INFORME SOBRE LA INFANCIA INSTITUCIONALIZADA
La forma en que una sociedad maneja el problema de los niños abandonados es un indicador del grado de civilización que ha alcanzado dicha sociedad.
România Internațional, 17.07.2019, 18:45
La forma en que una sociedad maneja el problema de los niños abandonados es un indicador del grado de civilización que ha alcanzado esa sociedad. En los siglos pasados, el abandono estaba ocurriendo rutinariamente. La sociedad moderna ha respondido con soluciones institucionales a este problema, pero la institucionalización no es suficiente en sí misma. Con detalles, el filósofo Gabriel Liiceanu.
«Es un progreso de la civilización mundial que los niños abandonados puedan ser acogidos en los centros de atención. Esto obviamente es un paso adelante, un gran avance. A finales del siglo XVIII, una de las grandes personalidades culturales de Europa, un ídolo de la espiritualidad occidental, llamado Jean-Jacques Rousseau, escribió tratados sólidos sobre cómo educar a los niños. Era la época en que muchos padres abandonaban a sus hijos en las puertas de las iglesias. Esta era la forma en que la sociedad solucionaba el problema de los niños no deseados».
La editorial Humanitas ha organizado el lanzamiento del informe sobre la infancia institucionalizada en Rumanía titulado «Los niños de Herodes». El autor de este libro es el diputado Vlad Alexandrescu quien realizó muchas visitas a los orfanatos del país y pidió aclaraciones sobre la situación médica de estos niños.
«En mi calidad de parlamentario he realizado una serie de gestiones, a saber, interpelaciones a las instituciones competentes, pidiendo respuestas a preguntas muy precisas sobre el número de niños maltratados, los tipos de abusos registrados por la policía, tratamientos médicos, tratamientos psiquiátricos a los que están sujetos los niños, el tipo de medicación psiquiátrica que reciben. También he hecho preguntas sobre la trata de personas trasladadas al extranjero, entre cuyas víctimas hay muchos niños o jóvenes. El resultado de todos estos esfuerzos está en este libro publicado gracias a la generosidad de la editorial Humanitas.»
La pobreza extrema parece ser la principal causa del abandono de los recién nacidos o niños pequeños. La experiencia traumática de estos niños no deseados deja huellas profundas y afecta su desarrollo psicoemocional. Vlad Alexandrescu vuelve al micrófono.
«Este es el caso de alrededor del 65% de los niños que están bajo el cuidado del Estado. Vienen de familias que se encuentran en extrema pobreza. La institucionalización de los niños es uno de los efectos de la pobreza extrema en Rumanía. Muchos de estos niños son abandonados desde el nacimiento o inmediatamente después del nacimiento. Algunos de ellos permanecen en los hospitales antes de que lleguen a los centros de atención. Pero el hospital no es el mejor lugar para el desarrollo de los niños. Por esta razón, desde muy temprana edad, durante algunos meses, ellos ya han experimentado un trauma de abandono que lentamente se internaliza y se convierte en un sufrimiento psíquico».
El período comunista sacudió el equilibrio social a través de una generación de niños no deseados, llamada «la generación del decreto». Por el decreto del 1 de octubre de 1966, Nicolae Ceausescu prohibió las interrupciones del embarazo, con algunas excepciones. En 1990 se publicaron muchos artículos sobre los niños abandonados durante los años comunistas, debido a esta norma legal que prohibía incluso los métodos anticonceptivos. Inmediatamente después de la Revolución anticomunista de 1989, los orfanatos en Rumanía estaban llenos de niños no deseados, la mayoría de los cuales tenían serios problemas psicológicos. Aunque el marco legislativo de hoy permite que estos dramas dejen de repetirse, algunos niños abandonados siguen siendo pacientes de salas psiquiátricas. Vlad Alexandrescu
«Hay un prejuicio entre los psiquiatras rumanos. De alguna manera, los psiquiatras consideran un fenómeno normal cuando la puerta del hospital se abre y aparece un niño institucionalizado. Por supuesto, después de la hospitalización psiquiátrica, después de la introducción de un tratamiento neuroléptico, el psiquiatra recomienda una reevaluación periódica del niño y la introducción gradual de la psicoterapia. Pero esto nunca ocurre».
Gabriel Liiceanu cree que no solo la falta de fondos y el sistema burocrático obstaculizan la inversión en centros de atención modernos, adaptados a la época actual. A pesar de los controles realizados, las señales de alarma emitidas por televisiones y artículos de investigación, la lucha con esta institución gigante podría parecer perdida. Sin embargo, la solidaridad y la participación de toda la sociedad podrían aliviar el sufrimiento de los niños abandonados.
«Por otra parte, si todo nuestro dinero se invirtiera en tales centros, dice el autor del libro, el problema aún no se resolvería, porque todo está inmerso en una burocracia aterradora que ya no se puede desmantelar. ¿Qué podemos hacer después de enterarnos de esta situación? Solos, absolutamente nada. Lloramos en un rincón, nos cae mal la comida, tenemos reflexiones sombrías sobre la humanidad y ya está. Pero juntos, sí podemos hacer algo, podemos identificar soluciones. Indignarse es el primer paso para el compromiso porque la indignación es el impulso de una sociedad. Vives mientras estés indignado. ¿No te entregas a nada? Eres un hombre muerto, y el mundo a tu alrededor se hunde».
El libro de Vlad Alexandrescu, «Los hijos de Herodes. Un informe moral sobre los niños abandonados” también estará acompañado por un libro electrónico publicado por la editorial Humanitas.