Plantados en memoria
En Israel se plantan árboles en memoria de los difuntos. En el Reino Unido, la familia puede solicitar y pagar a las municipalidades que se coloque un banco en algún sitio que el difunto gustaba.
Ana-Maria Cononovici, 14.11.2022, 16:58
En Israel se plantan árboles en memoria de los difuntos. En el Reino Unido, la familia puede solicitar y pagar a las municipalidades que se coloque un banco en algún sitio que el difunto gustaba.
Recientemete, en nuestro país se ha iniciado el proyecto Plantaţi în amintire (“Plantados en memoria) del Centro comunitario “Zi de bine. Y dado que es el primer proyecto en el que ha participado desde que falleció su padre, Claudia Udrescu, del Centro “Zi de bine, nos ha contado la historia de este proyecto:
“«Plantados en memoria» nació de la necesidad de hablar del luto en el espacio público. ¿Y cómo pasó esto? Melania Medeleanu (n.r. fundadora del Centro comunitario «Zi de bine»), en algún momento, habló con alguien que había perdido mucha gente en un terrible accidente de coche. Y entonces aquella persona estaba intentando hablar sobre las personas que ya no estaban. La única respuesta era: «va a pasar», «el tiempo lo cura todo», «sé fuerte», «no llores», pero sólo quería poder hablar, expresar su dolor, mantener cerca, un poco más, a las personas que ya no estaban, hablar de ellas. Intentó hablar muchas veces, y entonces, a su alrededor, todo se quedó en silencio. Nadie volvió a llamarla. Después nació la idea de la película «Coco», según la cual existimos hasta que la última persona nos recuerde. Y entonces nos preguntamos qué podríamos hacer para que estas personas siguieran viviendo para siempre, de alguna manera, en algún lugar. Y así nació la idea de nuestra página web, plantațiînamintire.ro, que cuenta las historias de aquellos que ya no están. Son historias extremadamente conmovedoras y lindas, en las que las palabras pesan muchísimo. Les invito con todo el alma a leerlas. Después de esta página web nació la idea del árbol, que es el símbolo de la vida, y también de la materialidad. Porque un árbol incluso se puede abrazar. Y este árbol, que sigue la idea de nuestro proyecto, cuenta la historia del ser querido, que ya no está, a través de un código QR.
Así que, al principio del mes de noviembre, nació el primer parque con recuerdos. Claudia Udrescu:
“Y así nació el primer parque de la añoranza creado en Rumanía, en Lugoj, parque lo abrimos el 5 de noviembre. Es un parque que, visto desde arriba, tiene la forma del infinito, y en el que 100 abedules cuentan historias de llanto, con un ginkgo biloba en el medio, el símbolo de la vida. Son prácticamente 100 abedules del amor, en Lugoj, y hay prácticamente 100 historias reunidas en el primer parque de este tipo en Rumanía. Cuando abrimos el parque en Lugoj, estuvimos muy nerviosos. Estuvimos allí junto con decenas de personas que vinieron para colocar las pequeñas placas con este código QR, que hacían la conexión entre el abedul y la historia del ser querido que ya no estaba. Como me dijo alguien: “porque he plantado este abedul, mis días de noviembre siempre serán verdes, aunque en otoño los árboles pierdan las hojas color cobre, o como nos dijo otra persona: “tengo el alma más leve porque la historia de mi madre no se queda encerrada solamente en mi alma, sino que sigue viva gracias a los abedules plantados. Y ¿qué puede tener más vida que un parque en el que las futuras generaciones amarán, por el que pasearán, en el que jugarán o buscarán refugio a la sombra de estos abedules plantados en memoria de alguien?
Es una iniciativa a través de la cual la vida sigue delante de otra forma, según nos ha contado Claudia Udrescu:
“A través de este parque, el dolor y el luto se convierten en vida. La gente ha venido de Brașov, de Plopeni, por ejemplo, de Craiova, de Timișoara, de Bucarest. Algunos de ellos incluso han abrazado su árbol, han sentido la necesidad de abrazar su abedul, este abedul-añoranza. Otra persona ha dicho que vendrá a regar su árbol para que crezca. Hemos hablado muchas horas sentados en los bancos que están al lado de los abedules. Se han hecho muchas llamadas por WhatsApp, porque muchos de aquellos que han plantado no viven en el país. Les invito con todo el alma a leer las historias escritas con mucho dolor, pero también con muchísimo amor, en la página plantați în amintire.ro, porque nada es más duradero, decimos nosotros, que el amor con el que se han escrito estas historias, el amor con el que se ha elegido cada una de estas palabras. Sabemos lo difícil que ha sido escribir estas historias y agradecemos la confianza. Y también quisiera decir que todo el mes de noviembre está dedicado a la memoria de aquellos que sólo viven en nuestras almas, porque queremos compartir muchos recursos que nos ayuden a asimilar este luto que todos vivimos en algún momento en la vida.
Y ha sido solamente el primer paso de este proyecto que continuará en cuanto haya gente cuya añoranza se debe aliviar. Claudia Udrescu:
“Agradecemos los cientos de mensajes que hemos recibido, y queremos continuar esta raíz-recuerdo en todo el país. Para nosotros es importante que un proyecto de este tipo se desarrolle en colaboración con un ayuntamiento, porque nosotros venimos y plantamos, pero es necesario que el ayuntamiento se encargue del parque, a largo plazo, debe cuidarlo, mantenerlo vivo, mantener vivos los árboles, porque no es un parque normal. Es un parque en el que cada árbol significa una persona, significa un ser querido que ya no está, en el caso de alquien que lo haya plantado. Y con mucha emoción y alegría podemos decirles que los próximos dos parques se abrirán en Bucarest y Oradea. Vendremos con todo el alma allí donde un ayuntamiento esté abierto a un proyecto de este tipo y queremos muchísimo hacer esto. Porque la gente ama en todas partes, y la gente se va en todas partes, y en todas partes la gente necesita un lugar casi sagrado, me atrevo a decir, en el que pueda susurrar su llanto, y en el que el llanto se escuche. Y me atrevería a pedirles que nos apoyen en el proyecto «Plantados en memoria».
Estamos en otoño, pero la añoranza cobra vida.
Versión en español: Monica Tarău