Cómo supervisamos los espacios verdes en Bucarest
No existe un registro funcional de los espacios verdes, aunque en 2011 se elaboró un documento de este tipo.
Christine Leșcu, 27.03.2024, 12:47
Además de ser una capital con grandes problemas de contaminación, Bucarest también carece de metros cuadrados de espacios verdes. Y esta situación refleja, de hecho, el estado actual de la legislación en este ámbito. Por ejemplo, no existe un registro funcional de los espacios verdes desde hace varios años, aunque en 2011 se elaboró un documento de este tipo. Sin embargo, el Consejo General del Ayuntamiento de Bucarest no votó a favor, debido a numerosos problemas metodológicos y al hecho de que, en realidad, no ofrece ninguna protección a los espacios verdes. Es más bien un documento consultivo, sin valor legal, dice Victoria Carasava, coordinadora de proyectos de Art Fusion, la organización no gubernamental que inició una petición cívica para acelerar la adopción del Registro de Espacios Verdes.
Victoria Carasava:
«En octubre, iniciamos una campaña para acelerar el restablecimiento de este registro, realizado según exige la ley, para que el Consejo General de Bucarest lo pudiera votar y que tuviera valor administrativo. Desde octubre, más de 5000 residentes de Bucarest han firmado nuestra petición. Esperamos que cada vez más residentes de Bucarest firmen esta petición y demuestren al Ayuntamiento que la falta de espacios verdes en Bucarest es un problema real. Y al mismo tiempo, además de esta petición, hemos presentado una carta abierta al Ayuntamiento de Bucarest (PMB), actualmente firmada por 29 organizaciones de la sociedad civil y grupos cívicos locales y de iniciativa cívica. A través de estos dos documentos, la carta abierta y la petición, ambos presentados en diciembre al Ayuntamiento de Bucarest, esperamos recibir finalmente una respuesta por su parte y del alcalde general, para hacer este proceso un poco más transparente y ver exactamente cuáles son los plazos con los que trabaja el Ayuntamiento para restaurar este registro».
¿Cuáles serían los problemas del registro actual y qué espera la sociedad civil que se resuelva con un nuevo documento?
Victoria Carasava responde:
«El registro actual prácticamente no muestra cuál es la cantidad y la calidad real de los espacios verdes en Bucarest. Los árboles aparecían en este registro en lugares donde nunca habían existido. Se catalogaron ciertos espacios que legalmente no deberían haber formado parte del registro. Además, apareció otro problema muy grave. Cuando se elaboró este primer registro, no estaba previsto el presupuesto para su actualización, porque la Ley de Espacios Verdes dice que este registro es una herramienta dinámica, que inventaría todo el patrimonio verde de una ciudad y que debe reflejar absolutamente cualquier cambio cualitativo o cuantitativo que se produzca en estos espacios verdes».
Desafortunadamente, parece que la elaboración de este registro llevará más tiempo, ya que depende de la ley de espacios verdes y del código urbanístico, es decir, actos normativos que actualmente se encuentran en debate parlamentario para la adopción de enmiendas. Algunas de ellas se refieren incluso a la posibilidad de que algunos espacios verdes de propiedad privada cambien su estatus y se conviertan en zonas residenciales funcionales. Esto significaría una reducción del ya limitado espacio verde, consideran varias organizaciones ambientalistas y también el alcalde general. Hasta entonces, sin embargo, incluso el Ayuntamiento sigue esperando.
Victoria Carasava:
«En este momento, debido al hecho de que desde hace varios meses se está debatiendo en el Parlamento la modificación de la Ley de Espacios Verdes, pero también del Código Urbanístico, es muy posible que esta normativa cambie y que la discusión sobre lo que entra en este registro se complique un poco más. Y por lo que entiendo, esta sería una de las razones por las que, en este momento, el Ayuntamiento no está iniciando el proceso de contratación de los servicios de restauración de este registro. El Ayuntamiento no tiene, desde un punto de vista, la capacidad de hacer él solo este registro. Esta herramienta requiere mucho trabajo, requiere recopilar mucha información sobre el terreno, un proceso que duraría al menos un año, porque absolutamente todos los árboles, por ejemplo, deben estar catalogados. Los datos deben recopilarse en dos períodos separados del año, cuando los árboles están en vegetación y cuando no lo están. Así que es un proceso largo, por lo que la alcaldía tiene que subcontratar este servicio, y esperamos acabar creando una relación un poco más transparente y de colaboración con el Ayuntamiento de Bucarest, para explorar juntos la opción de hacer un registro de espacios verdes por etapas».
En realidad, todo el proceso debe acelerarse, los espacios verdes siendo vitales para la salud de la población. Los bucarestinos, por ejemplo, «disfrutan» solo de siete metros cuadrados per cápita; dato que es, además, cuestionable, considera Victoria Carasava:
«Siete metros cuadrados es la estimación de la Comisión Europea. Es una estimación de hace varios años. Hoy en día, es probable que esta estimación ya no refleje la realidad. Por comparación, es muy posible que ahora tengamos aun menos zonas verdes. Además, el espacio verde mínimo recomendado por la Organización Mundial de la Salud es de 50 metros cuadrados per cápita. En este momento, como ya he dicho, no sabemos exactamente cuál es la situación, y eso es muy grave. Pero exigimos no solo la restauración de este registro, sino también un plan de acción claro, para ampliar y completar la red verde de la ciudad, que se menciona incluso en la Ley de Espacios Verdes, que nos dice que este registro o auditoría de espacios verdes debe incluir también un plan para la extensión de la red de espacios verdes en las ciudades de Rumanía. Un registro de espacios verdes nos ayudaría mucho a identificar realmente las tierras degradadas, que son espacios públicos o que pertenecen a instituciones estatales o incluso son espacios privados, tierras que podrían convertirse en parques en el futuro».
Versión en español: Mihaela Stoian