Iniciativas cívicas de los padres
Una ciudad superpoblada como Bucarest, contaminada y habitada por personas apuradas y agobiadas incluso por los problemas de la vida urbana, parece ser difícil de convertir en un ambiente adecuado para criar a los niños.
România Internațional, 18.09.2019, 18:53
Una ciudad superpoblada como Bucarest, contaminada y habitada por personas apuradas y agobiadas incluso por los problemas de la vida urbana, parece ser difícil de convertir en un ambiente adecuado para criar a los niños. Y si esto es posible, su éxito depende mucho de la implicación ciudadana, según ha mostrado también la iniciativa Grow Up Romania. El proyecto fue iniciado en 2016 por un grupo informal de padres con sentido cívico, que deseaba convertir Bucarest en un entorno amistoso con las familias y consciente de que los descontentos expresados en privado no eran suficientes. Es necesario informar a las autoridades que tienen que cambiar la ciudad para bien. Dana Ostacie y Alma Cazacu son dos jóvenes madres que, además de su trabajo corriente y las actividades domésticas, hacen voluntariado para movilizar a otros padres para que actúen y solucionen algunos problemas comunes. ¿Cuáles son estos problemas? Alma Cazacu ha contestado esta pregunta.
“Bucarest sufre bastante porque es muy difícil cruzar la ciudad, llegar del punto A al punto B sin encontrar basura y otros obstáculos en la acera, sin encontrar sitios para jugar degradados. Hemos creado un cuestionario y los padres de nuestro grupo informal en internet que ofrece ayuda recíproca han tenido que rellenarlo. Y el problema más común es el de los coches aparcados en el espacio peatonal que hacen imposible el paso del carrito en condiciones de seguridad. Un 64% de los padres que han rellenado el cuestionario han afirmado esto. Después, un 57% han manifestado su descontento ante la falta de aseos públicos adecuados para niños con mesas para cambiar al bebé, limpios y con el sitio necesario para que entre un carrito. Un 48% de los encuestados han destacado la falta de rampas o ascensores para carritos en los medios de transporte público. Y un 44% se quejan de los lugares públicos para jugar que están deteriorados y sucios, y ponen en peligro la seguridad y la salud de los niños. Intentamos crear un puente entre los ciudadanos que tienen la sensación de que las autoridades tienen que solucionar todo sin que ellos digan qué problemas tienen, y que tienen que saber que hace falta presentar el problema en cierto modo.”
No pasó mucho tiempo hasta que un número significativo de padres bucarestinos se movilizaran y comenzaran a informar a los ayuntamientos de los seis sectores de la capital. Dana Ostacie.
“Hemos conseguido alcanzar 7.000 miembros en la comunidad Grow Up Romania en la página en Facebook. Tenemos también un grupo de voluntarios. Nuestra actividad básica es la movilización de los ciudadanos para que ellos también actúen. En primer lugar, les ofrecemos información. Por ejemplo, para informar a las autoridades. Inicialmente, informamos varias veces a las autoridades respecto al espacio público y así conseguimos obtener las direcciones a las que tiene que llegar cada solicitud para no ser enviada de una institución a otra y para que no pasen meses hasta que se solucione. Por lo tanto, hemos creado una pequeña guía para todo el mundo en internet, para que sea más fácil presentar solicitudes. En 5 minutos se puede enviar un correo electrónico con fotos y el lugar en cuestión, y es muy posible que tu problema se tome en cuenta y se solucione.”
Normalmente intimidados por la burocracia y escépticos sobre la amabilidad de los funcionarios públicos, los bucarestinos han sido animados también por el éxito de las solicitudes enviadas por los miembros de la comunidad Grow Up Romania. He aquí algunos ejemplos de situaciones solucionadas de esta forma: pasos de peatones repintados, el traslado de algún poste que estaba en medio de una parada de autobús que impedía el paso del carrito y la iluminación de un lugar para jugar en el Parque Carlos donde por la tarde, en invierno, los niños ya no podían jugar porque estaba oscuro. Dana Ostacie.
“Es importante que las personas insistan. Sería ideal que cada vez más personas de aquella zona envíen solicitudes sobre el mismo problema. Cuantos más sean, mayores serán las posibilidades de que la solicitud se convierta en una prioridad. Ahora no es nada difícil enviar una solicitud, sobre todo por correo electrónico. Sólo hemos tenido que motivarles y darles un poco de confianza mediante los ejemplos positivos. Después de haber presentado nuestros logros y de haber publicado todos los datos de contacto de las autoridades, les aconsejamos a quién deberían dirigirse y les presentamos algunos modelos de solicitudes respecto a varios problemas. Después empezaron a enviar muchas solicitudes. Estamos muy contentos de que las personas se impliquen y nos envíen fotos de sus éxitos.”
No todas las solicitudes se solucionan rápidamente y no todas reciben respuestas. Según cada ayuntamiento o departamento, las respuestas varían. Pero es importante que el espíritu cívico, una vez despertado, no se canse. Además, es necesario que, también mediante la implicación cívica, los ciudadanos se eduquen recíprocamente. Y por esto la comunidad Grow Up Romania tiene sus propias campañas como aquella destinada a impulsar a la gente a recoger las heces del perro, a advertir a los conductores a no aparcar en la acera y a recordar unas normas básicas de higiene para que la gente sepa que el bienestar de las familias en una ciudad depende de las acciones de cada uno de sus ciudadanos. Alma Cazacu.
“En nuestras campañas hemos intentado tener un tono lo menos agresivo posible. Por ejemplo, los mensajes de los padres para los conductores que aparcan en las aceras son muy agresivos. Pero creemos que la educación no se hace con agresividad y por esto hemos creado un folleto en el que explicamos que para los padres con carritos y las personas discapacitadas es muy difícil circular en la acera. Lo más importante es no olvidar que después de salir del coche, ellos también son peatones. Ha sido más difícil interactuar con los dueños de los perros que no recogían las heces. Por esto hicimos carteles para evitar la conversación directa y para que no pensaran que queríamos acusar a alguien. No queremos acusar a nadie, sino que sólo queremos hacerles entender que no está bien dejar las heces atrás.”
En un futuro cercano, el proyecto Grow Up Romania continuará sus trámites para que Bucarest sea una ciudad amistosa con los padres y los niños mediante la implicación de los ciudadanos para encontrar soluciones a sus propios problemas.