El arte que nos protege
Es una experiencia de la que también les hablamos en otras ocasiones: los niños juegan en un paraíso de colores y sustancias, lápices, marcadores, frutas, chocolate, incluso pasta de dientes, y los artistas Roxana y Alexander continúan el viaje. Algunas manchas de colores en el papel pueden ser el pretexto para una pintura compleja, con personajes. Pinturas expresivas. Una expresividad voluntaria o involuntaria, no sabemos. Y esto porque son proyectos artísticos realizados con y para niños con autismo, el síndrome de Down, con traumas psicológicos. Desde 2010, Roxana Ené desarrolla en Rumanía y Alemania proyectos de arte colaborativo en las casas de acogida o con niños con varias discapacidades.
România Internațional, 18.03.2020, 18:12
Es una experiencia de la que también les hablamos en otras ocasiones: los niños juegan en un paraíso de colores y sustancias, lápices, marcadores, frutas, chocolate, incluso pasta de dientes, y los artistas Roxana y Alexander continúan el viaje. Algunas manchas de colores en el papel pueden ser el pretexto para una pintura compleja, con personajes. Pinturas expresivas. Una expresividad voluntaria o involuntaria, no sabemos. Y esto porque son proyectos artísticos realizados con y para niños con autismo, el síndrome de Down, con traumas psicológicos. Desde 2010, Roxana Ené desarrolla en Rumanía y Alemania proyectos de arte colaborativo en las casas de acogida o con niños con varias discapacidades.
Hace unos años, con los dibujos completados de los niños fue creado un libro. El libro se titula “Vezi şi tu ce văd şi eu? (“¿Ves lo que veo?) y el subtítulo es “Carte creativă pentru copii, părinţi şi profesori (“Libro creativo para niños, padres y profesores). El proyecto dentro del cual fue creado destacó las necesidades de los niños con discapacidad.
El año pasado la encontré en el festival urbano “Femei pe Mătăsari (“Mujeres en la calle de Mătăsari), en el que presentaba las sayas campesinas realizadas en sus talleres de arte colaborativo, un elemento del traje típico de Rumanía, y también de Alemania. Las sayas campesinas con modelos tuvieron mucho éxito, y se pueden llevar en la cintura, en el pecho, en un lado, tanto por mujeres como por hombres. Muchas prendas creadas dentro de los proyectos de Roxana fueron llevadas durante algunos acontecimientos importantes, como el festival Gopo y otros. A pesar de ello, el éxito de los proyectos no está en la valoración de las obras creadas y en la compra, sino que está más en la recaudación de fondos para apoyar a los niños con discapacidad.
El pasado mes de noviembre, se lanzó la colección “heART COUTURE (falda de tul, saya campesina, camisetas y bufandas) en un desfile realizado por 20 jóvenes con el síndrome de Down y 20 jóvenes típicos, voluntarios acompañantes. Fue el primer desfile en el cual tanto los diseñadores, como los modelos eran pesonas con el síndrome de Down.
Y como la primavera nos trae renacimiento en todos los ámbitos, Roxana Ené y el equipo ROXY&KIDS ART tienen un nuevo proyecto:
“El año pasado en esta época nació la saya campesina. Un año más tarde han nacido los pañuelos. Parece que las veía por primera vez en mi vida. Nunca me había fijado en estas prendas, no me sientan bien. He tenido chales, cosas que se colocan más en el cuello, y no en la cabeza. En 2017, cuando vi a los niños del hospital Marie Curie, algunos de ellos llevaban pañuelo para la cabeza. Y me impresionó muchísimo su imagen. Después pasaron tres años. Me quedó grabada en la memoria la idea de hacer algo para alegrar a los pequeños. Ellos se convertían en diseñadores de este pañuelo y creo que esto les produce alegría y orgullo: «¡Mira lo que llevo! ¡Mira lo que tengo!» Por lo demás, estaba pensando que también los padres los podían llevar, para que fuera de alguna manera un uniforme, o los médicos o las asistentes, para que fuera una muestra de solidaridad. Esta es la historia.
Al igual que las sayas campesinas y la colección “heArt Couture, los pañuelos son el resultado de un proyecto de arte colaborativo, según ha explicado Roxana:
“Fuimos al hospital Marie Curie. Un grupo de niños de 7 y 8 años hicieron pintura abstracta. Yo llevo el trabajo de un niño, hago una fotocopia en color y trabajo sobre esta fotocopia, sin intervenir sobre el trabajo original. Lo miro como miramos al cielo y vemos las nubes que tienen todo tipo de formas. Una nube puede tener la forma de un elefante, y para un niño puede parecer un tractor o un árbol. De esto se trata, del fenómeno de la metamorfosis en el arte. Es bastante sencillo. E interpretando este trabajo, no la hago mejor, sino que reinterpreto.
La técnica aprendida por Roxana y Alexander nació de una necesidad, porque ellos trabajan mucho con niños con autismo no verbal, que no pueden decir lo que quieren transmitir. Allí intervienen ellos e intentan convertirse en su voz.
Además del deseo de reinterpretar algunas formas de arte, el equipo ROXY&KIDS ART continúa teniendo planes importantes. Al igual que en el caso de los proyectos anteriores, desean sensibilizar al público general y recaudar fondos para ayudar a los niños con varios problemas, según ha afirmado Roxana:
“¡Lo estoy intentando! En primer lugar he pensado en todos los niños, y he pensado que también los niños mayores, sanos, lindos y maravillosos, y que podrían hacer un montón de otras cosas tal vez menos interesantes, pueden venir a ayudar. Y así me he imaginado que este pañuelo puede hacer la conexión más rápidamente que cualquier otra forma de arte que he realizado hasta ahora. Enseñándolo a los jóvenes ahora, desde hace unas semanas, desde que se me ocurrió esto, hemos querido recaudar fondos, pedir a los demás que nos ayuden donando un pañuelo a estos niños.
Es un proyecto que está creciendo y que goza ya de mucho apoyo.
Versión española: Monica Tarău