hecho de que los alumnos no tienen donde hacer prácticas, porque son raras las granjas con unos estándares elevadoes. Maria Drinovan, directora del colegio de agricultura, nos amplía detalles:
“Deseo de todo corazón que los alumnos permanezcan en el medio rural y desarrollen un negocio, incluso aunque no esté relacionado con la agricultura. Yo procedo de una aldea rica y el impacto de nuestro proyecto fue muy grande. En el año 2000, por ejemplo, desarrollamos un proyecto llamado Leonardo y enviamos a 10 jóvenes agricultores de la zona a unos cursos de especialización en agricultura ecológica en Dinamarca. 5 de los 10 jóvenes son, en el presente, propietarios de granjas modelo y uno de ellos, que se licenció en una facultad de agricultura, es el gerente de una gran granja danesa que cultiva 6.000 hectáreas de terreno en Rumanía.”
Podemos afirmar, sin lugar a dudas, que se puede obtener un ingreso decente en la agricultura, se puede vivir bien de ella y existen también en Rumanía jóvenes que optan por montar un negocio en el campo, inspirados por granjas modelo, como la de la aldea de Criț.