Fiesta en la calle Icoanei
Libros colocados en una instalación innovadora, lecturas de poesía contemporánea y visitas guiadas por la ciudad, delicias culinarias preparadas en un patio por el chef Liviu Lambrino para comer en común en una mesa larga para unas 30 personas, baile en la calle, música de Jim Felix y películas al aire libre, fueron algunas de las atracciones del primer fin de semana de octubre organizadas en una calle del centro de Bucarest.
România Internațional, 16.10.2018, 17:46
Libros colocados en una instalación innovadora, lecturas de poesía contemporánea y visitas guiadas por la ciudad, delicias culinarias preparadas en un patio por el chef Liviu Lambrino para comer en común en una mesa larga para unas 30 personas, baile en la calle, música de Jim Felix y películas al aire libre, fueron algunas de las atracciones del primer fin de semana de octubre organizadas en una calle del centro de Bucarest.
Edmund Niculusca, presidente de la Asociación Rumana para Cultura, Educación y Normalidad, ARCEN, el iniciador del evento, nos ha dicho:
«Transformamos la calle en varios espacios. Durante casi 12 horas en la calle I.L. Caragiale hubo muchas cosas: presentamos una parte de la exposición que representó a Rumanía en la Bienal de Arquitectura de la Bienal de Venecia, MNEMONICS, «En frente del bloque de viviendas», el proyecto que reúne todos los juegos infantiles en un solo libro. En esta fiesta en la calle han habido algunos momentos clave: juego, danza, diálogo».
Efectivamente, con las alfombras tendidas, con sillas y tumbonas en que se podían sentar y cubrirse con una manta si tenían frío, los visitantes tuvieron la oportunidad de disfrutar de una sala de estar… situada entre los estantes de libros. Una instalación para presentar libros invitaba a la lectura: un ladrillo en el que colocaron una varilla de metal de la cual colgaba una placa sobre la que se encontraba un libro. Al cogerlo, el lector descubría una lista de cinco razones para leer ese libro.
Edmund Niculuşca ha explicado cuál ha sido la idea del proyecto:
«Bucarest necesita un centro histórico cultural, y el área de la calle Icoanei puede ser este centro histórico cultural, porque es un área histórica, es central, tiene potencial y si consigue entrar en una red colaborativa puede generar otro tipo de vida en la ciudad. Es otro tipo de centro histórico».
Aquí, la historia tiene valencias culturales que debemos descubrir, ha agregado Edmund Niculuşca:
«En la calle I.L. Caragiale han estado presentes todos los socios del Distrito 40: el Instituto Francés, la Escuela Central, la Residencia Scena 9, Point, Carturesti y Cinetics. Ya hay seis socios en esta red llamada Distrito 40, que en la Noche de los Museos organizaron eventos solo en sus propios espacios. Ahora sin embargo, todos estos espacios culturales han sido presentados en una sola calle y se unen con la idea de mostrar que esa colaboración es posible. Inicialmente, antes de que llamáramos al proyecto el «Distrito 40», queríamos llamarlo el «El Barrio del Centro» porque queríamos proponer un tipo diferente de centro, pero decidimos mantener la idea de crear un centro con otro ritmo urbano».
Estuvo en la calle, junto a los bucarestinos, la poeta Nora Iuga, quien leyó sus versos. Estuvieron los representantes de los proyectos de urbanismo Romeo Cuc, organizador del proyecto MNEMONICS, el arquitecto Serban Sturdza y Serban Radu, el fundador de Cărtureşti. En el debate callejero estuvo uno de los proyectos más exitosos, Catálogo 40, que pretende presentar las áreas protegidas en Bucarest.
Alberto Grosescu, vicepresidente de ARCEN ha ofrecido más detalles :
«Parece que de todos los proyectos realizados hasta ahora por ARCEN, este ha sido el más dinámico. Inicialmente, en 2015, hemos inventariado dos áreas protegidas construidas. Era un proyecto piloto. Al ver los cambios permanentes del paisaje urbano, los elementos de patrimonio correspondiente y al analizar la información que teníamos sobre las dos áreas protegidas construidas, me di cuenta de lo mucho que está cambiando la ciudad. Sabemos poco sobre las áreas protegidas, y tratamos de continuar con esta idea de rescatar la imagen de estas áreas, de hacer un inventario de todo lo que se conoce sobre ellas. Empezamos a recopilar información en 2017, en marzo. Entre las primeras áreas estaba la zona de la calle Icoanei. No sabíamos entonces que iba a existir la red de proyectos Distrito 40».
Nos acercamos a los visitantes para preguntarles qué impresión les ha dado esa fiesta en la calle. Dana, una mujer de 43 años, acompañada por su hijo:
«Vimos algo por Internet y nos acercamos a ver qué pasa aquí. Y hemos descubierto personas que se parecen a nosotros, libros, un lugar tranquilo como no hay muchos en Bucarest. Descubrimos personas con que compartimos los mismos intereses, gente aficionada al silencio, a los libros, a un Bucarest, tal como lo vemos aquí, no caótico».
Radu, el hijo de Dana, tiene 13 años y también nos ha dicho por qué vino a esta fiesta en la calle:
“Tenía curiosidad por ver lo que está pasando aquí, es agradable relajarse así un domingo, deshacerme del estrés, leer, sentarme en una tumbona. ¡No muchos colegas vendrían a tales eventos en general!»
Ambas tardes terminaron con varias docenas de personas bailando en la calle. De las preguntas existenciales que rezan la letra de las canciones, una en particular me ha llamado la atención: «¿Cuánto tiempo piensas vivir? ¿No te parece que la edad cambia con el paso del tiempo?
Sin embargo, el tiempo pasado en la Fiesta de la Calle Icoanei suspendió exactamente esto… ¡el tiempo!
(versión española por Irina Calin)