¡Animad a vuestros hijos!
La película animada rumana tiene su origen en los gráficos periodísticos. Todos los grandes creadores de películas animadas en Rumanía fueron caricaturistas. Si durante el período pionero de los años 1920-1948 la animación rumana llegó a ser conocida gracias a varios artistas, como Aurel Petrescu, el dibujante más profano, que ya había creado 11 dibujos animados confirmados por la prensa de la época y otras más de 70 animaciones, la mayoría de ellas anuncios publicitarios, con la aparición de los dibujos animados de Ion Popescu-Gopo la animación rumana entró en la era dorada.
România Internațional, 29.09.2020, 18:26
Así, en 1964, se fundó en Rumanía el estudio especializado «Animafilm», a raíz de los numerosos premios que obtuvo Ion Popescu-Gopo en varios festivales internacionales. En poco tiempo, Animafilm se convirtió en una marca valiosa que producía alrededor de 60 películas por año y aportaba a Rumanía más del 40% de los ingresos de dólares por exportaciones. La muerte de Gopo en 1989 marcó el final de la película de animación rumana clásica.
Con el deseo de reiniciar la animación, el profesor de diseño gráfico Liviu Acasandrei fundó un estudio de animación 2D dirigido a los niños. Seguidamente, comparte los detalles de esta iniciativa. Liviu Acasandrei:
«El principal objetivo de este proyecto fue reiniciar la animación porque vi que muchos niños mostraban interés por todo lo que supone la realización de las películas animadas. Así que, me propuse enseñarles más cosas sobre la animación, un campo mucho más complejo que los gráficos digitales. Este estudio de animación 2D se propone orientar a los niños en el arte digital y hacerles entender este concepto. Luego, después de estudiar cada módulo y de haber completado los tres niveles, si desean continuar con la animación, seguirán colaborando conmigo en diferentes proyectos».
Liviu Acasandrei también inicia a sus alumnos en otros temas relacionados con elementos de escenografía, texto, imagen, imprescindibles en el proceso de realización de una película de animación. Muchos niños ya se han apuntado a sus cursos:
«Ahora tengo más cursos en línea con grupos de tres o cuatro alumnos, pero también trabajo con grupos de 30 niños. Siguen participando porque son apasionados. Algunos no tienen talento heredado de sus padres, no vienen de la escuela de arte, pero están muy interesados. Y eso es algo maravilloso para mí, ver que la animación 2D todavía despierta interés en la actualidad. Todo esto me hizo entender que la animación 2D todavía es necesaria, y eso es algo muy bueno.”
El curso está organizado en tres módulos. Pero los aprendices deben querer trabajar. Liviu Acasandrei:
«El curso requiere también trabajo en casa. Yo recomiendo a mis alumnos que trabajen en casa, no sólo en clase, para obtener aún más experiencia. Algunos niños tienen talento para dibujar y trabajan por placer y ahí es donde empiezan. Empiezan la animación desde cero. La animación es un área mucho más compleja que los gráficos digitales. Ahí, realmente, estás haciendo sólo dibujo digital, estás haciendo una composición. La animación necesita más dibujos, más creatividad, más atención. Pero los niños de hoy aprenden muy rápido estas cosas. ¡Y las están aprendiendo muy bien!»
Liviu Acasandrei considera que más allá del trabajo real en la tableta es importante que los alumnos entiendan cómo se desarrolló la idea de la animación:
«Ahora trabajo con ellos en una tableta gráfica, todos tienen una tableta o trabajan en el taller, otros trabajan en línea, pero también les enseño la parte tradicional para que entiendan realmente cómo surgió la animación. En síntesis, la animación apareció gracias a la fotografía. De hecho, la animación la inventó un profesor belga que miró al sol durante un minuto, luego fijó su mirada en otra superficie y, durante un minuto, se le aparecieron puntos amarillos. Luego desaparecieron, pero él se dio cuenta de que el hecho de mirar algo produce una corta animación. Y ahí es cómo surgió la animación que se desarrolló con la fotografía hasta lo digital».
Liviu Acasandrei aprecia que el estudio de animación 2D podría ser un trampolín para los estudiantes más concienzudos y talentosos.
«Este estudio de animación no sólo entrena a los niños. Intento animarlos a que participen en diferentes proyectos y los mejores pasan a trabajar conmigo en este estudio. Espero que este lugar llegue a ser un auténtico estudio de animación, a la altura del que funcionó en el año 1992, donde trabajaban personas muy talentosas que crearon películas de animación y participaron en varios festivales. Por lo tanto, no son sólo clases sino que estoy tratando de promover a estos chicos porque es muy difícil perfeccionarte por ti mismo y entonces es mejor estar en un grupo. ¡Aprendes más fácilmente!»
Así que, esperamos con optimismo las nuevas películas rumanas de animación, tras una pausa de casi 20 años.