Screaming Trees
Nada más arranca la motosierra, los árboles gritan por auxilio. No es el guión de una película de ciencia ficción. Es una tecnología nueva que se aplica también en Rumanía. Screaming Trees es el nombre de un proyecto que se está aplicando en un bosque de Covasna, desde el mes de mayo de 2017. De este modo, Rumanía es el primer país de Europa en que se aplica la tecnología creada por una empresa norteamericana, Rainforest Connection, socio de Agent Green.
România Internațional, 19.02.2019, 18:33
Nos amplía detalles Gabriel Păun, el iniciador de este proyecto y presidente de la ONG Agent Green:
“La idea surgió porque en Rumanía hay muchos casos de robo. Somos uno de los países de Europa y del mundo entero en que hay que vigilar los bosques, porque roban árboles. No es ninguna novedad. La novedad consiste en que intentamos encontrar soluciones novedosas que se puedan aplicar fácilmente desde el punto de vista tecnológico.”
El biólogo y ecologista rumano Gabriel Păun recibió el premio Euronatur 2016 a sus esfuerzos por proteger los bosques. No se trata de un premio material, es más bien una distinción que se concede a los que se implican activamente en acciones destinadas a preservar la naturaleza. Entre los ganadores de este premio cabe mencionar al príncipe Carlos de Inglaterra, a Nelson Mandela o a Gorbachov.
Gabriel Păun ha venido desarrollando campañas nacionales e internacionales de protección de la naturaleza y de los animales.
“Soy una persona bastante tímida. Tuve que hacer oír mi voz. No defiendo mis propios intereses, sino una necesidad del medioambiente, en que se basa la vida de todos nosotros, por esto tuve que hacer oír mi voz.”
Por esto es que lucha con tanta determinación Gabriel Paun. Congo, Indonesia y Rumanía son países en que la tecnología Screaming trees es necesaria para poder proteger los bosques. Vuelve con más detalles Gabriel Paun, presidente de la ONG Agent Green.
“Rumanía es el primer país con clima templado en que se aplica esta tecnología. Hasta ahora, nuestros socios de Rain Forest Connection solo la habían aplicado en bosques tropicales, en países en que se roba mucho y me refiero a Congo e Indonesia. Aplicar esta tecnología resultó más fácil allí porque, a diferencia de Rumanía, no hace tanto frío.”
Gracias a unos teléfonos inteligentes colocados en los árboles, el bosque hace oír su voz y suena el alarma si se escucha ruido de motosierra, de camiones o algún disparo. Este sistema de alarma ha funcionado muy bien este invierno, a pesar del frío.
“Junto con ingenieros de California hemos ultimado una tecnología que a primera vista puede parecer sencilla, pero, en realidad, es bastante complicada. Prácticamente, se colocan en los árboles, en el lugar más alto posible, teléfonos inteligentes usados. Es importante colgar estos aparatos lo más alto posible para que la energía solar cargue las pilas y para que haya mejor cobertura. Estos dispositivos tienen unas antenas especiales para tener mejor cobertura. Los ingenieros de California adaptaron el micro de los teléfonos para que captara estos ruidos. Cada aparato de este tipo sirve para cubrir un área de un kilómetro cuadrado.”
Decenas de dispositivos Screaming Trees fueron colocados en dos bosques del departamento de Covasna. Es un proyecto realizado a base de donaciones y voluntariado. En este momento, en cada uno de los dos bosques hay un voluntario que recibe la señal de alarma e intenta impedir estas acciones ilegales.
Escuchemos nuevamente a Gabriel Păun:
“Tenemos a un voluntario en cada bosque y si recibe la señal intenta evitar cualquier conflicto con los ladrones, quienes se sorprenden mucho con la llegada de nuestro representante. Se trata de un proyecto que se propone prevenir cualquier acción ilegal contra la naturaleza o contra los animales salvajes.”
Nos proponemos conseguir más fondos para ampliar el proyecto y colaborar con los representantes del gobierno, ha agregado Gabriel Păun:
“El siguiente paso es firmar un protocolo con los representantes del Ministerio de Medioambiente y de la Guarda Forestal, para poder aplicar este proyecto en todos los bosques vírgenes de Rumanía, de modo especial en los bosques que integran el patrimonio de la UNESCO y en los Parques Naturales, porque jamás deberíamos escuchar una motosierra en estas zonas”.
Según Gabriel Paun, presidente de la ONG Agent Green, en Rumanía, se cortan anualmente 38 millones de metros cúbicos de árboles, 20 millones más de lo que permite la ley.
Versión española : Valeriu Radulian