Sobre la danza como libertad. Cuerpos. Sueños. Desafíos
Se ha convertido hace poco en el miembro número 46 de la European Dancehouse Network. Se trata de un espacio fuera de lo convencional dedicado al desarrollo coreográfico ubicado en el centro de Bucarest. Rebosa de creatividad y está abierto a todos los amantes de la danza, así como a aquellos interesados en descubrirse a sí mismos mediante la danza. Hablamos de “AREAL: espacio de desarrollo coreográfico, con uno de los coreógrafos que están al frente, Cosmin Manolescu, así como sobre un taller desafiante que se ha llevado a cabo a principios de junio.
România Internațional, 31.08.2021, 13:35
Se ha convertido hace poco en el miembro número 46 de la European Dancehouse Network. Se trata de un espacio fuera de lo convencional dedicado al desarrollo coreográfico ubicado en el centro de Bucarest. Rebosa de creatividad y está abierto a todos los amantes de la danza, así como a aquellos interesados en descubrirse a sí mismos mediante la danza. Hablamos de “AREAL: espacio de desarrollo coreográfico, con uno de los coreógrafos que están al frente, Cosmin Manolescu, así como sobre un taller desafiante que se ha llevado a cabo a principios de junio.
Nos habla el coreógrafo Cosmin Manolescu sobre el taller «Cuerpos. Sueños. Desafíos»:
«El taller de “AREAL: espacio de desarrollo coreográfico es un nuevo formato de encuentros y diálogo. Creo que es también un espacio de creatividad, que gira en torno a los sueños, la danza contemporánea y, por supuesto, los desafíos, ya que los formatos de mis talleres son más atípicos. Areal es un espacio inaugurado recientemente en Bucarest, dirigido por cuatro coreógrafos: yo entre ellos, Cristina Lilenfeld, Alexandra Bălășoiu y Valentina de Pianti, quienes también imparten clases y talleres de danza en diferentes formatos. Además, haremos un retiro de danza contemporánea en las islas griegas de Gavdos y Creta, y a principios de agosto bailaremos en Techirghiol y el mar Negro.»
Le he preguntado a Cosmin Manolescu qué hace que este taller sea tan desafiante:
«En primer lugar, creo que los temas propuestos por los participantes son desafiantes, creo que necesitamos movernos y experimentar emociones en diferentes formatos, creo que es importante salir del estado al que nos ha arrastrado la pandemia, un estado de debilidad, de pereza, de quedarnos en casa, solos, bastante alejados de la gente, de las actividades culturales. Así, este formato, además de hacernos conectar con las emociones, los traumas corporales, mediante un método de trabajo personal, que gira en torno al cuerpo emocional, creo que crea conexiones entre las personas, y abre el alma y el cuerpo.»
En el taller, los participantes han conversado sobre traumas y señales corporales y sueños, y bailando en círculo, han explorado el movimiento con los ojos cerrados, mientras tocaban con los dedos las zonas donde existe trauma, han bailado con el corazón, con besos y mucho más, hasta bailar al amanecer con la ciudad, para el deleite o el asombro, o incluso la indignación, de los transeúntes.
Le he preguntado a Cosmin Manolescu quién participa en estos talleres tan especiales:
«Hay gente muy diversa: periodistas culturales, gente que ha bailado conmigo antes, gente que tiene un primer contacto con la danza contemporánea… y esto es lo que realmente me gusta, que la gente nueva descubra un universo, que considero muy creativo y lleno de libertad. En esencia, son personas hermosas y libres que se buscan a sí mismas.»
Y, obviamente, ahora llegamos a una pregunta básica: ¿qué es en realidad la danza contemporánea?
«Esta pregunta nos la seguimos haciendo y es algo que me he planteado varias veces: ¿qué es la danza contemporánea? Para mí la danza contemporánea es una forma de libertad, una forma de valentía, de asumir ciertas cosas, de encontrarte contigo mismo y con tu cuerpo y emociones, para abrirse un poco a la gente, a la ciudad o a la naturaleza. Estos son los elementos con los que llevo un tiempo trabajando. Me parece que la danza contemporánea nos cambia la vida, de una manera positiva, nos acerca a la gente y creo que nos hace un poco mejores.»
Hemos invitado a Cosmin Manolescu a que plantee una cuestión que no le hemos preguntado y a la que le gustaría responder:
«Por ejemplo, podríamos preguntarnos: ¿por qué no se desarrolla la danza contemporánea? Existe una serie de factores: algunos objetivos y otros quizá subjetivos. En primer lugar, en todas partes, la danza se considera un arte dejado de lado, aunque, desde mi punto de vista, es un arte que desarrolla tanto el alma como la mente y el cuerpo. Es un arte complejo, que principalmente se sirve del cuerpo, y creo que, si bailáramos más desde pequeños o si bailáramos en la universidad, si en lugar de deporte fuera una asignatura optativa, creo que ganaríamos mucho, en conjunto.»
Como he visto que en estos talleres participaban sobre todo mujeres, he hablado con Cosmin Manolescu sobre la ausencia de hombres en estos talleres:
«Esta una cuestión que me planteo muchas veces. Creo que los hombres no se sienten atraídos por este mundo, que es bastante frágil, bastante especial o bastante emocional. Generalmente prefieren el deporte, ya que para ellos es la modalidad en que pueden presentarse plenamente, mejorar la musculatura, entrenar el rendimiento físico y, de alguna manera, creo que esto también viene de la educación, que es la base de todas las cosas. El sistema educativo que tenemos no favorece en absoluto que chicos u hombres conozcan este arte, y creo que los que acaban entrando en contacto en algún contexto vienen arrastrados por sus mujeres o amigos, como suele pasar. Muchos de los hombres que han participado en mis talleres lo han hecho animados por sus parejas, no por iniciativa propia. Creo que, si hubiera mucha más educación, si la danza estuviera más presente en las pantallas de televisión, si consiguiéramos hablar más de danza, quizás, quién sabe, en algún momento la danza contemporánea sería popular también en el mundo de los hombres. Tengo que admitir que me alegro de que los bailes de salón estén empezando a atraer cada vez a más chicos. En algunos estilos de baile ya vemos cierta apertura, creo que es cuestión de tiempo y recursos, y de que trabajemos en esta dirección. Así, espero contar algún día con el mismo número de chicos y chicas en los talleres de danza contemporánea.»
AREAL continúa organizando talleres, tanto en su espacio como al aire libre, dirigidos por Valentina de Piante Niculae, Alexandra Bălășoiu y Cristina Lilienfeld.
Versión en español: Víctor Peña Irles