¡Todo del revés!
He criado a tres hijos y la imagen de una casa «patas arriba» me resulta bastante familiar. Por supuesto, me refiero a esos espacios en los que nada parece tener un lugar propio. A lo largo del tiempo, los espacios en los que hemos vivido han conocido juguetes esparcidos, objetos volcados, espacios llenos de vida, como dirían educadamente quienes tuvieran el valor de visitarlos.
Ana-Maria Cononovici, 21.02.2023, 12:55
He criado a tres hijos y la imagen de una casa «patas arriba» me resulta bastante familiar. Por supuesto, me refiero a esos espacios en los que nada parece tener un lugar propio. A lo largo del tiempo, los espacios en los que hemos vivido han conocido juguetes esparcidos, objetos volcados, espacios llenos de vida, como dirían educadamente quienes tuvieran el valor de visitarlos.
Quizá así vivían los impulsores de un parque en Rumanía, creado en torno a una casa construida literalmente al revés: Parque Brambura, en Avrig, distrito de Sibiu.
Adrian Onțică, gerente de Brambura Park, nos contó la historia de esta iniciativa:
«Los promotores vieron una casa similar en Alemania y dijeron ¿por qué no? Construyamos una en el valle de Avrig y hagamos un parque de atracciones. Es un proyecto planeado en varias fases. Brambura Park pretende dar a los visitantes de todas las edades una buena dosis de risas y diversión visitando una casa al revés, pero realista. Tenemos zonas de juego dedicadas a los niños, toboganes hinchables, cama elástica gigante. Incluso tenemos un mini zoo y zonas dedicadas a comida y bebida, por supuesto, muchas otras sorpresas. Crear el proyecto, la casa, ha sido un verdadero reto, tanto para los constructores como para todos los equipos que han estado trabajando en los detalles de la casa. Son unos 200 metros cuadrados, en nuestra casa subes a la planta baja, bajas las escaleras. Tiene unas 10 habitaciones y todo lo que encontrarías en una casa normal, lo hemos puesto todo patas arriba. Es un poco extraño, por no decir otra cosa, la casa también da un poco de vértigo por dos razones: en primer lugar, la planta está ligeramente inclinada unos grados y, al mismo tiempo, el cerebro apenas se da cuenta de que todo está al revés».
Adrian Onțică también nos cuenta lo que más impresiona en esta casa:
«Hay tantos detalles que, después de 6 meses creando la casa, sigo viendo algunas sorpresas que no había visto antes. Básicamente, cuando entras en la casa, al estar todo el pasillo al revés, encuentras un espejo, muchos pares de zapatos, un perchero y muchos otros detalles. La mayoría se encuentran en la zona de la cocina, incluyendo la mesa, el frigorífico, el lavavajillas, el horno, todo al revés e incluyendo los productos que hay en ellos. Así que, si quieres coger especias normales, no hay nada falso, puedes coger una especia al revés. Por supuesto están pegadas con varios tipos de pegamento, y todo lo que tenga más peso está sujeto con piezas de resistencia».
Los plátanos en un frutero, las tazas de té en la mesa que cuelga del techo de la cocina, la alfombra en el techo, un taburete en la boca de los fogones para poder colocar las brasas más fácilmente. Y, recuerda, ¡todos estos detalles te saludan desde arriba! Y como los organizadores prometen que una vez que llegamos aquí disfrutamos, nos relajamos y vemos el mundo un poco diferente, le preguntamos a Adrian Onțică qué dice la gente cuando visita esta casa:
«Mucha gente se sorprende porque es algo único en Rumanía, de tales dimensiones, que se pueda visitar por dentro. Están muy contentos y felices, porque con nosotros, además de visitar la casa, también pueden disfrutar de la comida y las especialidades de nuestro restaurante. Los comentarios de los clientes, afortunadamente, son positivos. El parque tiene una superficie de 6 hectáreas, es bastante grande. En la casa, tenemos un límite de personas, en torno a 25… 30 personas, porque es una pena no entrar y disfrutar de todos los detalles. En cuanto al número de visitantes, por así decirlo, en un día punta tuvimos unos 1.700 o incluso 2.000 turistas al día; la media es de unos 200… 300 turistas al día».
Más allá de la casa volcada que parece desafiar la gravedad y te hace sentir que vives en la ingravidez, los visitantes pueden pasar por el mini zoo, que alberga unos cuantos halcones, una cría de ciervo, unos venados y algunos conejos.
Una invitación al juego, para grandes y pequeños, lanzada por Adrian Onțică:
«En Brambura Park queremos que te diviertas, que saques a pasear a la familia, que comas, que te evadas, que te rías a carcajadas, que seas travieso y también ruidoso. Y aunque Pedrito con comida sueñe, que sepas que en Brambura Park toda la familia se divierte…».
Las rimas acompañan a cada paso la invitación de los organizadores a jugar, creando un espacio que recuerda a «Alicia en el país de las maravillas» u otros cuentos.
Traducción al español: Antonio Madrid