La fiesta de Dragobete
La creencia popular rumana dice que Dragobete es un joven guapo e inmortal, mitad ser humano mitad ángel, que igual que otros seres imaginarios del folclore, anda por el mundo sin que la gente pueda verle porque el mundo se ha vuelto malo. Esta definición de la palabra “dragobete” le pertenece al etnólogo Simeon Florea Marian, que también nos dice que este ser imaginario es conocido en todas las regiones del país. En Maramures por ejemplo, es denominado Dragomir, o Cabeza de primavera, o la llegada de la primavera, y se refiere a un personaje que encarna todos los atributos del joven al que simboliza, menos su doble naturaleza, zoomorfa y antropomorfa. En el exterior del arco carpático, como representación mítica, Dragobete tiene cabeza con forma humana y patas de carnero. Esta representación tiene origen tracio pero se encuentra también en otras mitologías del mundo. El calendario popular confirma tres fechas destinadas a la fiesta de Dragobete, el 24 de febrero, el último día del mes de febrero, o el 1 de marzo, siendo la primera la más celebrada.
România Internațional, 26.02.2019, 18:36
La creencia popular rumana dice que Dragobete es un joven guapo e inmortal, mitad ser humano mitad ángel, que igual que otros seres imaginarios del folclore, anda por el mundo sin que la gente pueda verle porque el mundo se ha vuelto malo. Esta definición de la palabra “dragobete” le pertenece al etnólogo Simeon Florea Marian, que también nos dice que este ser imaginario es conocido en todas las regiones del país. En Maramures por ejemplo, es denominado Dragomir, o Cabeza de primavera, o la llegada de la primavera, y se refiere a un personaje que encarna todos los atributos del joven al que simboliza, menos su doble naturaleza, zoomorfa y antropomorfa. En el exterior del arco carpático, como representación mítica, Dragobete tiene cabeza con forma humana y patas de carnero. Esta representación tiene origen tracio pero se encuentra también en otras mitologías del mundo. El calendario popular confirma tres fechas destinadas a la fiesta de Dragobete, el 24 de febrero, el último día del mes de febrero, o el 1 de marzo, siendo la primera la más celebrada.
Cada año, con motivo de la fiesta de Dragobete, los mozos de las aldeas rumanas vestidos de sus mejores trajes iban a recoger plantas mágicas que guardaban durante todo el año para poder casarse. También este día grupos de mozas y mozos se prestaban juramentos de la cruz a fin de hermanarse para todo el año
Conviene decir que la fiesta de Dragobete es el equivalente rumano del Día de San Valentin, y que en réplica a la fiesta occidental, en los museos de las aldeas de Rumanía se celebra la fiesta tradicional de Dragobete. Este 24 de febrero por ejemplo, el Museo de la Aldea “Dimitrie Gusti” de Bucarest, ha acogido a sus huéspedes con un programa especial presentando para comenzar el significado de la tradición. El actor Alexandru Nicolae MIhai presentó la historia de este personaje mitológico.
“El 24 de febrero en el Museo de la Aldea de la capital celebramos la fiesta del Dragobete considerada la fiesta rumana del amor. Este día es asociado con una reconciliación, un día en que se hacen las paces y los muchachos y las muchachas salen a recoger las primeras flores en crecer cuando la nieve comienza a retirarse. Esta recogida simboliza un sacrificio vegetal que garantiza el carácter sagrado y puro del período a venir. El 24 de febrero se celebra también otra tradición popular llamada “el noviazgo de las aves” o “el día en que los pájaros de enamoran”. Dicen que las aves que buscan pareja y no la encuentran antes del 24 de febrero se quedarán solteras para el resto del año. Cabe subrayar que el límite de la solitud era de un solo año y no de toda la vida. En el marco de la misma fiesta que se ha celebrado en el Museo de la Aldea de Bucarest, Narcisa Mihai ha contado para el público la leyenda de Dragobete referente al hechizo:
“La tradición dice que antes de ir a recoger las flores de primavera, el día de Dragobete las mozas solían asegurarse de que sus amores eran correspondidos y por ello cada martes y jueves tenían que hacer un hechizo de amor. Para esto necesitaban de sal, miel y de la nieve de las hadas que resultaba a raíz del desnieve. El agua de las hadas se guardaba igual que el agua bendita y se utilizaba para hacer, o deshacer hechizos. En un vaso se mezclaban la sal y la miel que tras empezar a crujir se extinguían con esta agua. Con el líquido resultado, la muchacha que tenía que sentarse desnuda delante de un icono se dejaba salpicar por la persona que hacía o deshacía el hechizo. La moza tenía que estar desnuda para que el amor no fuera pasajero”
Tras interpretar un hechizo de Dragobete, Narcisa Mihai ha dicho que:
“El hechizo acompañado por el agua mágica garantizaba el encuentro con el ser querido. Si el hechizo no funcionaba no había ningún problema porque las muchachas podrían repetirlo al año siguiente. Pero en general el hechizo no se equivocaba y antes del otoño los jóvenes llegaban a casarse. Tampoco las recién casadas podían estar completamente tranquilas porque el amor como viene así mismo se va y una tiene que asegurarse cada año con motivo de la fiesta de Dragobete de que cumple con las tradiciones. Además, dicen que este día, el marido no debe enfadar a su mujer a no ser que quiera que le vaya mal todo el año.”
En cambio, para tener buena suerte las mujeres deben tocar en el día de Dragobete a un hombre de otro pueblo para ser cariñosas con su marido todo el año. Para que los recién casados sepan cómo irá su matrimonio tendrán que poner dos nueces sobre las ascuas y si estas empiezan a saltar ellos tendrán una relación amor-odio. En la fiesta han participado también un conjunto folclórico de la localidad de Dobrotesti famoso por tocar el caramillo.