El Cenáculo Planetario
Establecido en 1992 en Bucarest, el Cenáculo literario Planetario era un vivero de escritores de la literatura rumana de ciencia ficción. Se han reunido todas las semanas por más de una década el escritor Constantine Pavel, junto con un puñado de fanáticos de la ciencia ficción, entre ellos Traian Bădulescu, Codru Păun, Răzvan Varlan, Andrei Ionescu, Cătălin Ştefan, Liviu Surugiu y otros. En este Cenáculo Planetario, muchos escritores, científicos, periodistas y artistas gráficos se han formado y perfeccionado.
România Internațional, 11.06.2019, 19:01
Establecido en 1992 en Bucarest, el Cenáculo literario Planetario era un vivero de escritores de la literatura rumana de ciencia ficción. Se han reunido todas las semanas por más de una década el escritor Constantine Pavel, junto con un puñado de fanáticos de la ciencia ficción, entre ellos Traian Bădulescu, Codru Păun, Răzvan Varlan, Andrei Ionescu, Cătălin Ştefan, Liviu Surugiu y otros. En este Cenáculo Planetario, muchos escritores, científicos, periodistas y artistas gráficos se han formado y perfeccionado.
Recientemente el Cenáculo Planetario ha vuelto a abrir sus puertas.
Hablamos sobre la historia de este cenáculo con el escritor Constantin Pavel, el iniciador mismo de este espacio de tertulias.
«Yo quería hacer un cenáculo. El primer problema fue dónde hacerlo. Primero encontré comprensión de parte de una profesor de historia en la Escuela Secundaria de Technometal, como se llamaba entonces, la Sra. Stanca. Publiqué anuncios por todas partes, lo anuncié a mis amigos y vinieron. Era una sala de aula pequeña, típica de una escuela secundaria, llegué vestido con un traje azul, corbata, camisa, y cuando me vieron estos niños fue sensacional. Después de lo cual se creó un grupo».
El grupo se reunió en varios lugares, incluso en la tribuna del estadio pequeño de futbol del barrio Giulesti. Constantin Pavel:
«Finalmente, por cortesía de Harald Alexandrescu, director del Observatorio astronómico pudimos reunirnos en la sede del Observatorio de la calle Ana Ipătescu en el centro de Bucarest. A partir de entonces nuestro club literario creció de manera extraordinaria, tuvimos dos años maravillosos y otros 6-7 años bastante buenos, pero con el tiempo comenzó a diluirse. Hubo épocas en que nuestro cenáculo tenía unos 60-70 miembros. Hemos editado algunas fanzines (revistas hechas por fans con la intención de informar directamente a un público en específico sobre ciertos tópicos de una forma económica y también algo underground), hemos participado en una gran cantidad de acontecimientos en el país sobre temas de ciencia ficción y el Cenáculo Planetario consiguió hacerse un nombre».
Constantin Pavel nos ha dicho cómo se le ha ocurrido el nombre del grupo:
«La idea me vino al jugar con Legos, que había recibido de un tío mío aviador. En ese juego había algunos astronautas que tenían una bandera y en esa bandera estaba el logotipo que utilizo, el planeta y una flecha que representa la ruta de una nave que sale de la tierra. De aquí surgió la idea de hacer un cenáculo literario llamado Planetario. Con el tiempo nos separamos pero lo que me agrada es que muchos de los miembros del cenáculo llegaron a ser personas extraordinarias. Lo que queremos hacer es ligeramente diferente de lo que hacíamos entonces, pero seguimos la misma línea. Será un centro para la literatura, un centro en el que aprendamos unos de otros, y tendremos la oportunidad de conocer a muchos escritores».
Traian Bădulescu tenía unos 15 años cuando acudía al antiguo Cenáculo Planetario:
«Estoy muy contento de que se reabra el Planetario. Cuando estuve por primera vez en 1992, no creo que tuviera más de 20 miembros, y era una época en que resultaba bastante fácil reunir a las personas porque no había internet, no había móvil. Era un ambiente de gran efervescencia. El Cenáculo Planetario ha cambiado completamente mi vida. No hacíamos solo ciencia ficción. Era un centro cultural, un centro de la vanguardia. Y nos ayudó mucho en la vida. Recuerdo que en 1991, a través de un compañero de la escuela secundaria, llegamos a la Sala Dalles, donde los domingos Mihai Basescu estaba presentando conjuntamente con Alexandru Mironov, una película de ciencia ficción y luego había discusiones sobre el tema de la película. Me pareció muy interesante. Fue entonces cuando comencé a escribir realmente. Había hasta dos reuniones por semana y nos sentíamos obligados a escribir algo para leer en cada reunión. Nos criticábamos mutuamente, estábamos escribiendo mucho».
Otro nombre importante del cenáculo es Liviu Surugiu, quien debutó como escritor de ciencia ficción en 1994 y ganó muchos premios a lo largo de su carrera como escritor.
«Espero con interés el futuro de este cenáculo. Estoy seguro de que va a tener una larga y muy buena vida. Viviremos mucho y bien. Debemos identificar las necesidades de los que vengan o identificar las necesidades de quienes no saben si vendrán o no, pero que están interesados en este fenómeno de la ciencia ficción y trataremos de atraerlas».
El Cenáculo Planetario también se beneficia de la Biblioteca de Ion Hobana, una donación del gran escritor con libros de ciencia ficción de los más raros que será nuevamente accesible para los miembros del cenáculo.