Extremos de vida en Rumanía

Entre la información —parcial por el momento— obtenida del Censo de Población de 2021, la relacionada con la vivienda revela situaciones interesantes.

Christine Leșcu, 24.05.2023, 11:19

Entre la información —parcial por el momento— obtenida del Censo de Población de 2021, la relacionada con la vivienda revela situaciones interesantes. En ella se muestra una imagen de nuestro país atrapado entre los extremos: muchas localidades abandonadas, especialmente en el campo, donde el número de hogares ha superado al de los habitantes, que conviven con zonas extremadamente concurridas, tanto urbanas como rurales, donde la vivienda es muy escasa en comparación con el número de ciudadanos.

Al mismo tiempo, aunque Rumanía tiene quizás el mayor número de propietarios de viviendas de la UE, no está tan bien en cuanto a la calidad de la vivienda. La concentración de la población en las grandes ciudades y sus alrededores se explica por las oportunidades de empleo, educación y ocio que ofrece la gran ciudad. Y la despoblación de los pueblos también se explica por el declive demográfico, y por la migración de personas a regiones que ofrecen, al menos a un nivel potencial, una vida mejor, concluye Bogdan Suditu, profesor asociado de la Facultad de Geografía y presidente del Comité Técnico de Urbanismo del Ayuntamiento de Bucarest.

Este es un fenómeno que ha aumentado desde 1990 y mucho más desde el año 2000. Las zonas rurales están perdiendo población o la población está envejeciendo y muchas aldeas han empezado a quedarse sin población. Además, hay una tendencia a migrar de los jóvenes a ciudades que tienen, por un lado, oportunidades de empleo y, por otro lado, oportunidades de educación o formación profesional. También he usado los datos del censo y la situación es bastante preocupante. Me gustaría señalar que, de las 3181 unidades administrativas territoriales, solo 77 tienen más de 25 000 habitantes, es decir, muy pocas. Esto significa que el 2,4 % de las unidades administrativas territoriales tienen más de 25 000 habitantes. Pero también voy al otro extremo. Tenemos 2501 unidades administrativas territoriales, es decir, el 78 % de las unidades administrativas territoriales en Rumanía, que tienen menos de 5000 habitantes. A veces tenemos situaciones en las que el número de empleados en el ayuntamiento es mayor que la población activa de los respectivos municipios. De hecho, hay dos situaciones extremas en las que, por un lado, tenemos una concentración de población en las principales ciudades grandes, Bucarest, Constanza, Timișoara, Iași, Craiova, Cluj, donde el área metropolitana está creciendo, pero también tenemos muchas unidades administrativas territoriales que están perdiendo. Tenemos un municipio en Rumanía que tiene 88 habitantes. Se trata de Bătrâna, en la provincia de Hunedoara.

La situación en 2021 no es nueva, también se constató hace 10 años, durante el censo anterior. Por ejemplo, en 2011, se comprobó que 129 aldeas tenían 0 habitantes y, según un cálculo relacionado con el número total de localidades rurales, la conclusión fue que 2000 aldeas tenían menos de 100 habitantes. A la espera de los datos completos, es de suponer que en 2021 el fenómeno haya aumentado. ¿Qué se puede hacer para mejorar la situación de las personas en estas zonas abandonadas, pero también de las que están superpobladas?

Bogdan Suditu responde:

“Hay una Estrategia Nacional de Vivienda que fue aprobada el año pasado y esto es algo muy bueno. Tiene algunos objetivos, especialmente para los grupos vulnerables, e igualmente para mejorar los mecanismos de acceso a la vivienda, la vivienda digna, el alquiler o la propiedad. Obviamente, se trata de una estrategia nacional y apunta a lo que el Gobierno puede hacer, pero también establece un marco para la cooperación con las autoridades públicas locales. El fenómeno del declive demográfico no existe solo en Rumanía. Hay muchos otros países que tienen los mismos problemas. El mecanismo propuesto por el Gobierno, la estrategia en cuestión, tiene como objetivo mejorar los mecanismos para que, por un lado, en las grandes ciudades y zonas aglomeradas se desarrolle el número de viviendas, y, por otro lado, obviamente, en las zonas rurales también se pueden construir viviendas, pero allí hay que ver para quién. Si Rumanía atrae población o migrantes, no creo que vayan a ir a las zonas rurales. Entonces, ¿qué podemos hacer? Mejorar, en el sentido de que los recursos que tenemos los utilicemos de manera más eficiente.

Por ejemplo, en lugar de tener cinco escuelas en una zona rural afectada por la subpoblación, una es suficiente, con buenos maestros, donde los niños de los pueblos más lejanos puedan ir en un autobús proporcionado por el ayuntamiento. Es una de las soluciones que se pueden aplicar, y en algunos casos incluso ya se aplica, para mejorar las condiciones de vida y alentar a las personas a que no se vayan.

En cuanto a la superpoblación: en 2020, el 45 % de los rumanos vivían en viviendas superpobladas, la tasa más alta de la UE. Es obviamente un promedio, explica Bogdan Suditu, señalando que este fenómeno es específico tanto para las ciudades grandes como para las pequeñas y se refiere especialmente a la cantidad de bloques construidos durante el período comunista, donde varias generaciones ahora se están apiñando.

Bodgan Suditu: “Todavía hay muchas personas en Rumanía que están cerca de la jubilación o ya jubiladas, que aún ocupan el apartamento al que se mudaron hace 30-40 años, donde criaron a sus hijos, pero estos se fueron y se han quedado los mayores. Por lo tanto, esta situación es una realidad para las grandes ciudades y esto debería preocuparnos y tendríamos que encontrar soluciones adaptadas, porque los mayores que ocupan viviendas tan grandes no significa que vivan mejor, porque tienen costes muy altos de mantenimiento de estas viviendas. Y, obviamente, para algunos, tienen un hogar grande y bueno, pero muy costoso en relación con los ingresos de un pensionista.

Paradójicamente, Rumanía es también el país europeo con un gran número de propietarios de viviendas; los rumanos prefieren comprar un apartamento o una casa que vivir de alquiler. Pero, ¿cuáles son las consecuencias?

Bogdan Suditu responde:

“Nos convertimos en propietarios con costes muy, muy altos. El sentimiento de propiedad y seguridad que viene con la propiedad es algo muy bueno. Desafortunadamente, la idea de ser propietario de una casa, aparte de los costos de los que hablamos, viene con muchas limitaciones relacionadas con la movilidad. Cuando compras un apartamento a crédito, está claro que no te vas a mudar con mucha facilidad, incluso si descubres después de un mes o un año que en ese barrio te faltan algunos servicios. Después de un año, dos o tres, cuando tengas hijos y descubras que no tienes una guardería en el barrio donde te mudaste, será bastante difícil, estando atado por el crédito inmobiliario a vivir en un barrio en las afueras de Bucarest, Cluj o Iași, encontrar a otra persona disponible para comprarlo, para que tú puedas encontrar un hogar más cerca de la guardería o más cerca de un parque y así sucesivamente.

La necesidad de seguridad que ofrece una propiedad sigue siendo muy alta entre los rumanos, pero la cantidad construida de viviendas sigue siendo muy pequeña para garantizar esta necesidad, que a veces contradice a otra: la necesidad de movilidad.