La tradición del espumoso rumano
Cada momento importante de nuestra vida se celebra con una copa de vino espumoso.
Ana-Maria Cononovici, 02.07.2024, 14:37
Cada momento importante de nuestra vida se celebra con una copa de vino espumoso. Las famosas burbujas se originaron en Francia en 1531, cuando se utilizó un método «ancestral» para elaborar el Blanquette de Limoux, que se convirtió también en el método de elaboración de vino espumoso documentado más antiguo del mundo.
El vino espumoso, según han señalado los especialistas, es el único vino que percibimos con todos los cinco sentidos básicos: el tacto, la vista, el olfato, el gusto y el oído. Así que no es de extrañar que se asocie a los momentos en los que la alegría se debe saborear al máximo.
Liviu Gheorghe, miembro de la Asociación Wine Lover, nos ha llevado por la historia de más de un siglo y medio del vino espumoso rumano:
«El autor del primer vino espumoso en Rumanía fue el profesor Ion Ionescu de la Brad, quien, tras un periodo de formación en Francia, a su regreso al país en 1841, elaboró un vino espumoso para el príncipe de Moldavia, Mihail Sturdza, procedente de sus viñedos de Socola. De este modo, Rumanía se convirtió en el cuarto país del mundo con producción autóctona de vino espumoso por fermentación natural en botella. En Transilvania, entonces parte del Imperio Austrohúngaro, se menciona la producción de vino espumoso en Satu Mare. Le siguen Timișoara, Cluj, Azuga y Brăila. En 1892, en Azuga, se inauguraron las Bodegas Rhein en terrenos pertenecientes a la hacienda del rey Carlos, una inversión de los hermanos Rhein, cuya familia llevaba cientos de años en Braşov. Las bodegas, construidas al exterior, con muros de 1,2 metros de grosor, también se pueden usar hoy en día.»
Un alemán procedente de una familia de productores de vino viene a trabajar a Rumanía hacia 1900 y doce años más tarde abre un establecimiento, según ha continuado su historia Liviu Gheorghe, miembro de la Asociación Wine Lover:
«En 1912, Wilhelm Mott creó una pequeña fábrica de vinos espumosos en Bucarest. En unos años, Mott desarrolló su capacidad de producción y empezó a exportar vinos espumosos a gran escala. En el periodo de entreguerras, la prensa estaba llena de anuncios del champán Mott, que se convirtió en una marca europea, y hoy en día los coleccionistas pagan sumas a veces exorbitantes por antigüedades que llevan el logotipo de esta bebida. En 1934, con el levantamiento del sistema de prohibición en Estados Unidos, Mott abre su propia sucursal en Nueva York. En el mismo periodo, Mott se convierte en el proveedor de los buques de pasajeros de la empresa naval rumana, también en los menús de los transatlánticos. En 1948, las capacidades de producción de Mott se nacionalizan junto con las de las casas de vinos espumosos Doctor Basilescu y Rhein, al tomar el nombre de Zarea. En 1969, el famoso enólogo doctor ingeniero Ioan Pușcă crea en Vrancea el famoso vino espumoso clásico de Panciu, y en 1974 se lanza la gama Spumant Jidvei.»
Al analizar los métodos y las variedades de uva utilizados en la producción del vino espumoso rumano, Liviu Gheorghe ha afirmado:
«Tenemos regiones vinícolas muy parecidas a las francesas o italianas. Por lo tanto, nuestra oferta de vinos espumosos también es muy buena. Los vinos espumosos se elaboran según el método tradicional, pero también según el método convencional, Peter Charmat (nota de la redactora: supone dos fermentaciones en un tanque a presión y es una forma más accesible y rápida de hacer vino espumoso), incluyendo el método Asti (nota de la redactora: con una única fermentación en un tanque a presión del mosto procedente de uvas aromáticas). Se utilizan tanto variedades de uva internacionales, Chardonnay, Pinot Noir o Pinot Meunier, como variedades autóctonas como Crâmpoșie, Frâncușă, Fetească Regală, Fetească Albă, Mustoasă de Măderat, Novac o Fetească Neagră. Las inversiones importantes en viñedos y tecnología nos permiten producir vino espumoso que cubre todas las gamas de estilos, de precio y de calidad. Tenemos vinos espumosos blancos y rosados, con azúcar residual de Brut, natural hasta dulce, tenemos blanc de blanc, tenemos blanc de noir, tenemos vinos perladost, también tenemos vinos petillant (nota de la redactora: El vino petillant es un vino con burbujas muy ligeras, con un leve perlado). Entre los vinos espumosos que elaboramos, que se acercan mucho a la calidad de los de Champagne, están los que se elaboran siguiendo exactamente los mismos procesos que el champán original, utilizando tanto variedades internacionales, populares para los vinos espumosos, como variedades locales, que expresan el terruño del que proceden. Estos vinos recorren un periodo de autólisis de hasta 48 meses, que impregna el vino de finas notas de masa, pan fresco o magdalena. Los vinos destacan por una acidez intensa, un perlado fino y persistente, y por su equilibrio, su complejidad, su estructura y su elegancia. Muchos tienen un potencial de envejecimiento excepcional.»
Liviu Gheorghe ha afirmado que los vinos espumosos rumanos también son conocidos internacionalmente:
«Desde hace varios años, los vinos espumosos rumanos ocupan los podios en los concursos internacionales de especialidad, como el Campeonato Mundial de Champán y de Vinos Espumosos, y como el Concurso Internacional de Vinos de Bucarest. Los vinos espumosos son considerados unos de los vinos más versátiles, respecto a las asociaciones culinarias, y pueden servirse con entrantes, platos principales, postres, o simplemente para socializar. Un vino espumoso blanco, con azúcar residual en la zona de bruto, se asocia idealmente con platos culinarios como: huevas, mariscos, crustáceos, platos de pescado, quesos cremosos finos o platos de pollo. Un espumoso rosado de la misma zona de azúcar residual se puede asociar con platos de salmón, pescado ahumado, paté de hígado de pato o ganso, platos de ave o ternera e incluso platos tailandeses. Los vinos espumosos dulces serían ideales con postres a base de nata, tartas de frutas, tarta de chocolate e incluso helado.»
Así termina nuestra historia de hoy. ¡Que el vino espumoso rumano nos dé cada vez más alegrías!
Autora: Ana-Maria Cononovici
Versión en español: Monica Tarău