La pandemia en historias e imágenes
La vida es, después de todo, una serie de historias. Historias más agradables o más provocativas, más sabias o más comunes, se asemejan y se diferencian como las propias personas. Así que no es de extrañar que una vez obligadas a enfrentarse al aislamiento, personas de todo el mundo traten de averiguar qué historias comparten sus semejantes.
România Internațional, 28.06.2020, 18:20
La vida es, después de todo, una serie de historias. Historias más agradables o más provocativas, más sabias o más comunes, se asemejan y se diferencian como las propias personas. Así que no es de extrañar que una vez obligadas a enfrentarse al aislamiento, personas de todo el mundo traten de averiguar qué historias comparten sus semejantes.
En Oradea, una investigadora del Museo de la Ciudadela, que estaba en paro técnico, se propuso documentar este periodo porque su experiencia como doctora en historia le hace creer que, dentro de unos años, sería necesario contar con informaciones e imágenes, así como con las experiencias más diversas de las personas que este año se han enfrentado a la pandemia. Cristina Liana Puşcaş, investigadora, ha generado una investigación histórica que se basa en cierta calidad interdisciplinar, y que se ha concretado en el proyecto La vida en el tiempo de la pandemia.
Este proyecto consiste en la realización de un cuestionario con 25 preguntas que lanzamos al espacio público. En particular, nos centramos en cómo los habitantes de la zona de Oradea y Bihor o los rumanos en el extranjero, han percibido esta pandemia, este incidente en la historia de la humanidad. El 22 de abril de 2020 lanzamos el cuestionario y hasta ahora hemos recibido 321 respuestas. Obviamente, no todos los cuestionarios que hemos recibido serán validados, por diversas razones. Creo que el interés es bastante alto y creo que 200 respuestas sin duda serán validadas. Este cuestionario se rellenó en línea y, por eso, tiene una falta: los que lo rellenaron tenían acceso a Internet, dejando así de lado a muchas otras personas que no pudieron responder. Por lo tanto, los que respondieron son personas con educación superior y acceso a Internet, confesó Cristina Liana Puşcaş, quien señaló que recibió respuestas de Bihor, Satu Mare, Sălaj, Cluj, Timiş, Arad, Bucarest, pero también de Nueva York, Viena y Hamburgo.
Cristina Liana Puşcaş aporta detalles sobre las preguntas del cuestionario y las respuestas recibidas:
A la pregunta: «¿A qué proyecto se vio obligado a renunciar cuando estaba en aislamiento en casa?» Muchos de ellos dijeron que tuvieron que renunciar a las vacaciones, a renovar su casa, conseguir un nuevo trabajo o a espectáculos de teatro e ir a la misa. Los que se quedaron en casa o trabajaron desde casa y respetaron estrictamente el aislamiento se vieron muy afectados. En cambio, los que fueron a trabajar no parecen haber sentido el aislamiento con la misma frustración.
Otra pregunta del cuestionario se refería a los aspectos a los que las personas se adaptaron difícilmente durante el aislamiento domiciliario. Cristina Liana Puşcaş:
Según parece, los respondientes se adaptaron más difícilmente a la falta de socialización, echaron de menos a sus parientes, amigos e incluso compañeros de trabajo. La vida en aislamiento les resultó abrumadora especialmente a las madres que debieron compaginar varios papeles: ser madre, ser maestra, dedicarse al teletrabajo, ser esposa, empleada de hogar, médica, psicóloga, masajista, peluquera, pedagoga, profesora de alemán e inglés. Tampoco les resultó fácil adaptarse a los nuevos rituales de desinfección, rellenando declaraciones y renunciando a los paseos, a la libertad de movimiento.
La mayoría de ellos respondió que no tuvieron problemas con la vida en pareja, señala Cristina Liana Puşcaş, aunque algunas respuestas ocultaban chistes como: No me gusta preparar tres comidas al día, No entiendo por qué mi esposa intenta programar mi vida u obviamente, tenemos ritmos biológicos diferentes. Sin embargo, como el tiempo en aislamiento te hace ensimismarte, del cuestionario no faltó la pregunta:
¿Qué pequeñas alegrías ha descubierto en los días de aislamiento? Resulta que algunos de los respondientes supieron valorar este período y descubrieron el sol, el disfrute del café, el pan casero, la cocina, la lectura, la jardinería, la familia.
Y como una imagen vale más que mil palabras, según un proverbio chino, Cristina Liana Puşcaş llevó a cabo en paralelo el proyecto Fotos en tiempos de la pandemia. ¿Qué notó en las fotos recibidas?
Todas están hechas desde la ventana o desde la casa. Una ventana a través de la cual se puede ver el patio exterior. Una señora se cortó el pelo al cero, un señor me envió desde Satu Mare una foto con una señora arrodillada en las escaleras de una iglesia. Todas las fotos están más relacionadas con la vida en casa y muy poco con el exterior.
Los proyectos, sin duda, siguen en curso, aunque el optimismo nos insta a soñar con días mejores, el realismo, sin embargo, nos hace reevaluar lo que es realmente importante para nosotros. Según Cristina Liana Puşcaş, parece que la gente realmente se ha dado cuenta de que la naturaleza es muy importante y también tener a tus seres queridos a tu lado.