Objetivos energéticos
Las emisiones netas de gases de efecto invernadero de la UE son ahora un 37% inferiores a los niveles de 1990, mientras que el PIB ha crecido un 68% en el mismo periodo, lo que demuestra la continua disociación entre emisiones y crecimiento económico, afirman los responsables políticos en Bruselas.
Corina Cristea, 08.11.2024, 18:07
Las emisiones netas de gases de efecto invernadero de la Unión Europea están actualmente un 37% por debajo de los niveles de 1990, mientras que el PIB ha crecido un 68% durante el mismo período, lo que demuestra la continua disociación de las emisiones del crecimiento económico, afirman los responsables políticos en Bruselas. Al mismo tiempo, el Informe intermedio sobre la acción climática de 2024, publicado por la Comisión Europea, muestra que en 2023 las emisiones de la Unión cayeron un 8,3% en comparación con el año anterior, un récord, siendo la mayor disminución anual en décadas, salvo el año 2020, cuando la pandemia de COVID-19 provocó reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero del 9,8%, señala un comunicado de prensa del Ejecutivo comunitario.
Todas estas cifras muestran que la Unión – que lidera la transición hacia un sistema limpio y genera actualmente el 6 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero – sigue por el buen camino en cuanto a su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % hasta 2030. Los datos son alentadores: en todo el mundo, un nivel récord de energía verde ingresó al sistema el año pasado, incluida una capacidad de energía renovable de más de 560 gigavatios, anunció la Agencia Internacional de Energía. Sin embargo, la generación de energía limpia no está siguiendo el ritmo del aumento de la demanda mundial de electricidad, advierte la agencia, que también menciona que en las últimas semanas, las incertidumbres geopolíticas han mantenido los precios volátiles, poniendo de manifiesto la vulnerabilidad del suministro europeo.
En este contexto, Rumanía puede considerar que tiene una posición privilegiada: se beneficia de recursos energéticos ricos, incluido en el mar Negro, y los recursos de gas natural y energía eólica en alta mar pueden contribuir a su transformación en un centro energético regional, un pilar de la seguridad energética en la región. Con una producción de 2300 millones de metros cúbicos de gas en el segundo trimestre, Rumanía ha superado a los Países Bajos y se ha convertido en el mayor productor de gas de la Unión Europea. George-Sergiu Niculescu, presidente de la Autoridad Nacional Reguladora de la Energía:
«En primer lugar, esto no podría haber ocurrido sin un esfuerzo de inversión sostenido por parte de las empresas que producen gas natural en Rumanía, porque todos sabemos que los yacimientos de gas natural registran una disminución natural de la producción cada año. A medida que un yacimiento se explota durante más tiempo, este se agota y el gas natural que queda en el yacimiento es más difícil de llevar a la superficie. Pero Romgaz, la empresa estatal rumana, se comprometió y, a través de un esfuerzo inversor sostenido, logró mantener inicialmente la producción de gas natural, es decir, logró reducir prácticamente el declive natural a través de inversiones, y ahora ha logrado aumentar la producción de gas natural mediante estas inversiones. No debemos olvidar que desde 2022, desde junio, tenemos mil millones de metros cúbicos adicionales que ingresan al sistema de transmisión nacional a través de la inversión de la empresa Black Sea Oil & Gas, que extrae gas del mar Negro».
¿Qué ventajas puede aportar esta posición de liderazgo a Rumanía a nivel europeo? De nuevo, George-Sergiu Niculescu, presidente de la Autoridad Nacional Reguladora de la Energía:
«¿Qué significan estas cosas para nosotros? En primer lugar, la posición de líder regional, el más importante, el mayor productor de gas natural a nivel europeo, les da la oportunidad de que sus políticas energéticas, que ustedes adoptan a nivel de Rumanía, influyan en la región. Su voz es mucho más fuerte entre los responsables de la toma de decisiones en Bruselas y entonces nuestras necesidades, las necesidades de la economía rumana, las necesidades de los consumidores domésticos en Rumanía pueden ser mejor satisfechas por estas políticas posicionando los recursos de Rumanía, especialmente el gas natural del que estamos hablando, como un combustible accesible y lo más presente posible entre los consumidores domésticos».
Un informe de la Comisión Europea mostró recientemente que la dependencia de la Unión del gas ruso ha caído del 45% en 2021 a solo el 15% en 2023, lo que significa que Europa recibe ahora unos 12 mil millones de metros cúbicos de gas ruso al año, mientras que hace unos 2 o 3 años solía recibir 155 mil millones de metros cúbicos de gas. Y la tendencia a la baja de esta dependencia continúa. El presidente de la Autoridad Nacional Reguladora de la Energía (ANRE) añade:
«Hemos visto lo tóxica que es o era esta relación de concubinato entre el gas natural de la Federación Rusa y las economías europeas. Esto debería hacernos reflexionar, deberíamos aprender de la historia reciente, y Rumanía tiene la oportunidad de ser 100% independiente de cualquier tipo de gas natural importado. En 2027, estoy seguro de que tendremos gas natural extraído del yacimiento Neptun Deep que ingresará al sistema de transporte nacional».
Rumanía tiene capacidades de interconexión con todos sus vecinos, con un total de 3300 megavatios de capacidad de exportación y 2900 megavatios de capacidad de importación, dice George-Sergiu Niculescu, pero, para que la energía circule sin obstáculos, desde la fuente de producción más barata hasta el lugar de consumo, sería necesario que todos los países de la región hicieran su trabajo tan bien como Rumanía lo ha hecho.
Versión en español: Mihaela Stoian