La historia de los cigoñales
Nuestra historia de hoy empieza en una localidad mencionada por primera vez en documentos en 1551 cuando se llamaba Poiana Păuneşti. En aquellos días, los habitantes eran campesinos libres que ocupaban las colinas circundantes. Hoy día la localidad, situada en el noreste del distrito de Vrancea, cerca de la frontera con el distrito de Bacău, en la orilla izquierda del río Carecna, se llama Păuneşti. Aquí, en el centro de la localidad, hay un lugar único en el país: 30 cigoñales concentrados en un perímetro que no supera los 2.500 metros cuadrados. Aquí los lugareños todavía utilizan los cigoñales y los pozos de agua que representan el orgullo de la localidad, porque fueron excavados por la necesidad de tener acceso a agua, en una localidad ubicada en varias colinas, donde las aguas subterráneas se encuentran a gran profundidad.
România Internațional, 24.08.2021, 07:20
Nuestra historia de hoy empieza en una localidad mencionada por primera vez en documentos en 1551 cuando se llamaba Poiana Păuneşti. En aquellos días, los habitantes eran campesinos libres que ocupaban las colinas circundantes. Hoy día la localidad, situada en el noreste del distrito de Vrancea, cerca de la frontera con el distrito de Bacău, en la orilla izquierda del río Carecna, se llama Păuneşti. Aquí, en el centro de la localidad, hay un lugar único en el país: 30 cigoñales concentrados en un perímetro que no supera los 2.500 metros cuadrados. Aquí los lugareños todavía utilizan los cigoñales y los pozos de agua que representan el orgullo de la localidad, porque fueron excavados por la necesidad de tener acceso a agua, en una localidad ubicada en varias colinas, donde las aguas subterráneas se encuentran a gran profundidad.
Gheorghe Popa, alcalde de la localidad Păuneşti, comparte la historia de los cigoñales:
Los cigoñales de nuestra localidad datan de hace 100 años y fueron hechos por la gente adinerada. Dos o tres familias adineradas se unieron e hicieron cigoñales en el centro. Allí se fundó la localidad y también allí recibió su nombre, ya que, según la leyenda, un boyardo perdió sus pavos reales por aquí y así descubrió la mayor fuente de agua. La gente venía en carros de bueyes o en carros de caballos y llevaba el agua a casa. En aquel entonces, había muchos más cigoñales, pero ahora sólo quedan unos 30. Tenemos un proyecto para preservarlos. Ya hablamos con el ministro que estuvo aquí, el ministro de Desarrollo en ese momento (Ion Stefan); también vino un secretario de Estado del Ministerio de Cultura. Tenemos asimismo un proyecto de asfaltado que está en la fase de estudio de viabilidad.
Se dice que el primer cigoñal perteneció al maestro Ioniţă Chiriac. Y se dice también que en los viejos tiempos, la gente se despertaba de madrugada y venía en carros de bueyes y hacía cola para llevar agua a sus casas para los animales y para su propio consumo. Luego surgieron los viñedos y la gente sacaba agua para regarlos. El alcalde de la localidad nos dijo que cada cigoñal lleva el nombre de quien lo construyó y así la gente conocía el nombre de su propietario. Para los lugareños los cigoñales son herencia de sus padres, por lo que, el cigoñal de Berbece es actualmente el mejor cuidado de todos, y eso es porque sus antepasados les pidieron que no los abandonaran.
Los cuidamos, los pintamos de blanco, los arreglamos. Algunos incluso los cubrieron con tapa, pero eso requiere una cantidad muy importante de dinero. La gente siguió llevando agua de los cigoñales hasta los años 86-88.
Sin embargo, Gheorghe Popa, el alcalde de la localidad, mostró su descontento porque hay personas que siguen consumiendo el agua de los cigoñales a pesar de que ya no es tan segura:
La localidad está ahora conectada al servicio de suministro de agua. Colocamos en cada cigoñal una advertencia sobre la calidad del agua, pero la gente todavía la usa para los animales.
Aparte de la necesidad de tener agua, otra explicación que tienen los lugareños para la construcción de los cigoñales es la costumbre de construir o reparar un cigoñal o un manantial 40 días después de la muerte de una persona. Así, junto a estas fuentes de agua se levantaron santuarios, cruces o iconos.
Muchos turistas visitan la zona para filmar estas fuentes inusuales, pero todavía se espera el visto bueno de las autoridades para el proyecto de restauración museal de los cigoñales. De todos modos, la zona es muy bonita y acogedora, Gheorghe Popa:
Păuneşti es una gran y bonita localidad, con muchas colinas, con el valle Carecnii. Aquí se han construido muchas cabañas. El paisaje es muy hermoso.
En los viejos tiempos, en las celebraciones religiosas, toda la comunidad se reunía alrededor de los cigoñales cuando se consagraba el agua.
Versión en español: Victoria Sepciu