El nivel de confianza en el sistema sanitario
En Rumanía, el consumo de medicamentos, especialmente de antibióticos, es considerado uno de los más altos de la UE. Un estudio realizado por la Comisión Europea hace dos años, destaca que un 70% de los rumanos cree que los antibióticos matan los virus,
Ana-Maria Cononovici, 04.11.2015, 21:04
En Rumanía, el consumo de medicamentos, especialmente de antibióticos, es considerado uno de los más altos de la UE. Un estudio realizado por la Comisión Europea hace dos años, destaca que un 70% de los rumanos cree que los antibióticos matan los virus, frente a tan sólo un 49% de los europeos que piensan lo mismo. Al mismo tiempo, un 55% de los rumanos cree que los antibióticos son útiles en los casos de gripe y resfriado, frente a un 41% del resto de europeos que piensan igual.
Si les preguntamos por qué toman antibióticos, un 75% de los rumanos contestarán que los compraron con una receta médica, mientras que un 5% declararán que les fueron administrados directamente por el médico y un 18% de ellos, que los compraron directamente de las farmacias sin prescripción médica. Del total de los rumanos que han tomado antibióticos en el último año, un 40% son hombres y un 54% mujeres. Al mismo tiempo, un 44% de los que han tomado antibióticos en los últimos meses tiene edades entre 15 y 24 años. El estudio ha sido realizado sobre una muestra de 26.680 personas de la UE, de las cuales 1.053 han sido ciudadanos rumanos.
Los rumanos eligen a menudo ellos mismos qué medicinas tomar o se guían según las experiencias de las abuelas. Daniela Nicorici, médico pediatra especialista con competencias en la apifitoterapia nos habla de esto:
“Para los rumanos la automedicación es ya un fenómeno, alimentado por la falta de educación, a veces por la escasez de materiales, por falta de tiempo, informaciones suministradas por internet, y la venta permisiva por parte de las farmacias de medicinas sin receta.”
También Daniela Nicorici nos hablará acerca de los riesgos de la medicación sin consejo médico:
“Los riesgos que se corren son múltiples. En primer lugar están las intolerancias, las alergias, existe el riesgo de una sobredosis o de dosis demasiado bajas lo que da la posibilidad a los gérmenes de volverse más resistentes. Si tomamos antibióticos sin consejo médico nos baja la inmunidad, corremos el riesgo de intoxicarnos, e incluso las simples vitaminas podrán causarnos obesidad. El problema puede surgir también en el caso de la autoadministraciòn de productos fitoterápicos porque hay algunos no recomendados a los niños o a las mujeres embarazadas. Hay que consultar al médico y éste debe a su vez, conceder más tiempo a la educación del paciente.”
La misma confusión se nota en la manera en que los rumanos eligen a su médico. Ana Maria Marian directora de un centro médico de “segunda opinión” de Bucarest, nos hablará de la necesidad de solicitar una segunda opinión médica especializada:
“Los rumanos se han acostumbrado a buscar en Google la respuesta a un problema de salud. Ver a dos o tres médicos, o consultar a un especialista y también a un médico de cabecera no significa solicitar una segunda opinión. “Segunda opinión” significa ver a un médico de especialidad recomendado por una institución especializada, porque cada paciente se pregunta ¿será correcto el diagnóstico? o ¿me habrán aplicado el mejor tratamiento?.”
Los casos en que los rumanos apelan a un médico e incluso a una segunda opinión médica son los casos críticos, nos dice Ana Maria Marian:
“Estos son los casos oncológicos, neurológicos o neuroquirúrgicos. En estos casos el paciente apela a una segunda opinión de especialidad para eliminar cualquier duda acerca del diagnóstico o el tratamiento. De esta fiorma, recibe una confirmación, o gana una alternativa mejor a su problema de salud. Hemos logrado establecer una red de acuerdos con médicos rumanos altamente cualificados que ofrecen a los pacientes este servicio de segunda opinión médica.”
Pese a ello, un número cada vez mayor de rumanos apelan a clínicas del extranjero para solucionar sus problemas de salud. Para el paciente común, para el cual los costes de una cura en el extranjero serían demasiado altos, han sido creadas clínicas que colaboran con médicos altamente capacitados del extranjero o del país. La doctora Ana Maria Marian nos habla de ellas:
“Hemos decidido extender este proyecto a Rumanía porque también en nuestro país existen médicos muy buenos. Queremos desarrollar una red de médicos altamente capacitados de Rumanía y del mundo y enseñar a los pacientes a solicitar el servicio “segunda opinión médica” porque resulta ser beneficioso en la solución del problema médico. Los médicos del extranjero están acostumbrados a este servicio, pero nosotros buscamos médicos especializados en apartados médicos para poder recomendarle al paciente al menos dos alternativas. Y de costumbre les ofrecemos una alternativa de Rumanía y otra internacional.
Si los rumanos apelan en un número cada vez mayor a especialistas conocidos del país o del extranjero, aumentará la confianza en el acto médico e implícitamente una baja del consumo de medicamentos tomados por iniciativa propia.