Rumanía, mi casa: Adoptar un árbol
Hace dieciséis años, la Asociación Viitor Plus fue creada con el propósito de contribuir de forma concreta a la protección del medio ambiente en Rumanía y al concepto de desarrollo sostenible, claro está, con participación social. Con el tiempo, la Asociación Viitor Plus se ha convertido en uno de los actores más activos en el ámbito de la protección del medio ambiente.
Ana-Maria Cononovici, 27.09.2022, 13:20
Hace dieciséis años, la Asociación Viitor Plus fue creada con el propósito de contribuir de forma concreta a la protección del medio ambiente en Rumanía y al concepto de desarrollo sostenible, claro está, con participación social. Con el tiempo, la Asociación Viitor Plus se ha convertido en uno de los actores más activos en el ámbito de la protección del medio ambiente.
Detalles sobre sus iniciativas y sobre cómo logran sensibilizar a las personas nos amplía Teia Ciulacu, presidenta de la asociación.
Hemos desarrollado varias iniciativas a través de las cuales personas de diferentes edades pueden tomar cartas en el asunto, pueden ayudar concretamente y también hemos creado varias soluciones que sirvan como modelos a las autoridades o las empresas, que esperamos que en algún momento se desarrollen a mayor escala. En el caso de Adopta un árbol, nuestro proyecto de forestación, nos centramos en la zona sur de Rumanía, donde tenemos muchas tierras en un estado avanzado de degradación. Allí, las tierras agrícolas o los objetivos humanos necesitan protección a través de cortinas forestales, y durante 14 años hemos estado llamando la atención sobre la importancia de invertir en el área de forestación, especialmente en el contexto del cambio climático. Tenemos que adaptarnos a lo que está ocurriendo y más a lo que está por venir. Y los bosques son una solución natural muy práctica. Para que un bosque se recupere solo necesita de pocos años de cuidados por nuestra parte. Nos encargamos de todo el proceso, y el punto de partida es la identificación de los terrenos. Atraemos fondos del ámbito privado, ya sea de donantes individuales, por lo que cualquiera de ustedes que nos escucha puede donar en nuestra página web, o de empresas a través proyectos de patrocinio. Todo el dinero recaudado se convierte en árboles plantados.
Nuestra interlocutora nos ha dicho que la gente se muestra extremadamente interesada en plantar árboles, porque les brinda la oportunidad de salir al aire libre, de estar en contacto con la naturaleza, pero también de dejar un legado. Pero para la asociación, el enfoque es muy técnico:
Nos encargamos de los bosques a largo plazo, desde el diseño técnico, con silvicultores, la preparación del terreno, la plantación, hasta las labores del campo. Es un proceso que dura varios años seguidos. En la medida de lo posible, involucramos a voluntarios. Porque este es el aspecto educativo, el más importante del proyecto. Cuando estás sobre el terreno, cuando sales de una oficina, de modo especial después de haber pasado mucho tiempo en una oficina, y te acercas a las realidades del campo, cuando te das cuenta de lo frágiles que son esos arbolitos que plantamos, cuántos años tardan en crecer hasta convertirse en un bosque, tu manera de percibir la naturaleza cambia por completo. De alguna manera, la perspectiva cambia y percibes las cosas muy distintas que cuando estabas frente a una pantalla o en las redes sociales.
¿Quiénes son los voluntarios en estos proyectos de plantación? Nos lo dice también Teia Ciulacu, presidenta de Viitor Plus:
Buscamos sobre todo voluntarios en las empresas, porque ahí todo se hace de manera más organizada. Ser voluntario no sólo significa regalar tu tiempo gratuitamente, en una plantación, un sábado. También se trata de cubrir los gastos de transporte, comidas y herramientas. Y entonces preferimos acudir a las empresas que cubren estos costes y promueven el voluntariado entre sus empleados. Al final, todos salimos ganando. Llevamos a los que deseen al lugar de plantación y los involucramos en las actividades de voluntariado para la forestación. Desde que existe el proyecto, más de 20.000 voluntarios han participado en estas actividades.
Más allá de las acciones de plantación propiamente dichas, la asociación también ha puesto en marcha la campaña ¡Adopta un árbol!, a través de la cual puedes recibir un certificado de adopción personalizado para sorprender a tus seres queridos. Esa es también una campaña de recaudación fondos que se dirige tanto a particulares, como a empresas.
Y cuando a causa de la pandemia se impuso la distancia social, surgió otra idea. Vuelve con detalles Teia Ciulacu:
Desde que empezó la pandemia, creamos un nuevo concepto de siembra a distancia, porque no podíamos reunir a tantas personas en el campo. Nos preguntábamos cómo podíamos llevar el bosque directamente a la gente que lo quería. Empezamos a enviar especies forestales típicas de Rumanía a diferentes zonas geográficas, de llanura, de colina, de montaña, arbolitos bien empaquetados de forma que pudieran aguantar el transporte por correo. Los enviamos a casa de las personas, sobre todo, a alumnos y a escuelas. En primavera organizamos una gran campaña en la que más de 100 escuelas plantaron 6.000 árboles, de modo especial en los patios de las escuelas. Y fue una actividad muy apreciada y deseada por todos.
También nos enteramos que en Bucarest existía el programa Recicleta, por el que los residuos se recogían por separado entre varios grupos meta, pero eso no era todo, luego se transportaban de forma no contaminante: en bicicleta eléctrica o en coche eléctrico.
Versión en español: Valeriu Radulian