Cáncer y estilo de vida
El número de jóvenes enfermos de cáncer ha aumentado de forma más que preocupante en los últimos años, una tendencia que se observa en todo el mundo. Un estudio que analizaba las estadísticas mundiales y se centraba en 29 tipos de cáncer en personas de entre 14 y 49 años descubrió que la incidencia de esta enfermedad aumentó alrededor de un 79 % entre 1990 y 2019. ¡Rumanía no es una excepción a esta triste realidad! El destacado cirujano Mircea Beuran, profesor y doctor en ciencias médicas, nos habla de las causas y de lo que podría hacerse para invertir esta tendencia.
Roxana Vasile, 05.02.2025, 13:41
Cada vez oímos hablar más de muertes por algún tipo de cáncer que está afectando cada vez más a los jóvenes. Esta tendencia se observa en todo el mundo: un estudio que analiza las estadísticas mundiales y se centra en 29 tipos de cáncer más comunes en personas de entre 14 y 49 años de edad muestra que la incidencia de estos cánceres aumentó en un 79 % entre 1990 y 2019.
Esta tendencia al alza también se observa en Rumanía. La realidad nacional es cruda: el cáncer es la segunda causa principal de muerte después de las enfermedades cardiovasculares.
En la Unión Europea, Rumanía ocupa el primer lugar en términos de muertes relacionadas con el cáncer, con un 48 % más de defunciones que la media europea y más de 20 000 muertes prematuras evitables cada año.
¿A qué se debe este aumento de la enfermedad entre la población en general y, en particular, entre los jóvenes? Hay muchas causas. Una de ellas es el estilo de vida, incluida la alimentación, tema del que habla el profesor Mircea Beuran, doctor en ciencias médicas, especializado en cirugía oncológica en el Hospital Floreasca de Bucarest:
«¡Cambios en el estilo de vida! Eso es lo más importante, pero hay estudios oncológicos que indican que los cambios se produjeron lentamente después de la década de 1950, con la industrialización, los cambios en la vida de los países capitalistas, los cambios en los NOx, la dieta, los hábitos, etc. Todo esto, a lo largo del tiempo y sobre un fondo de cambios genéticos inherentes a todos los seres humanos, ha hecho que se desarrolle. Es algo que se está analizando a nivel internacional. El repunte de casos de cáncer en jóvenes va en aumento. Yo les puedo dar una pauta, sin apoyarme en estadísticas nacionales, sino en los registros del Hospital Floreasca y en las reuniones que tenemos los médicos con los pacientes jóvenes. Hemos comprobado que el número de cánceres del tubo digestivo, esófago, estómago, colon, recto, intestino delgado, glándulas anexiales, hígado y páncreas… van en aumento. Cada día, en el quirófano del Hospital Floreasca tratamos dos, tres o cuatro cánceres de este tipo. Su aparición está relacionada con muchos factores: el consumo de bebidas gaseosas, energéticas, alcohol, tabaco, sedentarismo y estrés laboral. Luego está la gente adicta a la exposición a radiación azul, como la del monitor del ordenador, la tableta o el teléfono. Puedo decir que algunos de ellos carecen de sueño, y esto no solo se observa en los adultos jóvenes, sino también en sus hijos».
Según el profesor Mircea Beuran, el tipo de cáncer más común es el cáncer colorrectal, consecuencia negativa de seguir una dieta inadecuada:
«Me refiero al hecho de que muchos de los alimentos que comemos proceden de alimentos ultraprocesados. Es el proceso que carga al alimento en cuestión con un sinfín de sustancias nocivas relacionadas con la coloración, la conservación, el olor, etc. Todo esto es un añadido que la química del alimento en cuestión no satisface, por lo que la digestión y la neutralización de toxinas no pueden llevarse a cabo, y estas, al entrar en contacto directo con las células día tras día, producen cambios a nivel celular. Con el tiempo, estos cambios celulares desarrollan tumores cancerosos. Deberíamos comer muchas verduras y frutas y dejar de consumir alimentos industrializados».
El profesor Mircea Beuran aconseja que tomemos la última comida del día hacia las 19:00 horas. Y, cuando comamos, debemos levantarnos de la mesa antes de haber saciado nuestro apetito, para dar al cuerpo el descanso que necesita para procesar los alimentos. En cuanto a las comidas nocturnas, son todo un calvario.
En el ámbito médico internacional existe la opinión de que las bebidas alcohólicas deberían llevar una advertencia sobre el riesgo de cáncer, como el tabaco. El profesor Mircea Beuran también comparte esta opinión.
«El consumo de alcohol, incluso en pequeñas cantidades, está asociado a siete tipos de cáncer. El consumo crónico de alcohol, incluso en pequeñas cantidades, modifica el comportamiento del organismo hacia la obesidad. Y si se combina con el tabaquismo y un estilo de vida sedentario, conduce a cambios muy significativos, empezando por la cavidad oral: cáncer de boca, esófago, faringe, laringe, hígado, colorrectal y de mama en las mujeres. El alcohol aumenta los niveles hormonales, en particular los estrógenos y la insulina. El aumento de los niveles de estrógenos es una de las causas del cáncer de mama y, al ser hormonas, el estrógeno y la insulina hacen que las células se dividan y se multipliquen con más frecuencia, por lo que, en un momento dado, el cuerpo ya no puede controlar esta división y pueden convertirse en tumores cancerosos».
En otras palabras, debemos prestar atención a la cantidad y a la calidad. Un estilo de vida indeseable puede destruir nuestra salud e incluso nuestra propia vida.
Versión en español: Victoria Sepciu