¿Por qué no entra Rumanía en el espacio europeo de libre circulación?
Al cabo de tres años desde que Rumanía debiera haber entrado en el espacio de Schengen, nadie se atreve a hacer pronósticos. Sin perder la esperanza, los rumanos declaran que cumplen con los criterios solicitados y confían en que finalmente adquirirán la
Corina Cristea, 23.03.2014, 12:57
Al cabo de tres años desde que Rumanía debiera haber entrado en el espacio de Schengen, nadie se atreve a hacer pronósticos. Sin perder la esperanza, los rumanos declaran que cumplen con los criterios solicitados y confían en que finalmente adquirirán la calidad de ciudadanos del espacio europeo de libre circulación. En una entrevista para Radio Rumanía, el comandante jefe, Marian Tutilescu, experto en el asunto Schengen, pasa revista a los acontecimientos:
“Con motivo del Consejo de Asuntos Interiores del 9 de junio de 2011, se estableció y aprobó por unanimidad de votos la decisión según la cual Rumanía y Bulgaria cumplían en totalidad con los criterios de adhesión. Esta decisión demuestra claramente que no hay problema alguno con respecto al cumplimiento de las condiciones. Entretanto, se han registrado progresos en la legislación europea y en la evolución de la migración. Con respecto a la evolución legislativa, al nivel de la comunidad europea se adoptó el paquete de medidas relativas al reforzamiento de la gobernanza en el área de Schengen, que incluye dos conjuntos de medidas, uno referente a la modificación de las modalidades de evaluación de los estados candidatos y otro que enfoca las medidas relativas al reforzamiento propiamente dicho de la seguridad en el espacio de Schengen, es decir, las medidas que permiten el cierre o la reanudación de los controles en las fronteras internas de un estado miembro en determinadas condiciones. Una de estas enfoca las condiciones en que dicho estado afronta una presión migratoria especial, por un período de seis meses, que pueda prolongarse tres veces cada seis meses, es decir, que por un período máximo de dos años el estado en cuestión puede cerrarse y volver a instalar los controles en la frontera, hasta solucionar la situación que pone en peligro la seguridad del espacio de Schengen.”
Este paquete de medidas representa un instrumento importante, significativo para mejorar la seguridad del área de Schengen, teniendo en cuenta que inicialmente hubo flujos migratorios fuertes desde Turquía hacia Grecia y luego desde Turquía hacia Bulgaria. En el presente las cosas se han estabilizado, declara Marian Tutilescu, en cuya opinión habrá también a continuación movimientos migratorios, pero de menor significado. Desde el punto de vista de la evaluación, Rumanía y Bulgaria habían finalizado ya el proceso en la fecha de la entrada en vigor del nuevo paquete de medidas, de modo que, desde la perspectiva de la actual legislación, no hace falta que se sometan a una nueva evaluación. El Tratado Schengen es sumamente explícito y Rumanía cumplió de sobra con sus obligaciones, subraya a su vez Mircea Geoană, el presidente de la Comisión parlamentaria para la adhesión al Espacio de Schengen, según el cual conectar la adhesión a otros elementos de índole política, a otros instrumentos a nivel europeo, a ciclos electorales en otros países europeos importantes, se vuelve en este momento en un argumento que ya no queda en pie. Aún más ahora, sobre el trasfondo de los acontecimientos de Ucrania, país vecino de Rumanía:
“En el presente, en Europa, más que nunca hace falta unidad. Europa nunca ha corrido semejante riesgo en los últimos 40 años de que vuelva a comenzar la guerra fría, desde la colocación de los misiles norteamericanos de medio alcance en los años 80 del siglo pasado. En consecuencia, en cada momento, cualquier forma de egoísmo, populismo, doble lenguaje europeo, tiene que cesar, porque esto se utilizó en los últimos años en la relación con Rumanía y Bulgaria, el doble lenguaje.”
Marian Tutilescu tampoco descarta la posibilidad de una decisión positiva en el próximo mes de octubre con respecto al levantamiento de los controles en las fronteras aéreas y marítimas para Rumanía, pero recuerda que esta decisión se tiene que tomar por unanimidad en el Consejo de Asuntos Internos. Con respecto a los posibles argumentos que se podrían invocar en aras de una nueva postergación, Marian Tutilescu declara que es difícil de anticipar:
“El argumento esencial se refirió al progreso en el sector del Mecanismo de Cooperación y Verificación, pero siempre detrás de este argumento hubo otros intereses, inclusive electorales internos ocultos sin ninguna relación con Schengen. Sentimos esto cada vez y desgraciadamente, nosotros, en calidad de expertos que hicimos todo lo que dependía de nosotros por cumplir los estándares Schengen, notamos que más allá de los tratados hay otra zona gris dentro de la cual se mueven varios políticos. He aquí un caso conocido en la relación con Holanda, cuando un partido de extrema derecha condicionaba el respaldo al gobierno holandés en el Parlamento a la posición de Holanda frente a Rumanía y Bulgaria, es decir, de oponerse a la entrada en el espacio Schengen, por razones que se relacionaban con intereses políticos internos.”
Las autoridades rumanas esperan que en la segunda parte del año se dé un primer paso decisivo con respecto a las fronteras portuarias y aéreas y que la decisión con respecto a las fronteras terrestres siga a un intervalo de tiempo razonable.