El Barómetro de Género, después de 18 años
Una Rumanía dinámica, en la que las percepciones de género cambian en el sentido de la modernización, una Rumanía que vacila todavía entre las actitudes conservadoras y progresistas sobre los temas de la igualdad de género.
România Internațional, 24.04.2019, 18:45
Una Rumanía dinámica, en la que las percepciones de género cambian en el sentido de la modernización, una Rumanía que vacila todavía entre las actitudes conservadoras y progresistas sobre los temas de la igualdad de género, pero también una percepción reducida de la necesidad de tener políticas respecto a la igualdad de oportunidades. Estas son las conclusiones más importantes del Barómetro de Género de Rumanía para 2018, realizado 18 años después del primer Barómetro de Género de Rumanía en el año 2000. El más reciente ha sido realizado siguiendo la solicitud de la asociación no gubernamental feminista del Centro Filia y enfoca muy bien el cambio de ciertas mentalidades, la permanencia en el tiempo de otras y la vacilación de ciertas actitudes.
Dado que algunas cuestiones como la violencia doméstica, la educación para la salud y la reproducción, y el número extremadamente elevado de madres adolescentes en Rumanía han figurado en los últimos años entre los temas de la agenda pública, el Centro Filia desea que los resultados de esta investigación conlleven también la creación de algunas políticas de género adecuadas. Andreea Bragă, representante del Centro Filia, ha hablado sobre el contexto en que ha sido realizado el Barómetro de Género y las posibles soluciones. Andreea Bragă.
“Los antiguos prejuicios sobre la violencia, la víctima, los agresores, pero también la falta de información sobre la violencia doméstica y la dinámica de la violencia entre los profesionales de este entorno (policías, jueces o asistentes sociales) limitan el acceso de las mujeres a sus derechos. Nos enteramos de que los mismos policías desaniman a las víctimas a presentar una denuncia penal o no saben a dónde aconsejarle que vayan. No quiero generalizar, no todos actúan de esta forma, pero queremos que haya la mayor cantidad de profesionales posible sensibles a los problemas de género, que superen los estereotipos y los prejuicios respecto a las mujeres y los hombres, y que intervengan rápidamente en los casos de violencia doméstica, sobre todo cuando su intervención puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Lideramos todavía las clasificaciones europeas respecto a los nacimientos de madres adolescentes, la alta mortalidad durante el parto y el acceso reducido a los servicios de salud maternal. Hay numerosas mujeres que nunca van al médico durante el embarazo. Por eso, una de las soluciones que se han encontrado ha sido la de revitalizar una de las redes de parteras y asistentes comunitarias que puedan ir a las beneficiarias y trabajar con ellas allí, en la comunidad. Queremos revitalizar la red de consultorios de planificación familiar. Desgraciadamente, hay también una resistencia por parte de la opinión pública respecto a los derechos reproductivos y el acceso a métodos de contracepción. Creo que hace falta cambiar esto.”
En estas condiciones, comparando el Barómetro de Género de 2000 con el de 2018, hay cambios positivos, pero también algunas actitudes que permanecen en el tiempo, según han sido caracterizadas por la profesora universitaria y socióloga Laura Grunberg. Muchas respuestas de 2018 son contradictorias y muestran la vacilación de las mentalidades entre el pasado y el presente, entre las actitudes tradicionalistas y progresistas. Laura Grunberg ha hablado sobre las percepciones que han permanecido en el tiempo.
“Tanto en 2000, como en 2018, el porcentaje de personas que hablan de la igualdad o de una colaboración entre hombres y mujeres es muy bajo. «¿Quién hace las tareas de la casa?» Si las respuesta predominante fuera “ambos”, entonces podríamos hablar de una colaboración privada. El tema de la colaboración privada, del equilibrio entre la vida privada y la vida profesional no parece conocerse o no se le concede mucha atención. Pero esta percepción se ha mantenido casi en el mismo nivel a lo largo del tiempo. Es otra de las percepciones que han permanecido en el tiempo. Las tareas de la casa son más el deber de las mujeres que de los hombres. El porcentaje de personas que han afirmado esto alcanza casi un 60% y es casi igual que en 2000. Tanto en 2018, como en 2000, con pequeñas fluctuaciones, aproximadamente un 80% de los encuestados consideran que casi todas la tareas de la casa corresponden a la mujer, menos las reparaciones.”
Al mismo tiempo, en algunos aspectos, se nota un leve cambio, pero poco significativo. Laura Grunberg.
“Es verdad que a la pregunta de si el hombre es el cabeza de familia, las estadísticas muestran que de un 83% registrado en 2000, la percepción ha bajado a un 70% en 2018. Sin embargo, es un cambio positivo. Pero todavía no puedo considerar que es un cambio, porque un 70% de los rumanos es todavía un porcentaje muy alto. Lo mismo respecto a la opinión de que las mujeres deben seguir a su hombre. De alguna manera, en este caso el cambio es visible: de un 78% a un 65%. Pero este porcentaje tampoco me gusta. Hay diferencias visibles, pero los porcentajes son todavía altos. Esperaba que en 18 años, las cosas hubieran cambiado de manera significativa.”
Sin embargo, hay también numerosos aspectos positivos en el Barómetro de Género para 2018. Laura Grunberg.
“Respecto al asunto de la mujer presidenta del país. En 2000, a los rumanos no les gustaba mucho este asunto. Pero en 2018, el cambio es evidente. Si en 2000 un 73% de los encuestados preferían tener un hombre presidente, el porcentaje ha bajado a un 43%, es decir que es un cambio fantástico. Respecto a la siguiente idea: «Los hombres son más capaces que las mujeres para liderar», la bajada es significativa: de un 54% a un 44%. Esto significa que las mujeres son tan capaces como los hombres, algunas de ellas aún más capaces. «Las mujeres están más preocupadas por las tareas domésticas y no tienen tiempo para ocupar cargos directivos», baja de un 68% a un 44%. «Las mujeres no confían en sus fuerzas», en 2000, un 43% de los rumanos tenían esta opinión frente a un 31% en 2018.”
Mediante este barómetro se ve claramente que los esfuerzos de las organizaciones no gubernamentales de incrementar la concienciación del nivel de violencia doméstica y de apoyo a las medidas legales contra los agresores y en beneficio de la víctima han dado resultados. Laura Grunberg.
“Frente al año 2000, hay muchas más personas que consideran ya que la violencia doméstica no es sólo un asunto privado que se tiene que solucionar dentro de la familia. Todo lo contrario, la primera que debería solucionar estos asuntos es la policía. En 2000, un 35% de los encuestados consideraban que era necesario dejar a los miembros de la pareja solucionar solos sus problemas, y ahora sólo un 20% opinan esto, y colocan en el primer lugar a la policía. Hay un cambio de mentalidad, y esto es lo más difícil. Es decir que se ven los esfuerzos.”
La conclusión de los autores del Barómetro de Género es la siguiente: Rumanía está en pleno cambio, y las percepciones de la población respecto a los papeles tradicionales de la mujer y del hombre se diversifican.