El teatro y la terapia antidepresiva
Un período alegre y despreocupado para muchos de nosotros, las fiestas navideñas pueden ser para otras personas sinónimo de ansiedad y depresión.
România Internațional, 19.12.2018, 17:37
Un período alegre y despreocupado para muchos de nosotros, las fiestas navideñas pueden ser para otras personas sinónimo de ansiedad y depresión. Enfermedad psíquica antigua como el mundo, parece que la depresión es más frecuente en la actualidad, probablemente debido a los diversos desafíos de la sociedad moderna. La situación es grave porque, según la OMS, la depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo y afecta a una de cada seis personas. En Rumania, solo en 2015, hubo un millón de casos de depresión. Como no se conocen estadísticas más recientes, solo podemos imaginar su incidencia. Sin embargo, después de muchos años en que los rumanos se han mostrado reacios a hablar abiertamente al respecto y buscar tratamiento, la situación parece haber cambiado desde hace algún tiempo, dice la psicóloga Flori-Ana Buzila.
Hay reticencia, pero al mismo tiempo he notado, incluso entre mis pacientes en el consultorio, que la figura del psicólogo ha comenzado a ser más aceptada socialmente. La gente parece bastante abierta al psiquiatra, pero, en este caso, hay una falta de comprensión, porque muchos piensan que solo los locos van al psiquiatra. Pero puede suceder que tengamos un desequilibrio en el cerebro que nos saque del funcionamiento normal. Seguir un tratamiento médico adecuado es nuestra oportunidad de volver a la normalidad. De lo contrario, desatendemos una enfermedad perfectamente curable que empeorará si no la tratamos, y la calidad de nuestras vidas disminuirá.
Como los síntomas de la depresión pueden confundirse fácilmente con otros estados como la tristeza, recurrir a un médico es obligatorio para un diagnóstico exacto. Sin embargo, muchas veces, incluso los afectados por la depresión no son claramente conscientes de lo que les está sucediendo. Solo experimentan un período prolongado (más de dos semanas) de fatiga, falta de energía y concentración, además de trastornos del sueño o apetito. Flores-Ana Buzila.
Estos síntomas pueden durar hasta dos meses. Cuando llegamos a este punto, debemos ser responsable y pedir una evaluación médica (para ver si nos afecta la depresión) o intervenir en caso de un ser querido que se encuentre en mal estado. Otros síntomas son la dificultad de concentrarse y tomar decisiones que antes eran fáciles de tomar. Aparecen el sentimiento de falta de valor personal, la baja autoestima, y un pronunciado sentimiento de culpabilidad (me siento culpable de cualquier cosa). Se puede llegar hasta pensamientos suicidas y por eso es muy importante una intervención especializada, porque está claro que no puedes curarte a ti mismo.
El teatro puede ser de gran ayuda a los afectados por la depresión para que comprendan mejor lo que les está pasando, y sobre todo a los más sanos para que entendiendan mejor a los que padecen esta enfermedad. La dramaturga rumana Alexa Bacanu escribió un texto sobre la depresión titulado “El gato de Schrödinger inspirada en el célebre experimento realizado por el físico Erwin Schrödinger para demostrar las paradojas de la mecánica cuántica. En este experimento existe un sistema compuesto por una caja opaca cerrada que contiene un gato, una ampolla venenosa y un dispositivo que contiene una partícula radiactiva con el 50% de probabilidades de desintegrarse. Si esto ocurriese, la partícula desintegrada provocaría que el veneno se liberase y el gato muriera. La probabilidad de que el gato esté vivo o muerto es del 50% en ambos casos y la única forma de averiguar qué ha ocurrido es abriendo la caja. Schrödinger afirmaba que, hasta el momento en que la caja se abriese, el gato estaría “vivo y muerto al mismo tiempo.
La obra de Alexa Băcanu, dirigida por Alexandru Berceanu ha sido presentada en el teatro Unteatru. Alexa Bacanu sobre las paradojas de su propio texto.
Yo he usado este experimento de Schrodinger como una metáfora: estás vivo y muerto al mismo tiempo cuando estás afectado por la depresión o la ansiedad. Intentamos hacer algo para poner estos temas bajo el reflector. Incluso hice un poco de psicoterapéuta para los artistas involucrados en el proyecto, para que puedan profundizar estos temas.
En Rumania, la parte de la salud mental se descuida más que en otros países, dice Alexa Bacanu. Y esto también fue evidente durante las discusiones en los grupos de enfoque utilizados en la fase de documentación. Es por eso que una pieza de teatro puede poner bajo el reflector no solo un problema desatendido, sino también los sufrimientos de los que están a nuestro lado o incluso nuestros propios sufrimientos que no sabemos definir muy bien. Por eso el Gato de Schrodinger es una invitación a la empatía. Alexa Bacanu sobre las reacciones de los espectadores.
A veces, las personas sanas tienden a minimizar el sufrimiento de los demás si no se los ve. La depresión y la ansiedad no son sufrimientos obvios. También tienen síntomas físicos, pero no siempre. El espectáculo es también un llamado a la empatía. Esperamos que haya funcionado. Además me parece muy útil que las personas que han sufrido o sufren esta enfermedad sepan que no están solas y que la depresión no es el fin del mundo. La verdad es que la situación puede mejorar si pides ayuda.
Y esta iniciativa parece haber dado los frutos esperados. Alexa Bacanu.
Me alegró ver que el público también se río durante el espectáculo. No queríamos deprimir a los espectadores, incluso si hablamos de depresión. Quería que el espectáculo tuviera un poco de humor. Varias personas con quienes hablé después del espectáculo me dijeron que se habían visto reflejadas en los personajes de la obra. Muchos de nostros creemos que solo nostros pasamos por determinadas experiencias y por eso nos da vergüenza hablar de ello o pedir ayuda. Es por eso que tras el espectáculo muchos se sintieron aliviados al ver que otros están pasando por esas cosas, pero especialmente porque hay tratamiento para estos sufrimientos.
El teatro, obviamente, no puede reemplazar el tratamiento, pero ayuda al conocimiento y al autoconocimiento, dice la psicóloga Flori-Ana Buzila.
El teatro tiene el gran valor de poder crear conciencia de este problema, de la depresión. Si veo una obra donde los personajes tienen algunas manifestaciones y dicen algunas cosas que me son muy familiares, me identifico con ellas. Y si sé que esos personajes sufren de depresión o síntomas depresivos, entonces entiendo que me pasa lo mismo. Es por eso que el teatro como herramienta de concienciación e información, tiene su utilidad pero no trata la enfermedad. Tengo que hacerme responsable y ver cuál es la fórmula de tratamiento adecuada para mí.