Un año de guerra
«Al cabo de un año de guerra, Rusia no ha alcanzado ningún objetivo mencionado por Vladimir Putin en su discurso del 24 de febrero.
Corina Cristea, 03.03.2023, 14:18
«Al cabo de un año de guerra, Rusia no ha alcanzado ningún objetivo mencionado por Vladimir Putin en su discurso del 24 de febrero. Pero, hasta ahora, ninguna parte ha podido imponerse categóricamente ante la otra, y el final de esta guerra depende cada vez más claramente de la situación militar», afirmó el politólogo Cristian Pârvulescu en una entrevista concedida a la agencia Agerpres, un año después de que Rusia iniciara la invasión en Ucrania, país vecino de Rumanía. «Únicamente después de que las operaciones militares hayan terminado, habrá lugar para negociaciones. Pero esto depende de la postura desde la cual se realicen estas negociaciones, según explica el politólogo. Hay tres situaciones posibles: 1 — Rusia gana, 2 — Ucrania gana, 3 — ninguna parte consigue imponerse. Y esta tercera situación puede conllevar un armisticio según la situación en la que se encuentre cada parte en el momento de la decisión o una paz que confirme la situación que haya en el campo de batalla. La tercera solución es, al menos hoy, inaceptable para cualquier parte», según destaca Cristian Pârvulescu. El número de fallecidos o heridos en ambos lados registrado durante el pasado año alcanza los cientos de miles de personas. Millones de ucranianos se vieron obligados a refugiarse tras huir de la guerra, y ciudades enteras fueron destruidas. En una entrevista a Radio Rumanía, George Scutaru, director general del New Strategy Center, ha hecho un análisis de lo que define como el mayor desafío para la seguridad europea desde el comienzo de la Segunda Guerra Mundial y el mayor reto para la OTAN:
«Lo que pasó durante el último año, desgraciadamente, da la razón a Rumanía y a otros Estados del flanco oriental, a Polonia o a los países bálticos, que intentaron convencer a los aliados occidentales de que Rusia representa un peligro y hay que detenerla, para que no tenga acciones similares a la de 2008, en Georgia, o de 2014, cuando anexionó Crimea. (…) Desgraciadamente, se pensó que el diálogo y la diplomacia iban a prevalecer ante el uso de la fuerza. Fue una evaluación incorrecta. Y hoy tenemos una guerra de gran envergadura. Lo bueno es que Ucrania aguanta. En este caso, ha sido importante, por un lado, el heroísmo de toda la nación ucraniana, y también algo más: un amplio proceso de entrenamiento iniciado en 2015 por los Estados Unidos, el Reino Unido y otros países de la OTAN para las tropas ucranianas. Prácticamente, estamos hablando de otro ejército ucraniano que el de 2014, y esto se ha visto en el campo. Además, se ha visto lo que significa un ejército afectado por la corrupción, mal administrado, un plan mal hecho y mal puesto en marcha. Y esto también ha influido en el fracaso ruso, afortunadamente para nosotros. Por otro lado, no hay que celebrar la victoria demasiado temprano. Tenemos que ser racionales. Hay que pensar que estamos hablando de una potencia que tiene recursos energéticos importantes, de un país con 140 millones de habitantes, y sobre todo de una dirección política decidida a luchar y a continuar esta guerra. Putin no cederá demasiado temprano. Rusia está económicamente preparada para continuar un conflicto de este tipo durante mucho tiempo. Prácticamente, tenemos dos posibilidades: la de tener una victoria ucraniana en la segunda mitad del año, cuando los ucranianos puedan usar el armamento occidental, y me refiero sobre todo a los blindados, a los tanques, para tener mayor fuerza de combate y conseguir romper el frente y aislar el corredor terrestre que hace la conexión entre Dombás y Crimea, y la de asistir a una guerra de desgaste, que será una guerra de más de 2 o 3 años, y que quitará fuerza a ambos países».
En febrero del año pasado, el Kremlin esperaba obtener una victoria rápida, pero la resistencia ucraniana alteró estos planes a partir de los primeros días de la guerra. Kiev recibió la ayuda de los países occidentales que, nuevamente, a pesar de las expectativas del Kremlin, actuaron rápidamente, al entregar armas y munición a Ucrania y al imponer sanciones económicas a Rusia. Durante este conflicto, más o menos indirectamente, se mencionó también la amenaza nuclear. Varias declaraciones del líder del Kremlin causaron preocupación y análisis en los centros de decisión, y también entre la población. Mircea Geoană, adjunto del secretario general de la OTAN, ha hablado sobre este tema en Radio Rumanía:
«Por lo que vemos, la Federación de Rusia no tiene la capacidad o la intención de convertir la guerra en Ucrania en una guerra contra la OTAN. También sería ilógico, de alguna manera, porque la asimetría respecto al poder entre la Federación de Rusia, debilitada por este conflicto, y con la capacidad militar mucho menos eficaz de lo que pensaba, y la OTAN, que es mucho más fuerte, más moderna y más potente, no tiene sentido. La Federación de Rusia también intenta usar el arsenal de guerra híbrida contra Occidente. Y un arma central de esta guerra de desinformación es la intimidación, con un ruido de retórica nuclear de nuestras opiniones públicas. (…) Los del Kremlin intentan intimidar a la opinión pública occidental. (…) Evidentemente, es normal que haya cierta preocupación cuando la dirección del Kremlin tiene una retórica de este tipo. Es absolutamente legítimo. Para calmar un poco esta preocupación, quiero decir que, desde el punto de vista militar, no vemos señales e indicios, porque esto también significaría para los rusos una escalada sin precedentes, y ellos saben, como potencia nuclear, lo que significa esto.»
Por otro lado, Mircea Geoană ha afirmado que podemos esperar que continúe el ruido retórico nuclear procedente de los rusos en su intento de intimidarnos y para debilitar nuestra unidad y nuestro deseo de apoyar a los ucranianos.
Traducción al español: Monica Tarău