«Taller de villancicos»
Con motivo de las fiestas de invierno, el Museo Nacional de la Aldea «Dimitrie Gusti» en Bucarest ha vuelto a abrir la serie de talleres educativos «La aldea de los duendes». Si ya nos hemos acostumbrado a las máscaras, a hacer muñecas vestidas con trajes populares o adornos navideños, algunos jóvenes músicos talentosos nos han encantado esta vez con un «Taller de villancicos». El taller tiene como objetivo ofrecer a los turistas una breve descripción de la magia de los instrumentos musicales tocados por jóvenes intérpretes muy talentosos, así como una invitación a cantar juntos en un coro organizado ad hoc.
România Internațional, 11.12.2018, 18:59
Con motivo de las fiestas de invierno, el Museo Nacional de la Aldea «Dimitrie Gusti» en Bucarest ha vuelto a abrir la serie de talleres educativos «La aldea de los duendes». Si ya nos hemos acostumbrado a las máscaras, a hacer muñecas vestidas con trajes populares o adornos navideños, algunos jóvenes músicos talentosos nos han encantado esta vez con un «Taller de villancicos». El taller tiene como objetivo ofrecer a los turistas una breve descripción de la magia de los instrumentos musicales tocados por jóvenes intérpretes muy talentosos, así como una invitación a cantar juntos en un coro organizado ad hoc.
Marius Niţu, violinista, nos ha dicho de dónde surgió la idea:
«La idea pertenece a Sânziana, quien sugirió que tratáramos de hacer un taller de villancicos, presentar algo diferente, proponer algo nuevo. Pensamos que sería bueno incluir a todos los niños, hacer que participasen todos en el taller. Que no nos limitásemos a cantar nosotros y que ellos se quedaran sentados escuchando. Por lo que vi, a los niños les gustó mucho. Este fue el primer proyecto, nuestro primer taller de Navidad, y porque fue un éxito, pretendemos continuar con futuros talleres».
Sânziana Mircea, pianista, presidenta de la Music Art Academy, la asociación que reúne a los artistas organizadores del evento, nos ha dicho:
«Tuvimos el placer de estar aquí para un taller de villancicos, donde hemos cantado con todos los niños. Hemos formando un coro espontáneo y hemos interpretado villancicos rumanos e internacionales junto con mis colegas. Así que hemos tocado el piano, la guitarra y el violín para acompañar las voces extraordinarias del coro de niños. Optamos por hacer un taller de villancicos porque es una de las tradiciones navideñas más hermosas, la de cantar juntos, porque la música nos une a todos, incluso si no nos conocemos. Todos los niños se han convertido en amigos, todos se han alegrado y cantado, así que es cierto que la música es un lenguaje universal y cantar villancicos es una excelente manera de prepararse para la Navidad».
Amalia Lazarciuc nos ha encantado con su voz y luego nos ha contado cómo se prepararon los artistas:
«Preparamos la letra, la parte melódica de las canciones, y trajimos un micrófono. A veces el coro cantaba acompañado por mis colegas. Sânziana ha tocado el piano, Marius el violín y Raisa la guitarra».
Y el entusiasmo de los chicos trajo mucha alegría a los artistas, como nos ha dicho Amalia Lazarciuc:
«Es un sentimiento maravilloso, especialmente porque este momento ha sido espontáneo. No esperábamos que tantos chicos vinieran al taller de villancicos. Y estos son los momentos en los que te sientes maravilloso, los momentos que no puedes predecir y que simplemente suceden, especialmente en este bello período del año».
Preguntamos a Raisa Mihai, por qué pensaron en un taller de villancicos:
«Porque queríamos hacer felices a los niños y disfrutar de la tradición navideña. ¡Hemos preparado algunos villancicos y hemos tratado de disfrutar este momento junto con estos niños que han estado aquí hoy y que han reaccionado superbién! No esperaba que reaccionaran así, estaban muy emocionados y se han unido a nosotros en seguida. Al principio eran tímidos, pero después toda la sala ha cantado a coro.»
Y el violinista Marius Niţu agrega:
«En esta época del año, la tradición navideña no puede existir sin villancicos, como han dicho mis colegas, la música une a la gente y creo que en este mundo problemático nuestros villancicos nos ayudan a liberarnos de la tensión, a ser mejores, más serenos».
Al taller asistieron muchos niños de diferentes edades.
Nectaria Iorgulescu de 15 años nos ha contado por qué asistió al taller de villancicos:
«¡Encontré la oportunidad de escuchar buena música en un hermoso día de invierno!»
Y Andrei Cristian Iacobescu, de 12 años ha dicho con alegría:
«¡Me ha gustado estar aquí, quería ver qué es, y como vi que había mucha gente, me animé y he venido! ¡Ha sido como un karaoke!»
No ha sido poca la alegría de Serban Ioan Andrei, de casi 7 años:
¡Me gustó! ¡Sé muchas canciones y es hermoso!»
¡Grandes o pequeños, con o sin acompañamiento instrumental, niños y artistas han cantado con mucho entusiasmo!
(Versión española por Irina Calin)