Mandato de alto nivel
Con la división más profunda de los Estados Unidos en su historia reciente como telón de fondo, según los analistas, los votantes han formado colas en los colegios electorales de Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia de coronavirus.
Corina Cristea, 13.11.2020, 19:01
Con la división más profunda de los Estados Unidos en su historia reciente como telón de fondo, según los analistas, los votantes han formado colas en los colegios electorales de Estados Unidos, el país más afectado por la pandemia de coronavirus. Más de 99 millones de estadounidenses votaron por adelantado, ya fuera presencialmente o por correo, mientras que el número total de personas que expresaron su opción política en las urnas superó los 138 millones de las elecciones presidenciales de 2016, en las que se impuso el republicano Donald Trump. La victoria del demócrata Joe Biden, impugnada por el presidente en funciones, se confirmará a mediados del próximo mes, cuando den su voto los electores, aunque los analistas ya examinan con lupa las consecuencias del cambio de guardia en la Casa Blanca.
El analista político Andrei Țăranu ha hablado en Radio Rumanía sobre el clima de distensión bajo la Administración Biden en los Estados Unidos:
«Internamente, en los Estados Unidos se intentará, probablemente, reducir la enorme división que existe en la sociedad estadounidense y se tratará de resolver las tensiones de carácter racial y social, relacionadas, por ejemplo, con el sistema sanitario y el sistema educativo. En cuanto a la política exterior, todavía no está muy claro qué cabe esperar. Evidentemente, las relaciones transatlánticas mejorarán, pero no sabemos en qué medida. Considero que la relación con Rumanía ya está bien cimentada. No creo que puedan pasar cosas malas en cuanto a Rumanía, sino que probablemente ya estén pasando cosas buenas. El Departamento de Estado, a través de la voz del embajador de Estados Unidos en Bucarest, ha indicado que habrá grandes inversiones de Estados Unidos para transportes, comunicaciones y carreteras. Desde mi punto de vista, la política de seguridad de los Estados Unidos no cambiará en su esencia».
El profesor universitario Dan Dungaciu ha realizado un análisis de la política estadounidense, quien comenta que, para Donald Trump, todo lo sucedido los treinta años anteriores a 2016 consistió en un debilitamiento de los Estados Unidos. Por eso, durante su mandato, Trump orientó su política en los Estados Unidos hacia lo doméstico, tratando de no consumir sus recursos en el exterior, lo que, desde esta perspectiva, ha cambiado de forma casi radical el paradigma de funcionamiento de Estados Unidos a escala mundial:
«La tesis de Donald Trump respecto a las relaciones internacionales se basa en que, durante treinta años, los Estados Unidos gastaron billones y billones de dólares en derrotas, sin conseguir vencer en Afganistán ni en Oriente Medio y, con la excepción de los Estados de Europa Central y Oriental, no lograron atraer a casi nadie a la estela del mundo euroatlántico. El mundo construido por Estados Unidos durante treinta años, desde la perspectiva de Trump, fue un mundo que dejó a los Estados Unidos sin recursos, no resolvió los conflictos mundiales y que, además, permitió que los enemigos del país crecieran y se desarrollaran. Es interesante ver si los Estados Unidos de Biden vuelven al paradigma anterior a Trump y retoman su visión de la política exterior, en la que el mundo se transforma en los Estados Unidos y los Estados Unidos se convierten en el líder liberal que ha sido durante treinta años. Lo que Biden hará desde esta perspectiva será interesante de ver, pero, desde mi punto de vista, los Estados Unidos no volverán al período anterior a Trump; seremos testigos de unos Estados Unidos que ya no se interesarán tanto en muchos temas que son fundamentales para nosotros como europeos.»
China es el rival de los Estados Unidos e incluso su oponente en varios aspectos: este es el consenso de Washington entre demócratas y republicanos, verbalizado de modo distinto públicamente y, desde este punto de vista, no habrá cambios relevantes, comenta el profesor Dungaciu, según el cual, el orden mundial de ahora en adelante se construirá a partir de esta relación entre los Estados Unidos y China:
«Esta será la ecuación que tendremos que aplicar para leer el mundo y, dependiendo de ella, analizaremos la realidad estratégica e incluso económica del mundo que está por venir. En cuanto a las relaciones con la Federación Rusa, se interpretarán desde el esquema de relaciones con China. La Federación Rusa se encuentra en la misma situación que la China de los años setenta. En aquel momento, el enfrentamiento principal se daba entre los Estados Unidos y la URSS. China jugueteó tanto con los Estados Unidos como con la URSS. Rusia se encuentra ahora en una posición de país tercero en esta batalla entre los dos grandes. La Federación Rusa llevará mucho cuidado de no realizar gestos decisivos, ni con China ni con los Estados Unidos, lo que se percibirá como una alianza absoluta y, desde esta perspectiva, deberíamos esperar un juego diplomático por parte de la Federación Rusa, quien parte de la hipótesis de que ya no es un gran actor mundial, aunque puede aprovechar sus posibilidades o maximizar las posibilidades más limitadas de las que dispone, al menos teóricamente. En esta coyuntura, importará el papel de la Federación Rusa e importará el papel de la Unión Europea, como un actor menor en la disputa entre los Estados Unidos y China. Es un actor al que China, no de forma casual, corteja con mucha asiduidad sobre todo en el plano económico de las relaciones bilaterales».
Habrá un legado de la era Trump que se extenderá más allá de su mandato, considera asimismo el profesor universitario Valentin Naumescu, para quien la instauración de la Administración Biden brinda todas las posibilidades para la normalización de las relaciones de los Estados Unidos con la UE, lo que será probablemente una de las consecuencias más importantes e inmediatas de las elecciones:
«Y este, diría yo, que es, a su vez, el principal beneficio para Europa e incluso para la región en la que nos encontramos, para la Europa Central y del Este, ya que nuestro interés es que la OTAN, la alianza que brinda las garantías de seguridad que Rumanía necesita, así como la región y Europa en su conjunto, depende esencialmente de la calidad, la solidez y la credibilidad de las relaciones transatlánticas. Ahora bien, estas relaciones transatlánticas se han visto severamente afectadas en los últimos cuatro años. Hay cosas que son difíciles de arreglar con el tiempo y otras que nunca volverán a estar como antes.»
Veremos que, inevitablemente, continuará habiendo ciertas voces políticas distintas, ciertas preocupaciones, ciertas tendencias proteccionistas, ya sea en la línea económica o, por ejemplo, en la competencia por la supremacía mundial con China, que pasarán a la próxima Administración, añade Valentin Naumescu.
Versión en español: Víctor Peña Irles