Empleados rumanos y horas extras
El síndrome burn out o agotamiento laboral está estrechamente ligado al fenómeno del trabajo excesivo, bien mediante la realización de horas extras, bien en el marco de la norma laboral habitual.
Christine Leșcu, 28.02.2018, 16:43
En Rumanía la semana laboral cuenta
con un mayor número de horas que el
promedio de la UE según destacan los datos de la Encuesta Europea de Condiciones
de Trabajo (European Working Conditions Survey) del año 2016. Conforme a estos
datos, más de un 35% de los empleados rumanos trabajaba más de 40 horas por
semana mientras que el promedio europeo era del 23%. Pese a ello, para algunos
empleados rumanos, la realización y el pago de las horas extras representa un
espejismo: para algunos representa incrementar un buen sueldo, para otros
representa la garantía de una vida decente. En ambos casos, la labor y el
esfuerzo extras conllevan problemas de salud y dramas personales. Dragos
Iliescu, profesor en la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la
Universidad de Bucarest, nos describe los efectos del agotamiento laboral:
Las horas suplementarias constituyen un factor de
estrés emocional que si se prolonga puede causar afecciones irreversibles.
Parte de estas afecciones pueden ser mentales, como el síndrome burnt out que
conlleva la depresión, o pueden ser afecciones irreversibles de la salud física
como la hipertensión o el infarto de miocardio.
En Rumanía, en conformidad con la ley, las horas
extras pueden ser solicitadas por el empleador o por el propio empleado, que
acepta prestarlas de buena voluntad y efectuarlas dentro de determinados
límites: a saber, de no superar la media jornada o la jornada completa. Además
de las 40 horas laborales por semana se pueden prestar otras 20 que se pueden
recompensar por unos días libres o por pago efectivo, una variante utilizada en
Rumanía por muchas compañías. Entre éstas figura también la Daewoo Mangalia
Heavy Industries que administra el astillero de Mangalia. Allí, en 2016, los trabajadores
efectuaron alrededor de un millón de horas extras, según declaró el líder
sindical de entonces, en el presente jubilado. Marin Florian, exlíder sindical declara
que los empleados trabajaban incluso durante los fines de semana:
De hecho todos los asalariados interesados en
efectuar horas extras podían hacerlo. Hubo también situaciones en que algunos
no quisieron efectuar horas extras. Pero su número no era grande dado que en
realidad sabían que si prestaban horas suplementarias ganaban más dinero. Para
las horas extras se pagaba el doble del
salario. Además del programa normal de 170 horas mensuales, el empleado efectuaba
otras 140 horas más. En suma, los obreros habían llegado a trabajar alrededor
de 320 horas por mes.
Para la patronal era preferible no subir los salarios
y pagar estas horas extras en función de las necesidades de la compañía. Marin
Florian nos amplía detalles:
Habían llegado incluso a pedir a los obreros que
renunciaran a las vacaciones y que vinieran a trabajar. Les daban recompensas
en metálico a cambio del descanso. La Inspección laboral fue informada y
efectuó un control, pero dado el nivel bajo de las multas la medida no afectó
la cifra de negocios de más de 2000 millones de lei de la compañía.
Es obvio que la prestación de horas extras tuvo
también efectos negativos. Escuchemos a Marin Florian:
Un 58% de los trabajadores padecía de afecciones de
la columna vertebral, de oído, de vista y hasta de corazón. Aún más, muchos de
ellos llegaban a divorciarse porque sus esposas declaraban que no podían seguir
casadas con un hombre que pasaba toda su vida en el astillero incluso si
ganaban bien. Hasta los niños habían llegado a no reconocer a sus padres.
La aparición de efectos dañinos ha sido confirmada
también por un estudio coordinado por Dragos Iliescu y realizado a través de la
asociación entre el Bloque Nacional Sindical y la Fundación Friedrich Ebert
Rumanía. Dragos Iliescu nos presenta las conclusiones de esta investigación:
El riesgo de agotamiento que corre un empleado que
efectúa horas extras es un 127% mayor al de un empleado que no presta horas
extras. El riesgo de una persona que efectúa horas extras de no tener una vida
de familia es un 109% mayor en comparación con una persona con programa laboral
normal. En consecuencia, las horas extras producen también un desequilibrio
fundamental entre la vida personal y la profesional. Notamos un número mayor de
familias desmembradas, divorcios, violencia en la familia, en el caso de los
empleados que efectúan horas extras y un incremento del 96% del comportamiento
adictivo representado por el abuso del alcohol, tabaco y otras sustancias.
En consecuencia, los expertos recomiendan que las
horas extras no sean retribuidas sino recompensadas por horas y días libres.
Escuchemos a Dragos Iliescu:
Los efectos dañinos de estas horas extras a nivel
individual y organizativo no se pueden compensar por vales o aumentos
salariales, sino por horas o días libres. Si uno se beneficia de períodos de
descanso, los efectos dañinos pueden
desaparecer porque el organismo humano es bastante flexible para volver a la
normalidad.
En el presente, el Parlamento de Rumanía está
debatiendo una iniciativa legislativa basada en el estudio realizado por el
Bloque Nacional Sindical y la Fundación Friedrich Ebert que prevé entre otras
cosas multas severas para las compañías donde se prestan horas extras en
condiciones ilegales.