El balneario Băile Herculane, una atracción turística de colección
La historia de dos milenios de Băile Herculane comienza con su primer testimonio documental en el año 153 d.C. y continúa con su período moderno, cuando el emperador de Austria etiquetó a Băile Herculane como el balneario más hermoso del continente, y las maravillas naturales del valle de Cerna encuentran su lugar en el diario de la emperatriz Isabel.
Ana-Maria Cononovici y Daniel Onea, 03.12.2024, 14:39
La historia de dos milenios de Băile Herculane comienza con su primer testimonio documental en el año 153 d.C. y continúa con su período moderno, cuando el emperador de Austria etiquetó a Băile Herculane como el balneario más hermoso del continente, y las maravillas naturales del valle de Cerna encuentran su lugar en el diario de la emperatriz Isabel.
Queriendo mantener viva la historia de los lugares, Iacob Sârbu, un coleccionista de Băile Herculane, ha estado recogiendo durante décadas varios objetos que reconstruyen la gloria de la región. Participante con algunas de las exposiciones de la Feria de Turismo de Rumanía, edición de otoño, Iacob Sârbu nos cuenta su historia:
«Empecé a coleccionar de niño, pasando las vacaciones con el abuelo de mi madre, en Reșița. Él era un ávido coleccionista, tenía mucho que aprender de él y puedo decir que he coleccionado desde siempre. El tema de Herculane, del que me ocupo ahora, es una pasión de unos 8 años, cuando pasé por un momento bastante difícil en mi vida. Y encontré mi paz en esta colección y canalicé toda mi energía. Si al principio mi colección era para mí y muy pocas personas conocidas y amigos míos, después de conocer a dos personas extraordinarias, el profesor Ioan Traia, presidente de la Asociación de Editores de Prensa Rural en Banato y el profesor Gheorghe Rancu Bodrog, exprofesor y propietario de un museo en Șopotul Vechi, en la zona de Almăjului, en el distrito de Caraș-Severin. Ambos sacaron lo mejor de mí. También gracias a ellos acepté participar en muchos eventos culturales en el Banato y en el Banato serbio, y en febrero de este año, por invitación del Consejo Distrital acepté venir, y ahora puedo decir que es la segunda vez que vengo. Vengo porque quiero mostrar algo de mi colección. Lo que presento aquí son en realidad fragmentos de la historia local».
Como para cualquier coleccionista apasionado y para Iacob Sârbu, todos los objetos son igualmente preciosos:
«Para mí, toda la colección es importante. No puedo diferenciar. Aunque sea una postal de entreguerras y comunista, que es barata, para mí tiene el mismo valor que esa postal o esa litografía que puede costar unos cientos de euros. Así que no puedo diferenciar. Sin embargo, podría decir algo que sí sería muy importante: esa réplica de la estatua de la emperatriz Isabel de Herculane. Existió, ya no existe, nadie sabe dónde está, se rompió, la tiraron, nadie lo sabe. Después de algunas fotos, un amigo mío comenzó a hacer esta réplica. Insistí muchísimo en terminarla o en estar lo más cerca posible de terminarla, para poder presentar la réplica de la estatua de Sissi de Caransebeș, que recibí del profesor Gheorghe Rancu y esta réplica de Băile Herculane. Porque era una vergüenza para mí, de Herculane, venir con Sissi de Caransebeș. Con el tiempo, desde que iniciamos esta corrección de forma más intensiva, he conocido a algunas personas y colaboro muy bien con ellas, de tal modo que me ayudan a obtener ciertas cosas que todavía van apareciendo: libros, objetos, fotos, postales, que puedo encontrar en eBay o en Delcampe».
Algunos de los objetos expuestos por nuestro interlocutor provienen precisamente de Argentina, siendo postales enviadas desde Herculane a destinatarios lejanos, de la época de gloria del balneario. Iacob Sârbu nos describe algunas postales más especiales de su colección, empezando por la más antigua, fechada el 7 de julio de 1894:
«La postal es vertical. En la parte superior hay una imagen del Parque Ghizel, como se llamaba entonces el Parque Central, delimitado por los dos hoteles, que en ese momento, durante el período imperial, se llamaban Franz Iosef y Rudolf y, hacia la montaña, el Casino. Cada postal tiene una historia, cada una representa algo, cada una tiene algo especial. Por ejemplo, se imprime en seda y la seda se pega en cartón. Esta postal de 1899, si le pones una fuente de luz detrás, todas las ventanas de los edificios parecen estar iluminadas. Entonces estas dos postales que en realidad son un pasaporte, porque hay la misma postal, pero también con otras localidades no solo con Băile Herculane, sino también con Vatra Dornei, Lipova, Buziaș y Băile Felix. Aquí se caricaturiza la tasa de ocupación en el balneario, y en esta otra el hecho de que el hombre que venía a Herculane venía forrado y se iba arruinado».
Postales panorámicas, en vertical, con una longitud de 54 cm, guardadas en el marco por quienes las recibieron, una página publicitaria de un periódico, Curierul Banatului, del 31 de diciembre de 1934, cromolitografías del balneario Băile Herculane, de 1840, 1842, 1860 también forman parte de esta colección que actualmente se encuentra a la espera de ser presentada en línea.
Versión en español: Mihaela Stoian