El Museo de la Memoria
Tarjetas postales con los votos que se hacían hace tiempo a destinatarios ya desaparecidos, ordenanzas del Gobierno que desmentían las falsas noticias o las noticias alarmistas a través de las cuales los heridos de los hospitales de Bucarest eran declarados prisioneros de guerra, fotos de familia o relatos que presentaban, en cada momento, el desarrollo de los acontecimientos, todo esto partiendo del año 1916. Impresiones recogidas a menudo a través del boca a boca, son el resultado de la gestión emprendida por los integrantes del equipo del Museo de la Memoria. Un museo en línea, que últimamente, está presente también en distintos ámbitos museísticos, con un conjunto de piezas interactivas que nos invitan a explorar la historia.
România Internațional, 22.01.2019, 05:38
Tarjetas postales con los votos que se hacían hace tiempo a destinatarios ya desaparecidos, ordenanzas del Gobierno que desmentían las falsas noticias o las noticias alarmistas a través de las cuales los heridos de los hospitales de Bucarest eran declarados prisioneros de guerra, fotos de familia o relatos que presentaban, en cada momento, el desarrollo de los acontecimientos, todo esto partiendo del año 1916. Impresiones recogidas a menudo a través del boca a boca, son el resultado de la gestión emprendida por los integrantes del equipo del Museo de la Memoria. Un museo en línea, que últimamente, está presente también en distintos ámbitos museísticos, con un conjunto de piezas interactivas que nos invitan a explorar la historia.
Smaranda Pasnicu, colaboradora de la asociación PunctArt, y directora de proyecto en el Museo de la Memoria, nos amplía detalles al respecto:
“El Museo de la Memoria es una iniciativa de la asociación PunctArt, asociación que se formó el año pasado a fin de crear un lugar para los recuerdos, un espacio que se puede enriquecer a través de la aportación de cada uno de nosotros con documentos, fotos y otros recuerdos que vale la pena dar a conocer al mayor número posible de personas. Hemos creado una plataforma en línea donde cada uno puede subir un recuerdo, con la esperanza de construir juntos este Museo de la Memoria. Dado que nos referimos a un pasado muy largo hemos decidido referirnos en un principio al período de la Primera Guerra Mundial y hemos empezado a investigar los archivos con ayuda de un equipo integrado por historiadores, investigadores de imagen y sonido, antropólogos, sicólogos, filósofos, los archivos de los coleccionistas, de los museos, de los amigos, para presentarlos, desde este mes de octubre, en una exposición multimedia en Bucarest y en Constanza y antes del final del año en Iasi, y continuar nuestro periplo en 2019 por las ciudades de Ploiesti y Suceava.
El Museo de la Memoria se ha propuesto realizar un enfoque subjetivo, poniendo a disposición de las personas interesadas archivos y testimonios de las personas con una larga experiencia de vida.
“El año pasado creamos el primer mecanismo que nos puso en contacto con el público: el teléfono de los recuerdos. Un aparato que nosotros llamamos el teléfono de los abuelos, un aparato con disco que tiene dos funciones: la de oír varios testimonios, entrevistas con personas entradas en años, o mensajes de varios periódicos. La segunda función es la de grabar personalmente un mensaje a fin de volver a recibirlo en el futuro. Este aparato telefónico se encuentra en nuestra exposición en varios ejemplares junto con otras instalaciones multimedia.
Smaranda Pasnicu nos ha informado que a través de las nuevas tecnologías, PunctArt trata de unir a los jóvenes con el arte y la cultura y atraerles para que descubran ellos mismos en su historia personal aquellos pedazos de recuerdos de los cuales normalmente nos olvidamos.
Además de sacar a la luz a través de las instalaciones multimedia cosas antiguas, tratamos de emocionar al público y animarle a buscar en los cajones fotos y objetos antiguos que no se pueden tirar porque forman parte de la historia de cada uno de nosotros.
Además, cada uno de nosotros puede contribuir al enriquecimiento de la colección del museo subiendo un recuerdo a la página web.
“Creo que todas las cosas se tienen que apreciar y aquellos de Uds interesados en añadir pequeñas piezas a nuestro rompecabezas serán muy bienvenidos
Le preguntamos a Smaranda Pasnicu cómo aprecian los niños las piezas exhibidas en el museo:
“Hasta ahora, hemos tenido experiencias muy positivas. Siempre nos sorprende la disposición de la gente para acoger el proyecto. Incluso en el caso de niños de edades tiernas, que vienen acompañados por sus padres y descubren que el teléfono de los recuerdos formó parte de su pasado. La entrada es gratuita y nosotros esperamos emocionar al mayor número de visitantes posible porque los objetos y los héroes desconocidos de que hablamos son en realidad nuestros abuelos y tatarabuelos que se enfrentaron con periodos muy difíciles.
Si desean explorar la historia con ayuda de las piezas antiguas sólo tienen que acceder a la página web del Museo de la Memoria.