Rumania bajo escudo estadounidense
El escudo antimisiles de Deveselu ha comenzado a ser operativo en mayo de 2016.
România Internațional, 20.05.2016, 14:12
Las instalaciones del sur de Rumanía son un elemento clave del componente europeo del sistema defensivo norteamericano que se encarga de la defensa común de los Estados miembros de la OTAN. Dicho sistema incluye una instalación radar terrestre ubicada en Turquía, cuatro buques de la Marina estadounidense equipados con armas antimisiles en España, un centro de mando en la base aérea de Rammstein, en Alemania, y un segundo interceptor terrestre que será construido en Polonia y llegará a ser operacional en 2018. Con costes de producción estimados en unos 700 millones de euros, la base de Deveselu está diseñada para responder a las eventuales amenazas que podrían venir, sobre todo, de Oriente Medio, como serían los misiles de corto y medio alcance probados recientemente en Irán. El general en la reserva y analista militar, Alexandru Grumaz, señalaba lo siguiente en una entrevista concedida a Radio Rumanía:
“Creo que éste es uno de los momentos más importantes de la historia 25 años después de la Revolución de 1989, además de la adhesión a la UE y a la OTAN, que representan dos momentos de suma importancia para la evolución de Rumanía. Éste es el tercero, porque ahora estamos incluidos en el mapa de la seguridad europea. Es más, Rumanía tiene ahora, por primera vez, garantías firmes de seguridad y somos uno de los miembros más importantes de la OTAN.”
El primer ministro, Dacian Cioloş, el anfitrión de la ceremonia de inauguración de esta base militar, ha subrayado que el escudo es un componente importante de la Asociación estratégica entre Rumanía y Estados Unidos, en un contexto de seguridad marcado cada vez más por cambios dramáticos, por riesgos y amenazas. Igual que todos los responsables políticos de Bucarest, el primer ministro ha asegurado que las unidades de Deveselu no representan una amenaza dirigida en contra de alguien. Dacian Cioloş:
”Es un sistema destinado exclusivamente para la defensa legítima contra las amenzas con misiles balísticos. Al mismo tiempo, el escudo fortalece la capacidad de la OTAN de defensa antimisiles y amplía el área de cobertura y protección de los Estados aliados del sur y del centro de Europa. Además, disminiye significativamente el riesgo de algunos eventuales ataques con misiles balísticos del espacio exterior al área euroatlántica.”
Esta idea ha sido resaltada incluso por el secretario general de la Alianza Noratlántica, Jens Stoltenberg, quien ha venido a Rumanía especialmente para presenciar la inaguración del escudo:
”Las instalaciones de Rumanía, igual que el sistema de Polonia, no están dirigidas contra Rusia. Hay demasiado pocos interceptores, ubicados al sur o demasiado cerca de Rusia que por eso no pueden interceptar misiles balísticos intercontinentales rusos. En cambio, dichos interceptores están diseñados para responder a las potenciales amenazas representadas por los ataques con misiles de corto y medio alcance procedentes del exterior de la zona euroatlántica.”
Pese a todas estas garantías reiteradas, Rusia a criticado tajantemente el despliegue del escudo antimisiles en Europa y ha afirmado que éste representa una amenaza contra sus intereses de seguridad. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, citado por el corresponsal de Radio Rumanía en Moscú, ha advertido inmediatamente que en réplica, Rusia fortalecerá sus propias capacidades militares. Posteriormente, afirman los comentaristas, el presidente Vladimir Putin ha declarado que Rusia ”va a neutralizar las eventuales amanazas”. En su opinión, el escudo tiene el propósito de debilitar el poder nuclear de su país y por eso ha prometido que Rusia aumentará los gastos para la defensa. Pocos días más tarde, Rusia y el país vecino, Bielorrusia, considerado frecuentemente por los analistas el más dócil satélite de Moscú, han coincidido en una respuesta común a lo que han llamado el despliegue de los sistemas defensivos antimisiles de la OTAN en la cercanía de sus fronteras. Las relaciones entre Occidente y Rusia son ya glaciares, después de que Moscú anexionara hace dos años la península ucraniana de Crimea, tras un llamado referéndum sobre la autodeterminación, que sin embargo no fue reconocido por la comunidad internacional. La situación ha empeorado aún más tras el estallido de la rebelión armada antirrusa en la regiones preponderantemente rusófonas y rusófilas del este de Ucrania. Ahora, el secretario general aprecia que los temores de los rusos carecen de fundamento. Jens Stoltenberg:
”La OTAN considera que no existe contradicción alguna entre una defensa fuerte, una coducta firme y predictible de la Alianza y el intento de mantener un diálogo con Rusia, la transparencia y la disminución de los riesgos, porque podemos ver cómo la presencia militar intensificada en las fronteras de la OTAN conlleva la multiplicación de los riesgos de accidentes e incidentes.”
Además, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reiterado su inquietud por las afirmaciones guerreras de Rusia. ”Mantendremos el diálogo y buscaremos una cooperación con Rusia pero tambieén queremos asegurarnos de que estamos preparados y fuertes. También deseamos que Rusia mantenga sus actividades militares en concordancia con sus obligaciones internacionales”, ha declarado el líder de la Casa Blanca durante una reunión con los primeros ministros de los países escandinavos. Los especialistas en derecho internacional destacan que el escudo antimisiles sigue en totalidad las previsiones de la Carta de las Naciones Unidas y las previsiones sobre el control del armamento.