Arte colaborativo por la alegría de los niños
Algunas manchas de colores sobre el papel pueden ser el pretexto para crear una pintura compleja, con personajes. Pinturas expresivas… Expresividad voluntaria o involuntaria, no sabemos. Y esto porque estamos hablando de proyectos de arte realizados por y para los niños autistas, que tienen síndrome de Down o traumas psíquicos.
România Internațional, 26.06.2019, 19:03
Algunas manchas de colores sobre el papel pueden ser el pretexto para crear una pintura compleja, con personajes. Pinturas expresivas… Expresividad voluntaria o involuntaria, no sabemos. Y esto porque estamos hablando de proyectos de arte realizados por y para los niños autistas, que tienen síndrome de Down o traumas psíquicos.
A partir de 2010, Roxana Ene desarrolla proyectos de arte en Rumanía y Alemania, en los centros de acogida o con niños con varias discapacidades. La iniciadora ha partido de la convicción probada incluso por Picasso de que “los niños pintan antes de saber hablar” y crea junto con ellos un nuevo universo de expresión artística.
Hace unos años, con los dibujos completados de los niños se realizó un libro. El libro se titula “Vezi şi tu ce văd şi eu?” (“¿Tú también ves lo que veo yo?”), y el subtítulo es “Carte creativă pentru copii, părinţi şi profesori” (“Libro creativo para niños, padres y profesores”. El proyecto del que forma parte ha destacado las necesidades de los niños con discapacidad. En un formato generoso, buen papel, inserciones de papel de calco y toques un poco distintos, según el modelo de la autora o mejor dicho, con la ayuda de la iniciadora, Roxana Ene.
Obras realizadas según un modelo sencillo: los niños pusieron manchas de colores sobre el papel, y Roxana las vio y les dio sentido. O se puede decir también de otra forma: los niños jugaron en el paraíso de los colores, y Roxana viajó allí. Y después pensó en juntar las huellas en las páginas de un libro.
Este año la hemos encontrado en un festival urbano, “Mujeres en la calle de Mătăsari”, donde presentaba las obras realizadas en sus talleres de arte colaborativo:
“La saya campesina es el logro más reciente en una campaña de recaudación de fondos. Los alemanes también tienen la saya campesina en sus trajes típicos. Y entonces hemos encontrado una conexión entre los dos países. La única diferencia es la de que los alemanes la atan de una manera: si se ata en el lado, la chica todavía no está casada, hay ciertos símbolos. Y he pensado que la saya campesina está presente en cualquier sitio y es muy sencilla, así que nos hemos llevado el lienzo de la pared y lo hemos puesto en estos accesorios de vestir. Y hemos hecho bien, porque son muy populares y muy versátiles. Se pueden llevar en la cintura, en el pecho, en el lado”.
Esto es lo que ha afirmado Roxy mientras estaba enseñando una de las sayas campesinas llenas de colores que había en su estand. Muchas de las prendas realizadas dentro del proyecto de Roxana se han podido ver en algunos acontecimientos importantes como el festival Gopo y otros. A pesar de ello, el éxito de su proyecto no está en su valoración y compra, sino en la recaudación de fondos para apoyar a los niños con discapacidad, ha afirmado Roxy:
“He trabajado con todas las grandes organizaciones no gubernamentales de Rumanía, por supuesto, tanto en Rumanía como en Alemania, para caridad. He venido como voluntaria y a partir de 2015 empezó una historia increíble. Hemos recibido financiación por parte de la Administración del Fondo Cultural Nacional y en 2017 recibimos financiación por parte de Kaufland Rumanía. Estoy muy orgullosa. Son pasos muy importantes, sobre todo porque soy de Rumanía, de Bucarest, he nacido aquí. Y este año con un nuevo proyecto exitoso, «fashion», con arte colaborativo también para niños, financiado nuevamente por la Administración del Fondo Cultural Nacional. Por supuesto que es un inmenso orgullo.”
¿Por qué ha elegido participar en el festival “Mujeres en la calle de Mătăsari?
“Sé que es un festival urbano con tradición y vine un par de veces como visitante. A partir de 2017, al ser también presidenta de la organización no gubernamental Roxy and Kids Art, he considerado que tengo que participar en este festival porque había también este entorno de las ONG, y la participación ha venido de manera natural.”
Y esto es lo que pasa en los talleres de Roxana:
“He ganado el proyecto y me he quedado en el país. Dentro del proyecto trabajamos con niños que tienen síndrome de Down. Los niños serán prácticamente coautores de estas prendas y las llevarán en algún momento en un desfile de moda que organizaremos dentro de este proyecto. Es una maravilla lo que pasa en un ámbito en el que dicen frecuentemente que es difícil trabajar. Sí, es difícil, pero es al mismo tiempo maravilloso.”
Esta iniciativa tiene cada vez más partidarios, según la causa que apoya.
(Traducido por Monica Tarău)